EL MANIFIESTO POR LA FILOSOFÍA

EL MANIFIESTO POR LA FILOSOFÍA

Alain Badiou entiende que la filosofía tiene una finalidad específica, una tarea muy determinada y por lo tanto se diferencia de algunas de las actividades que se han practicado en el siglo XX, dichas actividades paralizan la labor de la filosofía. Ante ello el Manifiesto por la Filosofía  pretende sentar un proyecto, por un lado para evitar una cierta forma de hacer filosofía en que lo filosófico se ha venido uniendo a lo científico o suturando. Es decir, siendo condicionado por lo científico como todas las corrientes del positivismo. Por otro lado, como reacción a esta sutura nos encontramos con la edad de los poetas, es decir el momento en que nos acercamos a los poetas pensando que ellos van a evitar ese planteamiento positivista de los filosófico.

La filosofía ocurre en la verdad cuando se da un acontecimiento propicio. Ese acontecimiento supone unas circunstancias muy determinadas que permiten pensar filosóficamente. Es decir, poder integrar las cuatro formas en las cuales se hace presente el sujeto. La labor de la filosofía es de integración en el concepto, es decir la filosofía es básicamente un pensamiento conceptual. Esa fusión en un concepto se alcanza cuando logramos trazar un pensamiento que integre esas cuatro modalidades en las cuales el sujeto se hace presente, se convierte en fenómeno y llega a ser en su verdad. Las modalidades son: la ciencia, el arte, la política y el amor (entendido como la capacidad de hacerse dos). Cuando en circunstancias muy determinadas el pensamiento se halla excesivamente unido casi condicionado o colapsado por cualquiera de estas formas de presentación de lo subjetivo, la filosofía opera disminuida es decir suturada.

La intención de Badiou es una relectura de Platón, hay que salir de la caverna para volver a interpretar la caverna pero desde otro punto de vista no del lenguaje de la caverna sino del lenguaje de la filosofía. Para llegar a este camino Badiou utiliza la matemática como el procedimiento para encontrar el verdadero lugar desde el que se habla filosóficamente, la más pura abstracción. Los matemáticos nos ofrecen una nueva ontología, es decir una nueva teoría pura del ser que si es capaz de emplazarse en la abstracción lo hará  no determinándose por un ente en concreto sino en la propia disposición del ser cuando es pensado desde lo abstracto, es decir desde sus estructuras más generales. En este sentido, la filosofía aprovecha estos momentos en que los matemáticos han abierto el campo del ser para utilizar esa ontología, es decir para que esa ontología sea el esquema en el cual vamos a integrar el acontecimiento o diversas manifestaciones del sujeto.

Asimismo, a partir de esa nueva estructura podemos reinterpretar las cuatro modalidades: lo científico, lo artístico, lo político y lo erótico dotándole una nueva significación o un nuevo sentido, es decir que el pensar sea capaz de pensar de nuevo pero con el rigor de una filosofía que piense desde el ser.

Badiou se enfrenta a su época que se encuentra dos comodidades en que el pensamiento se encuentra sosegado. Por un lado, la filosofía academicista o historicista que sigue su relato unido al recurso de la historia de la filosofía como explicación de los momentos. Y por otro lado, la postmodernidad que ha abandonado sus esperanzas en el relato.

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