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Arte De Amar


Enviado por   •  1 de Octubre de 2013  •  14.745 Palabras (59 Páginas)  •  307 Visitas

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El arte de la composición (Estructura y técnica narrativas)

3.1. Tres son los pilares que sostienen la obra literaria, según la antigua Retórica: a) La inventio; por ella somos capaces de extraer las ideas que un asunto nos proporciona. b) La dispositio pide la ordenación coherente de la materia suministrada por la «inventio», de cuya naturaleza dimana el sentido organizador de la primera, ya sea por vía «natural», o bien por vía del «arte». c ) La elocutio trata de dar forina lingüística a la materia anterior, proporcionando el ornato necesario, el ropaje artístico con que el lenguaje se reviste.

Hasta ahora nos hemos ocupado de este último aspecto, en adelante lo haremos de los otros dos.

3.1.1. La disposición estructural y la técnica a emplear en la composición de una obra están en relación con el «género» literario.

He escrito en otro lugar 82 que el término «estructura» no fue utilizado durante mucho tiempo por no encajar bien con determinados modos de entender el arte en épocas pretéritas. El concepto de estructura quedaba latente más o menos en otros vocablos, dando a entender así que la disparidad terminológica es un reflejo de la vaguedad significativa de la noción. Hemqs de tener en cuenta, sin embargo, que estos otros términos (composición, disposición, conformación, etc. ) 83 manifiestan la posibilidad -y de alguna manera la necesidad- de una disgregación de los elementos por la independencia de las partes. La estructura, en cambio, contempla la obra como un cuerpo indivisible por las relaciones funcionales de todos y cada uno de los elementos integrantes. Hacemos nuestra, en este sentido, la aclaración de Lévi-Strauss (al referirse a la imagen con la que Ferdinand de Saussure compara el mecanismo del lenguaje con el juego de ajedrez): la estructura no es el núcleo del objeto, es el «sistema relacional latente en el objeto».

Por nuestra parte, al fiarnos del término «estructura» lo hacemos tan solo de la forma más pura y desinteresada, lejos de una interpretación particular y al margen de cualquier encuadramiento entre las muchas direcciones que ha tomado de hecho, según los diversos objetivos perseguidos y las aplicaciones dadas en las ciencias modernas, que se han visto invadidas por la corriente estructuralista, Entendemos que la estructura se define por la polaridad de las relaciones funcionales existentes entre los elementos, individualizados en transformaciones sucesivas, en orden al todo como conjunto, que constituye un sistema limitado y que se regula por sus propias leyes.

3.2. EL PROCESO DE LA NARRACIÓN

Los principios que dirigen el proceso narrativo son el narrador, el relato y el receptor. Mucho habríamos de decir de este esquema (incluso de lo acertado o no de su terminología), pero quiero continuar manteniéndome fiel al precepto que me he impuesto de que estas páginas no deriven hacia los amplios derroteros de una teoría literaria, que nos alejarían de nuestro centro de interés, es decir, el análisis de la poesía de Gonzalo de Berceo; siempre, claro está, partiendo de los planteamientos teóricos necesarios. Damos, pues, por válida esta triple planificación del discurso narrativo sin entrar en más discusiones.

3.2.1. Una buena parte de la literatura de la Edad Media es anónima, debido, entre otras razones, al carácter impersonal que suele conservar el arte de la época; también como resultado de una literatura de creación colectiva, y, a veces, por las consecuencias que se desprenden del tópico medieval que lleva a los autores a ocultar su nombre bajo las reglas generales de modestia, remontándose, según Schwietering, «a los preceptos de Salviano, de Sulpicio Severo y de otros autores que previenen a los escritores contra el pecado de la «vanitas terrestris».84

Mas no es este el caso del poeta de la Rioja. Contrariamente a lo que otros hacen, Berceo no da razones, pero tiene buen cuidado por aclararnos quién es él. Le debemos los escasos datos con que contamos acerca de su persona: nombre, lugar de nacimiento y condición:85

Yo maestro Gonçalvo de Verçeo nomnado (Mil., 2)

Gonçalo li dixeron al versificador (S. O., 184 ).

Yo, Gonçalo, que fago esto a su honor (S. D., 109).

Yo Gonçalo por nomne, clamado de Berceo,

de Sant Millan criado, en la su merçed seo (S. D., 757).

Gonzalvo fue so nomne qui fizo est tractado,

en Sant Millan de su so fue de ninnez criado,

natural de Verceo, ond Sant Millan fue nado (S. M., 489).

Incluso proporciona familiarmente algunas notas sobre su disposición o estado de ánimo en el momento de escribir:

Quiero en mi vegez, maguer so ya cansado,

De esta Sancta Virgen romanzar su dictado (S. O., 2).

3.2.2. Vemos, por los versos anteriores, cómo Gonzalo de Berceo confirma su autoría.

Mas, en el proceso de la narración importa la figura del narrador, que entrará ya a formar parte de la ficción narrativa. Por cuanto es sujeto agente del curso del relato, se relaciona con las tres personas gramaticales. Elegir una de ellas como forma impulsora de la narración es consecuencia muchas veces de la técnica propia de los géneros literarios, como comprobaremos más adelante. El narrador construye un mundo que está fuera de él, aunque pueda ser un reflejo del suyo. En la lírica, el Yo-Narrador se convierte en el objeto de la narración, según el sentido más tradicional. Berceo relata en primera persona únicamente en la introducción a los Milagros, y no pasa de ser una actitud literaturizada por la alegoría. Exceptuada esta ocasión, cuenta en tercera persona, desvinculando así el sujeto narrador y el objeto narrado. Pero Berceo no llega a esconderse totalmente tras ella. El Yo del poeta da cabida a su intencionada proyección juglaresca. El y sus oyentes se incorporan al curso del relato por mil detalles y en muchos momentos. Ante ellos justifica su proceder con los textos latinos que vulgariza en verso; con ellos razona, abre su corazón, les aconseja y anima para que sigan el camino del bien; de ellos reclama la atención que deben a su esfuerzo ya la dignidad de los asuntos tratados:

Varones emugieres quantos aqué estamos (Mil., 460).

Amigos, si quissiessedes un poco atender (Mil., 625).

Sennores e amigos, por Dios e caridat

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