"¿EL POSTMODERNISMO ES EL CULPABLE DE LA PROBLEMÁTICA CON EL PRÓJIMO?

“En su relación con el otro, el hombre busca siempre imponer su voluntad, su proyecto. De ahí que las relaciones siempre son conflictivas, tanto las de amor como las de odio. Amar es intentar dominar la voluntad del otro. Odiar es reconocer la libertad del otro como opuesta a la propia y tratar de anularla. El amor conduce al fracaso, porque sólo se logra la posesión del otro siendo uno a su vez poseído por él. Y el odio también conduce al fracaso, porque su expresión extrema, el homicidio, degrada al homicida a asesino.

No podemos vivir sin relaciones humanas y no podemos evitar que éstas sean conflictivas y ambivalentes. Desde esta perspectiva no debe extrañarnos que Sartre termine una de sus obras literarias afirmando que «El infierno son los otros».”

El término prójimo por definición, se le denomina a aquella persona que se encuentra cercana a ti. Pero a través del tiempo se le ha asignado el significado de toda persona humana. Si tomamos la definición que se encuentra en el Antiguo Testamento, y la adaptamos a la actualidad, se puede entender al prójimo como “compañero” o “hermano”.

«No serás vengativo, ni guardarás rencor a tus conciudadanos. Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Lev 19:18). Nos enfrentamos a una norma ética muy severa, ya que no solo se refiere a aquellos que se encuentran cercanos a nosotros como “prójimo”, sino a cualquier otra persona. Es aquí cuando la problemática comienza, nos gusta categorizarnos como un “yo” y un “otro”, pero no nos permitimos un “nosotros”. Se llega a ser tan orgulloso y soberbio que se cree que no es necesaria la existencia o ayuda de otra persona para avanzar.

En cuestión humana, una de las peores cosas que se pueden hacer es tener la incapacidad de aceptar el significado y la trascendencia que presentan otras personas en nuestra vida. Esto se trata de un fenómeno que en la actualidad, se presenta a nivel mundial, ya que el hombre se deja llevar por instintos individualistas que evita el reconocimiento hacia el bien que otras personas hacen.

«El hombre es siempre él mismo y su prójimo. Él es responsable de su vida ante la eternidad, pero lo hará según el modo como ha vivido con su prójimo (…). El prójimo no es concebido aquí solo como el entorno que afecta privadamente al individuo, sino también como la totalidad de los que constituyen la vida en sociedad». (Teólogo Suizo, Von Balthasar)

A veces es muy difícil lograr entender que a través de los otros podemos llegar a nuestra realización como humanos. Reconocer a los otros como seres existentes e importancia nos ayuda a romper las barreras que los prejuicios llegan a crear en la sociedad y así fomentar el crecimiento de la humanidad. Lamentablemente se ha estado presentando la falla de la transmisión del amor y de la fe en nuestra sociedad.

Para muchas personas, “los otros” son aquellos que se encuentran distantes, que no pertenecen a cierto círculo social o a la familia, ajenos a nuestros intereses y preocupaciones. Algunos los tratan de manera indiferente e irrespetuosa y solo les encuentran interés cuando se presenta alguna situación de conveniencia en lo político, religioso, económico, etc.

En la biblia, cuando se le pregunta a Jesús, ¿quién es el prójimo? Y ¿cómo debe ser el trato hacia él? La respuesta es que prójimo es la persona que se preocupa por las necesidades y problemas de otros. En esta etapa, es necesario trascender, dejar de pensar en uno mismo y empezar a prestar atención en los otros, considerándolos y ayudándolos.

Con esto se llega a que Sartre estaba equivocado, y el infierno no son los otros, no es el prójimo, el infierno es uno mismo al rechazar y tratar irrespetuosamente a otras personas. Siguiendo la definición dicha por Jesús: “Prójimo es aquel que se preocupa por los otros”, ¿cómo puede alguien clasificar a otros como prójimo si la misma persona no es prójimo?, en este momento es cuando se llega a conclusión de que no hay un “yo” o un “otros”, lo correcto es la unión de estos, así formando el “nosotros”.

Esto nos lleva a hablar acerca de hablar de la época en donde lo individualista ha tenido su auge y ha causa la problemática del “prójimo”: la posmodernidad.

«La posmodernidad, es un concepto muy amplio que se refiere a una tendencia de la cultura, el arte y la filosofía que surgió a finales del siglo XX. A nivel general, puede decirse que lo posmoderno se asocia a la ausencia de interés por el bienestar común, el culto de la individualidad y el rechazo del racionalismo, aunque la idea tiene muchas aristas.»

La época posmoderna trajo consigo las dudas de todo lo que ya estaba prestablecido, se comenzaron a generar dudas acerca de lo que ya se sabía, y por un momento ocasionó cierto avance, pero hoy en día, la postura postmoderna nos ha dejado en una realidad en la que ni siquiera se puede avanzar.

Se ha presentado una falta de identidad en el hombre, se ha perdido ese instinto que nos llevaba a qué hacer y cómo hacerlo y debido a la pérdida de los valores el hombre ha quedado como un ser que sólo ve al vacío preguntándose acerca de su propia existencia, sobre cuál es el camino correcto por tomar, ante esta incertidumbre se crea en el hombre una angustia, la angustia de tener que elegir y tomar decisiones.

El hombre y la mujer se dejan llevar por las ideologías que la sociedad ha creado, que ellos mismo han creado, pero al presentarse algo nuevo que les promete una mejoría en su vida

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