ESCEPTICISMO Y DETERMINISMO
Enviado por Pilar6 • 28 de Enero de 2014 • 405 Palabras (2 Páginas) • 358 Visitas
ESCEPTICISMO/DETERMINISMO
Ante la pregunta sobre la posibilidad del conocimiento, es decir, si podemos llegar a conocer, desde antiguo ha habido dos formas de plantear el problema: el escepticismo y el dogmatismo. El escepticismo supone la imposibilidad de alcanzar un acuerdo sobre la capacidad de conocer o de proceder ante el conocimiento, e incluso dudar de poder alcanzar algún tipo de conocimiento. Una de las primeras actitudes escépticas la tenemos en los sofistas (s.v a.C.) y concretamente en Gorgias, uno de los más radicales. Este dijo que "nada existe; si algo existiera no lo podríamos conocer; aunque lo pudiéramos conocer, no lo podríamos comunicar". Como vemos el escepticismo es la negación de todo conocimiento firme y opinión segura. El escepticismo radical puede llevarnos a una especie de parálisis intelectual, pues, si nada podemos conocer, ¿para qué investigar? Y también puede llevarnos a la desorientación moral, pues como todo es relativo, unas cosas no son mejor que otras o preferibles a éstas. En pequeñas porciones, sin embargo, el escepticismo si puede dirigirnos hacia el conocimiento al inculcar en nosotros la suficiente duda como para querer investigar más. Esto es lo que le pasó a Descartes, quien conocía el escepticismo radical de Montaigne, pero lo superó desarrollando a partir de la duda (duda metódica) un método que nos llevara a alcanzar verdades incuestionables. Hume, en el s. XVIII nos avisa que una postura radicalmente escéptica no nos lleva a ninguna parte, aunque sí que nos avisa de que no podemos dar por ciertas las relaciones de causalidad (causa-efecto) pues éstas se basan más en la costumbre que en la experiencia concreta (no siempre que está nublado llueve, aunque pase la mayoría de las veces). Respecto al dogmatismo podemos decir que afirma la capacidad del hombre para conocer, incluso admitiendo la posibilidad de equivocarse. El dogmatismo en su lectura más radical, supone una confianza ciega en la capacidad humana para conocer. El hombre dogmático radical sólo admite como válida su visión de las cosas, lo cual nos lleva inevitablemente al error y a los prejuicios. El dogmatismo moderado, sin embargo, confía de una manera razonada en las capacidades humanas. Por eso, como hemos nombrado antes, Descartes, pone en duda todo, pero no para caer en el escepticismo de Montaigne, sino para alcanzar un método con una bese firme que nos ayude a encontrar un principio que se nos presente de una forma clara y distinta.
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