EL DEBATE ENTRE EL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO Y SUS POSIBLES COINCIDENCIAS O LIMITACIONES

EL DEBATE ENTRE EL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO Y SUS POSIBLES COINCIDENCIAS O LIMITACIONES

Nombre: Caramantín Guzmán, Rosa Patricia

En la Edad Moderna existieron diversas inclinaciones filosóficas, algunas de ellas con una misma pesquisa final; pero en un medio teórico son completamente distintas. Un ejemplo de ello se ve reflejado en lo que actualmente conocemos como racionalismo y empirismo; ambas con una búsqueda y evocación del origen y los límites del conocimiento.
Hemos podido ver que a lo largo tiempo, con respecto al estudio de estos dos pensamientos, se han realizado con base a una “diferencia”, pero el llevar el mismo fin, ¿crea la posibilidad de encontrar viables coincidencias?

Si de racionalismo queremos hablar, la filosofía de René Descartes no es ajena (donde busca refutar ciencias), teniendo en cuenta que para la época él conservaba un superficial enfoque platónico, sabemos que el fundamento del conocimiento se plantea en la razón, además de tener como objetivo el encontrar la verdad; por ello, él sugiere que esta primera es el único móvil que conduce al hombre al conocimiento de la última mencionada. Lo que lo lleva a esbozar un método, denominada duda metódica, se resume en encontrar una verdad universal, cuestionado con diversos tipos de reglas, y así presentando dudas a la luz como qué es veraz o si realmente existimos. Enfrentado problemas como ser engañado por los sentidos, el genio maligno y el sueño.

Con referencia a los límites del conocimiento, deja a entender que la razón es capaz de arribar a un conocimiento válido, no necesariamente allegada a la experiencia. Lo que aborda a una de sus evidencias, el ego cógito, ego sum y el cógito ergo sum; nombrando al hombre como un ser pensante, que, por un dualismo antropológico, se forma entre la res cogitans (sustancia pensante) y la res extensa (sustancia extensa); al hablar de sustancias, es colocar su versión, lo que es independiente es sí; también lo que le asignó a Dios; la res infinita (sustancia infinita), demostrada en una de sus meditaciones. Recalco la tercera meditación, ya que nos presenta la tipología que hizo en las ideas. Al respecto él menciona lo siguiente:

“Pues bien, de esas ideas, unas me parecen nacidas conmigo, otras extrañas y venidas de fuera, y otras hechas e inventadas por mí mismo. Pues tener la facultad de concebir lo que es en general una cosa, o una verdad, o un pensamiento, me parece proceder únicamente de mi propia naturaleza; pero si oigo ahora un ruido, si veo el sol, si siento calor, he juzgado hasta el presente que esos sentimientos procedían de ciertas cosas existentes fuera de mí; y, por último, me parece que las sirenas, los hipogrifos y otras quimeras de ese género, son ficciones e invenciones de mi espíritu” (1641, p 20, ¶ 1).

Entonces es aquí donde él asegura que puede confundirse (ser imperfecto). Define tres tipos de ideas; son, las innatas como las que provienen de Dios (inherentes al hombre); las adventicias como las que se ganan con la experiencia y captadas por sentidos, pero no son confiables ya estos últimos pueden engañarte; y las facticias que son producto de la fantasía. Como él plantea que las ideas son una imagen mental de lo que existe por una representación, al asociar la del infinito con un Dios (perfecto), considera que él, Dios, es el único móvil de colocar esa idea en su mente. 

Ahora, si el tema a abordar es el empirismo, saltan a la luz filósofos como John Locke y David Hume; colocando en este caso a la experiencia como el fundamento del conocimiento. 

Por una filosofía de J. Locke, se trata de explicar a través de la ‘experiencia sensible’ (que son los sentidos); entendemos que nacemos con la mente en blanco (tabula rasa), que va siendo marcada por situaciones que vivimos y que captamos por la sensación (experiencia tanto sensorial como reflectiva), aquí, ya podemos ver un rechazo a las denominadas “ideas innatas” de Descartes. Locke también plantea una tipología de ideas, en este caso son las ideas simples, cualidades sensibles; y las ideas complejas, que es la suma de ideas simples y experiencia interna.

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