EL MULTICULTURALISMO EN COLOMBIA Y LA CONSTITUCION DEL 91
Enviado por Luca1 • 29 de Octubre de 2012 • 3.979 Palabras (16 Páginas) • 529 Visitas
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EL MULTICULTURALISMO EN COLOMBIA Y LA CONSTITUCION DEL 91:
ACIERTOS Y AMBIGÜEDADES
ALEX JAVIER TURIZO ESPAÑA
Presentación
En el mundo actual una buena cantidad de debates políticos y académicos giran en torno al
fenómeno del multiculturalismo1. Esto se nos manifiesta recientemente porque hasta ahora
se han reconocido institucionalmente bajo la forma de derechos fundamentales, los
derechos de las minorías étnicas. Uno de los factores para que este fenómeno se haya
expandido por el mundo se debe a que los límites políticos, económicos, sociales, religiosos
y geográficos que en épocas anteriores “aislaban” a las diversas comunidades culturales se
han venido resquebrajando. Hoy en día las necesidades que afronta el mundo globalizado
(la pobreza, las guerras o la facilidad de desplazarse de un lugar a otro), ha traído como
resultado una oleada migratoria sin precedentes en la historia.
Sin embargo, el hecho que este fenómeno se haya intensificado en el siglo XX y en lo que
va de este siglo no quiere decir que sea un fenómeno nuevo: “esto sería negar no solamente
la historia y sus procesos de ocultamiento discursivo, sino ignorar la esencia misma del ser
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Utilizo el termino multiculturalismo siguiendo la definición que hace Amy Gutman,
“refiriéndose a un estado de la sociedad y el mundo que contiene gran cantidad de culturas
(o subculturas) que inciden unas sobre otra en virtud de las interacciones de los individuos
que se identifican con (o confían en) estas culturas. Una cultura o subcultura, a grandes
rasgos, consiste en modelos de pensamiento, lengua y acción asociados a una comunidad
humana mayor que unas pocas familias.” En: La educación democrática. Una teoría
política de la educación. Barcelona. Ed. Paidós, 2001, Pág. 371
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humano, de las civilizaciones en su vastedad que es la diversidad misma”2. En realidad
todas las sociedades han vivido desde sus orígenes el entrecruzamiento de culturas; unas
veces ese entrecruzamiento es asimilado de manera pacífica y en otras el choque conlleva
divergencias, enfrentamientos y todo tipo de atrocidades. A pesar de este panorama tan
confuso y conflictivo hay algo que evidencia los cambios acelerados que ha sufrido el
mundo: y es el hecho de que la mayoría de los países son hoy culturalmente diversos3, y sin
temor a equívocos podemos afirmar que todas las sociedades en la actualidad son más o
menos multiculturales ya sea porque estén compuestas por una pluralidad de grupos étnicos
que poseen una vinculación con ciertos valores o por estar conformadas por una variedad
de grupos que se auto-comprenden por su pertenencia a una comunidad de base nacional4.
Colombia no es ajena a la problemática del multiculturalismo. Con la firma de una nueva
Constitución Política en el año de 1991 sepultaron el mandato constitucional que databa
desde 1886, conectando al país en la corriente multicultural. La anterior constitución (1886)
inspirada en el centralismo, autoritarismo y el universalismo5 fue una de las mas
excluyentes e intolerantes que haya existido en nuestra historia; el cambio constitucional
2
Daniel Gutiérrez Martínez, “El espíritu del tiempo: Del mundo diverso al mestizaje”, en:
Multiculturalismo: Perspectivas y desafíos/ por Michel Wieviorica… [et al.]; Daniel
Gutiérrez Martínez (Coord.). México. Coed. Siglo XXI / UNAM / El Colegio de México.
2006. Pág. 10
3
Para un mejor conocimiento y una mejor mirada de los diferentes grupos étnicos y grupos
lingüísticos en el mundo véase: Will Kymlicka, La Ciudadanía Multicultural. Barcelona.
Ed. Paidos, 1996.
4
Francisco Cortes Rodas, “Multiculturalismo: los límites de la perspectiva liberal”, en:
CORTES RODAS, Francisco y MONSALVE, Alfonso (coord.). Multiculturalismo. Los
derechos de las minorías. Ed. Librero. Medellín, 1999, Pág. 135
5
Una visión general de la historia de Colombia se encuentra en: Colombia: País
fragmentado, sociedad dividida, su historia / Frank Safford, Marco Palacios; Bogotá. Ed.
Norma. 2002.
2
3
(1991) –basado en la descentralización, en la participación ciudadana, en el reconocimiento
de la multiculturalidad y en la que se consagran una gama de derechos para las
comunidades minoritarias (lingüísticos, educativas, territoriales, etc.) resultó ser una
alternativa de superación a los factores que impedían el verdadero desarrollo democrático.
Como resultado algunas comunidades indígenas de nuestro país han reivindicado su
autonomía en materia jurídica y política y constantemente defienden y justifican la
protección de sus formas culturales de vida6.
Teniendo en cuenta los párrafos precedentes es sano preguntarse ¿Cuáles son las
alternativas jurídicas que plantean jueces y magistrados en su práctica permanente cuando
entran en pugna la jurisdicción especial de las comunidades indígenas frente a los derechos
fundamentales de validez universal que posee cada miembro que compone una comunidad
determinada? En las líneas que siguen trataremos de dar respuestas a este interrogante, no
sin antes señalar que una de las hipótesis que sustenta este ensayo es que en la medida que
tomemos las diferencias culturales en los espacios públicos y privados sobre la base del
respeto reciproco podemos llegar a soluciones racionales que eviten cualquier forma de
violencia que ponga en peligro la existencia de cualquier ser humano pertenezca o no a un
grupo determinado. Mientras no tengamos en cuenta los grupos minoritarios con sus
6
El lector notará de inmediato que estoy inclinando este análisis fundamentalmente a los
pueblos indígenas; sin embargo, sino incluimos el resto de movimientos sociales o estilos
de vida grupal (feministas, negritudes, gays, sindicatos, campesinos, inmigrantes ) no es
porque sus reclamaciones no sean importantes, es una cuestión de operatividad, pues las
reivindicaciones étnicas, así como la de los movimientos sociales y estilos de vida son
aspectos de una lucha mas amplia para lograr una democracia mas tolerante e inclusiva. Al
respecto ver Will Kymlicka, “Las políticas del Multiculturalismo”, en: Ciudadanía
Multicultural. Barcelona. Ed. Paidos. 1996. pág. 25
4
distintas
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