EL ASUNTO DE FILOSOFAR CON LOS NIÑOS

NIDAD DIDÁCTICA 2

EL ASUNTO DE FILOSOFAR CON LOS NIÑOS

La visión que tiene la mayoría de las personas sobre el quehacer de los filósofos raya en imaginarios que a través de los siglos se han ido concretando por la actitud y las temáticas mismas que los filósofos tienden a tratar.

Se les ha considerado como sabios que conocen de todo, y que de una u otra manera, tienen respuesta para todo.

Sin embargo, recordemos que el sabio para Aristóteles es quien logra la hermandad entre episteme y nous; o sea, aquel que devela la necesidad interna de aquello que no puede ser de otra manera (este sería el episteme) a partir de unos principios últimos que fundamentan la susodicha necesidad (este sería el nous).

Esto permite ver de manera sencilla, que la “supuesta sabiduría” que se les aplica coloquialmente a los filósofos conlleva un esfuerzo intelectual y unas operaciones mentales que permiten emitir unos juicios frente a ciertas manifestaciones de la cotidianidad; juicios tales, que desbordan el pensamiento común que simplemente acepta como valedero lo que el sentido común dictamina; o lo que culturalmente es aceptado porque “no es necesario pensarlo más”.

Cuestionémonos por un momento sobre por qué filosofamos, y para qué llevamos a cabo tal acto. Una primera respuesta podría ser que buscamos encontrar los esquemas conceptuales que le dan sentido y nos permiten comprender las diversas prácticas que los seres humanos llevamos a ejecución en el diario vivir; en un primer momento en sí mismas, en su origen y posteriormente, en sus resultados (la praxis), de modo que las sinteticemos en totalidades que presenten una coherencia lógica.

Por otro lado, podemos plantear también la posibilidad del filosofar como ejercicio de la autoliberación y autorrealización humana. En un pensamiento que se acerca demasiado al programa Moderno, podemos entender que el pensar acompañado de la acción le posibilitan al Hombre la conquista de su libertad. Este filosofar conlleva un riesgo, y es que lo desprendido de esta acción; consecuencia del pensamiento, puede independizarse de su autor y concretarse en ciertos estamentos autónomos que en contravía de nuestros deseos de conquistar la libertad, más bien nos llevan a la alienación y a condicionamientos que no teníamos al principio, y de los cuales, a

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