ENSAYO SOBRE LA ETICA DEL PROFESIONAL TECNÓLOGO AGROPECUARIO

Un tecnólogo agropecuario está en la capacidad de participar activamente en la producción agropecuaria, respetando el medio ambiente y la diversificación de cultivos y desarrollo de la comunidad, aplicando los métodos de tecnologías agropecuarias, sobre bases científicas sustentables y demostrando sólidos valores éticos, humanísticos y morales.

Debe estar preparado con autoridad, sicológicamente, con un vasto conocimiento teórico, acompañado al menos con una experiencia de habilidades básicas, que le den la seguridad de demostrar, su preparación universitaria, para poder aportar y mejorar en los productos agrícolas y pecuarios; sin desmejorar, con las labores culturales o actividades agropecuarias al medio ambiente, y mejor aún, en contribuir al ecosistema con el aumento o mantenimiento de la fauna (micro, macro) y flora de la zona. Una buena forma de aportar a un sistema, es la rotación y diversificación de cultivos, en alas del buen desarrollo social, económico, cultural del productor y su familia, célula base de una comunidad.

Las tecnologías deben estar basadas en métodos prácticos, económicos, dinámicos, surgidos de un rigor científico, para no caer en errores, que causen daños posteriores lamentables. Por eso, esto debe estar enmarcado, en una responsabilidad ética, de quienes trabajan con la tecnología, dentro un entorno muy profesional. Para esto tenemos que tener vocación, poder sentir desde lo más profundo de nuestro interior, el poder servir con entrega, que usted disfruta al enseñar, para poder gozar los triunfos de los demás porque tú fuiste partícipe de ese logro, tener la conciencia tranquila y no tener remordimientos morales que le remuevan la conciencia a futuro. “debemos presentarnos con honestidad, sencillez, solidaridad, colectivismo y demás valores que nos caractericen como personas sinceras, no ocultar ni tergiversar jamás la verdad. Luchar contra la mentira, el engaño, la demagogia y el fraude. Cultivar la vergüenza el honor y la dignidad. Educar y practicar la exigencia y el respeto consigo mismo y con los demás. Ser estricto cumplidor de los compromisos y de la palabra empeñada. Ser honrado y practicar consecuentemente la crítica y la autocrítica” (1).

Teniendo en cuenta nuestros valores éticos como profesionales, y pensando siempre en el bien común, buscando el desarrollo y el progreso de las comunidades, siendo muy acertadas en nuestro trabajo ya que cada día profundizamos en conocimiento para capacitar y mejorar o adaptar los métodos y modelos de producción, y producir más rentablemente reduciendo costos y mano de obra. Y sin dejar de ser humanos, poder capitalizar grandes empresas que permitan la estabilidad socioeconómica de la región y porque no del país.

“Has triunfar a los demás y estarás siempre en la cima” (anónimo)

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