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ETICA Y GLOBLIZACION


Enviado por   •  27 de Mayo de 2014  •  2.483 Palabras (10 Páginas)  •  294 Visitas

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Estoy muy contento de estar aquí, a pesar de los graves y difíciles problemas en que se

encuentra Argentina, América Latina y el planeta también.

Al hablar de Etica y Globalización no podemos obviar la fuerte conexión que existe entre la

noción de desarrollo y la de globalización. Podemos considerar que el fenómeno de la

globalización es un producto ocasionado por la aventura histórica de los países llamados

“desarrollados” y que el proyecto de la globalización consiste en llevar a cabo un desarrollo

federalizado. Pero en primer lugar realizare la crítica ética de la noción misma de desarrollo y

después veremos si existe un camino para la integración ética.

Si consideramos la noción de desarrollo desde un punto de vista ético, debemos saber que no

existe ningún tratado ético posible si pensamos que el concepto de desarrollo tiene como

núcleo una noción ética y económica. Es un concepto que contiene en sí mismo, los conceptos

de utilitarismo y de cualidad. ¿Qué significa ésto? Que si nos limitamos a este tipo de visión,

caeremos, en consecuencia, en la ignorancia de los rasgos no utilitarios de la vida humana:

amor, pasión, honor, ludismo, y de todas sus cualidades.

Digamos entonces que existe en el interior de la noción de desarrollo, la única visión del

hombre económico “hommo economicus”, y no, la realidad del hombre complejo con todos

sus rasgos. En esta complejidad es donde coexiste el sentido del valor y de la calidad poética

de la vida. Pero ésto no basta.

Hay un carácter anti-ético en el concepto y en el movimiento histórico del desarrollo. ¿Por

qué? Porque en las sociedades llamadas “desarrolladas” podemos ver la desintegración de las

solidaridades tradicionales de la gran familia, del barrio, de las comunidades y la desaparición

de las solidaridades concretas entre personas que no pueden ser reemplazadas por las ayudas

burocráticas y las solidaridades que necesitan dinero para comprarse.

Otro rasgo: las megalópolis - las grandes ciudades del desarrollo más adelantado- están en

estado de desintegración del tejido social; en la mentalidad de la gente y sobre todo en la de

los jóvenes, no existe la idea de sentido cívico como un super-ego de la sociedad común.

Otra razón: el desarrollo es al mismo tiempo, desarrollo del individualismo; algo muy bueno ya

que el individualismo significa autonomía individual, pero hay tambien desarrollo del

individualismo egocéntrico donde las agresividades individuales, el mercado, el provecho,

amplifican este egocentrismo con la sed permanente de más y más consumo lo que produce

una desintegración ética.

Sabemos también de la desintegración de una de las virtudes heredadas de civilizaciones

antiguas y que se arraigo en las civilizaciones tradicionales: la hospitalidad, la recepción del

otro, del extranjero.

Finalmente, las especializaciones en todos los sectores económicos del trabajo y del

pensamiento también, encierran a los seres humanos en actividades fragmentadas, aisladas y

donde se pierde el sentido de la realidad común en la cual nosotros estamos incluidos. De este

modo el sentido de la responsabilidad para los otros y para su comunidad, también se

desintegra. No olvidemos, además que los motores del desarrollo en la ciencia, la técnica, la

economía, el provecho están sin ningún control ético. Y Washington desarrolló la idea –muy

útil y fundamental -, porque en los principios de la ciencia moderna occidental del siglo XVII

hay una autonomía total de la ciencia frente a la política, a la ética, a la religión, digamos a la

condición de desarrollo de la ciencia. Pero a mediados del siglo pasado, la ciencia desarrolló un

poder tan grande sobre la sociedad, y peligros tan gigantes o de destrucción provenientes de la

física nuclear o de la manipulación que pone en evidencia la falta de regulación ética.

De la misma manera, la técnica y la economía no tienen control ético y éste es el problema de

nuestro porvenir planetario.

Pensemos también que las civilizaciones llamadas desarrolladas se encuentran hoy día en una

profunda crisis, en una degradación de la calidad de vida, crisis económicas que no han

desaparecido, y crisis ética de la cual ya hablamos.

Hay una resurrección de la pobreza en los países ricos.

Además, desde el punto de vista económico podemos pensar que las crisis que se producen en

varios lugares del planeta no se pueden considerar cada una como una excepción, como un

accidente, cuando existe un problema critico fundamental en el modo económico del

mercado mundial sin regulación hoy día.

La tragedia de la Argentina no se puede considerar como una excepción, es un caso

adelantado y extremo de los peligros comunes para todos.

Esto me recuerda que en los años 50 y en la época en que no existía sanción demográfica en

todos los países europeos por aumento de los nacimientos, llegó súbitamente una caída

demográfica en Berlín y para muchos demógrafos era una cosa excepcional originada por la

situación particular de Berlín, pero era en realidad, el anuncio de la crisis demográfica que llego

años más tarde a todos los países de Europa. Entonces debemos pensar en todo esto y

generar así la ética en nuestra civilización, en nuestro desarrollo.

Podemos decir pues, que en el concepto de desarrollo sostenible hay un fondo ético. El

trasfondo ético viene de una preocupación, no únicamente para las otras sociedades y para el

planeta finalmente como lo indica Johanesburgo, sino también denota una preocupación ética

para generaciones futuras.

Hay un concepto ético introducido en la noción de desarrollo sostenible. Pero a mi entender,

esto no es suficiente. Pienso que se debe integrar los mejores rasgos del concepto de

desarrollo para una generación ética pero integrarla con un concepto más amplio, más crítico,

más generoso que podríamos llamar una política de civilización.

Ya hemos hablado de la decadencia, de la desintegración de las solidaridades, y también de la

desintegración del sentido de la responsabilidad. Pensemos ahora que solidaridad y

responsabilidad son las dos fuentes primeras de la ética, la otra es la comprensión del uno

hacia el otro. Y la resurrección ética necesita eliminar la idea cerrada de

...

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