EL ARTE DE AMAR
Enviado por • 25 de Enero de 2014 • 2.643 Palabras (11 Páginas) • 305 Visitas
“EL ARTE DE AMAR”
El amor es un arte, así lo expresa el autor Erich Fromm en su obra “El arte de amar”. Es la respuesta a la profunda necesidad a la que la humanidad se ha enfrentado desde el inicio de su existencia: Superar el estado de separación y responder así a las dudas del existencialismo humano mediante una fusión interpersonal. Esto es trascender la soledad individual a la que nos enfrentamos.
Si es el amor la posible respuesta a nuestras dudas existenciales, debemos por ende a cuestionarnos personalmente, ¿De qué forma vemos el amor? ¿Qué significado le damos en nuestra vida? Responder a estas preguntas actualmente en nuestra sociedad occidental nos conllevaría inmediatamente a la conclusión de que es una sensación placentera que nos embarga de una gran variedad de sentimientos efusivos pero al fin y al cabo espontáneos; que tiene su origen y su inminente culminación principalmente dentro de una habitación solitaria sobre una suave y cómoda cama. Nos parece difícil aceptarlo pero bien nos podemos cuestionar, ¿A cuántas personas capaces realmente de amar conocemos? Muchos se engañarán y pensarán “Yo puedo sentir ese tipo de amor, amo a mi pareja y se lo demuestro diariamente” pero los que se atrevan a ser sinceros con ellos mismos reflexionarán y llegarán a la conclusión de que quizás el amor que sienten no es más que un mero espejismo; eso es buena señal porque es un posible significado de la aceptación que puede dar paso a una profunda introspección en lo que pensamos acerca del amor y lo que sentimos.
Aún más importante vivimos en una sociedad en la que cada vez toma mas importancia ser amados e idolatrados por quienes nos rodean, mientras esto sucede la importancia amar a los demás ha decaído gravemente a una velocidad directamente proporcional. Hoy en día las personas se preocupan por ser admirados, degustan de satisfacer su egocentrismo y su vanidad; hacen alarde de su proezas por más insignificantes o estúpidas que puedan parecer, se encuentran segados por su egoísmo y para eso buscan la belleza y la moda en el caso de las mujeres y el poder y el éxito en el de los hombres.
Todos anhelan ser amados, pero nadie se ocupa de amar a los demás y por consiguiente de aprender a amar.
Nos encontramos inmersos en un estado capitalismo que nos dicta que el producir y el consumir es lo más importante. Es en este sistema en que los valores y el amor al prójimo han perdido su importancia; en donde hemos hecho nuestro el lema de “el fin justifica los medios” y cada quien lo ha tomado como su estandarte en la búsqueda del poder, el dinero y el falso éxito. En una sociedad así ¿Qué cabida tiene el amor?
El amor que nos dice que tenemos que amar a nuestro prójimo; el amor que nos dice que lo más importante es dar sin importar el recibir algo a cambio. Amar significa entregarnos plenamente, ayudar a nuestro semejante, apoyarlo y preocuparnos por su bienestar, y todo esto solamente sería compasión y mera solidaridad si no fuera por el requerimiento más importante de todos: Vivir sus necesidades y sentimientos como si fueran nuestros, esto es hacerlos propios.
Como bien lo expresa el autor “Amar es fácil, lo difícil es encontrar algo que amar”. El objeto amoroso como lo legó a definir es esa dirección que toma nuestro amor: las diferentes formas en que se expresa. Nuevamente nos encontramos proyectados por nuestra sociedad. Nos reflejamos en el acto de la búsqueda de lo mejor, amamos aquello que creemos que nos merecemos, aquello que sea bello, practico, fácil; en fin lo que represente mayor demanda en el mercado de la vida. Todo esto, por supuesto, condicionado por la época en la que nuestra sociedad se encuentra inmersa. ¿A qué podemos referirnos con esta frase? Simplemente a que en la actualidad los medios de comunicación nos indican todo aquello que debemos amar a través de sus películas, teleseries y libros populares.
Se nos inventan historias románticas que rayan en el idealismo, capaces de distorsionar la perspectiva realista de cualquier niño, adolescente o adulto, en la que los personajes principales son dioses griegos perfectos y bellos aunque carentes de carácter e iniciativa propia lo cual parece no molestar a todo aquel que se encarga de consumir tales productos. Es más parece que la juventud actual pide a gritos historias de romance donde las estrellas sean personajes con esas cualidades. Es aquí desde esta edad temprana que se nos indica cómo es el amor y cuáles son los objetos amorosos que debemos amar, en estas condiciones, ¿Qué esperanzas tiene una persona adulta para lograr entender realmente la profundidad o la paciencia que requiere un arte tan maravillosa como lo es el amor?
Tal vez sea en el mundo oriental, el lugar en el que el amor puede encontrar un mejor y más cómodo recibimiento. Es en estas sociedades en las que la gente se preocupa un poco más por su parte espiritual dejando de lado el consumismo que nos caracteriza. En el occidente lamentablemente pocos son aquellos que comienzan a satisfacer sus necesidades espirituales. L a mayoría se centra en su vida rutinaria haciendo lo mismos todos los días; siendo la mano de obra de un sistema explotador que lo recompensa los fines de semana con una interminable lista de productos y servicios disponibles para ser consumidos que hacen que poco a poco las personas se conviertan en simples robots incapaces de sentir o de pensar de una manera menos cerrada. Se transforman en gente que poco a poco pierde la fe en sí mismo y en la humanidad.
Podemos afirmar que el amor se expresa de diferentes maneras, no solo es el tipo de amor que experimentan dos personas y que comúnmente se ve ligado al instinto de reproducción.
El amor fraternal, es el amor que sentimos hacia nuestro prójimo, así sea este un perfecto desconocido, podemos sentir amor hacia el por el simple hecho de ser un humano. No obstante en una opinión personal, es necesario cuestionarnos, ¿Realmente puedo sentir una sincera empatía hacia otra persona? ¿Soy capaz de escuchar y dar consejos a alguien sintiendo realmente sus problemas como míos? Si somos capaces de responder afirmativamente a estas cuestiones podemos afirmar que somos capaces de sentir amor fraternal hacia un semejante.
Un amor que existe realmente pero que quizás pasa a desapercibido sin ser tomado en cuenta: El amor a Dios. ¿Pero en realidad quién es Dios? Sea lo que sea esta entidad tan aclamada que ha acompañado a la humanidad prácticamente desde que ha existido sobre la faz de la tierra, podemos estar plenamente seguros solo de algo: Dios es un concepto condicionado a cada época y cultura por las que ha atravesado el hombre. Modificado a nuestra conveniencia, Dios ha pasado de ser el encargado de la armonía de la naturaleza hasta llegar a convertirse en el padre
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