EDUCACIÓN SOCRÁTICA

La Pedagogía Socrática

          Martha Nussbaum es una filósofa estadounidense nacida el 6 de mayo de 1947 en New York, New York. Estudió teatro y lenguas clásicas en la Universidad de New York, pero con el tiempo centró sus intereses en la filosofía política, del derecho y de la ética (Rodríguez, 2019). Fue profesora en Harvard, Brown y Chicago y, a lo largo de su vida, ha escrito libros importantes como: The Monarchy of Fear: A Philosopher Looks at Our Political Crisis (2018), Sex and Social Justice (1999), Creating Capabilities (2011), Anger and Forgiveness: Resentment, Generosity, Justice (2016), entre otras. En este caso se hablará del libro Sin Fines de Lucro: porque la democracia necesita de las humanidades (2010).

     Para comenzar es de vital importancia tener claro el concepto de la mayéutica socrática. La enseñanza socrática consiste en que el docente no inculque conocimientos literales en el estudiante, sino que la función de este es guiar al estudiante para que el mismo, mediante preguntas inductivas, llegue al conocimiento y de esta manera logre extraer información. Algunos ejemplos son: ¿Quién soy yo? ¿Qué es la virtud? ¿Por qué las cosas son así? Una vez el alumno tiene una respuesta el docente lo cuestiona para culminar con el conocimiento (Partarrieu, 2011).

     Es de admirar como la mayéutica socrática como modelo educativo logra no solo formar profesionales sino también logra formar ciudadanos activos y críticos. Martha Nussbaum, mediante el capítulo La educación socrática: la importancia de la argumentación plantea una serie de problemas que se viven en la vida cotidiana, que tienen como solución la educación socrática, algunos ejemplos son: los errores políticos y militares, una sociedad influenciable, interacciones irrespetuosas y la falta de criterio y comprensión a las demás personas. Además, Nussbaum sustenta su tesis con autores que ilustran este modelo en la vida real como Jean-Jacques Rousseau, Johann Heinrich Pestalozzi, Friedrich Froebel, entre otros. 

     La autora comienza afirmando la importancia de reemplazar la educación tradicional por la educación humanista y como esta última se ha enfrentado a la visión de maximizadora del crecimiento económico. Al realizar la comparación entre ambos modelos educativos, se concluye que el primer modelo busca una educación basada en la memoria, que permita influenciar al individuo al no tener criterio propio y, por otro lado, el segundo modelo, busca que desde tempranas edades los niños desarrollen un pensamiento crítico para profundizar y aportar a la sociedad, no solo en materias humanistas sino de una manera interdisciplinaria. De igual manera, se busca fomentar una cultura de respeto y responsabilidad en todas las edades, evitando caer en las falencias ya mencionadas. 

      Luego, Nussbaum menciona autores como Rousseau con Emilio, Pestalozzi con Leonardo y Gertrudis, Froebel con los Kindergarten, Alcott con la escuela Temple School de Boston; pero le otorga mayor relevancia a Jhon Dewey, quien fue el promotor de la educación socrática en Estados Unidos y quien buscaba formar ciudadanos activos, curiosos, críticos y respetuosos, mediante los proyectos en común y las actividades cooperativas. Y como segundo autor más relevante, Rabindranath Tagore, quien con varias de sus obras sustentaba el avance de la humanidad en la comprensión e integración, además, se caracterizó por realizar sus clases al aire libre, creando una transversalidad académica con las artes y las materias humanísticas, así como el fundamentalismo de la mayéutica socrática (Nussbaum, 2010).

    Estoy de acuerdo con el modelo propuesto por Nussbaum, en específico con la formación de un criterio personal y el respeto al criterio de los demás. Para comprender esta idea se ejemplificará en el caso colombiano, tomando en cuenta la gran diversidad cultural, económica, étnica, ideológica, racial y social. De este modo, las consideraciones a estas diversidades fomentan el respeto y cumplimiento de los derechos civiles, sociales y políticos (Managuán, 2009). La educación basada en la mayéutica socrática más allá de permitirle al individuo reafirmar su postura, le permite comprender la verdad de los demás individuos; a partir de esta afirmación, el respeto a la interculturalidad en el país aportaría al verdadero objetivo del sistema democrático de Colombia (Tubino, 2005) al no discriminar a las minorías pues optaría por la inclusión y el respeto al individuo. 

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