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Efectos Perlocusionarios E Ilocusionarios


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2012  •  5.579 Palabras (23 Páginas)  •  1.020 Visitas

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EFECTOS ILOCUCIONARIO Y PERLOCUCIONARIO

EN LA TEORÍA DE LOS ACTOS DE HABLA Y EN SUS

POSTERIORES REFORMULACIONES*1

ILLOCUTIONARY AND PERLOCUTIONARY EFFECTS IN SPEECH

ACT THEORY AND LATER REFORMULATIONS

Guadalupe Álvarez

Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural, Argentina

unaguadadelmundo@gmail.com

Resumen

El objetivo de este artículo de revisión es analizar algunas de las principales propuestas que abordan los efectos ilocucionarios y perlocucionarios. A partir de esta revisión, se determinan dos grupos: a) propuestas que estudian fundamentalmente el efecto perlocucionario y reducen el efecto ilocucionario a que el oyente comprenda lo que el hablante dice e intenta hacer, y b) propuestas que reelaboran esa noción de efecto ilocucionario, adjudicando al oyente un rol más activo respecto a la fuerza ilocucionaria, pero no consideran en profundidad el efecto perlocucionario. Se concluye que ninguna propuesta integra los efectos ilocucionario y perlocucionario en un modelo de análisis de interacciones comunicativas reales, lo que se proyecta como objetivo para futuras investigaciones.

Palabras clave: efectos ilocucionario y perlocucionario, análisis de interacciones comunicativas.

* Departamento de Tecnologías de la Información y la Comunicación, Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural (CIAFIC), Buenos Aires, Argentina.

Agradezco a Anita Fetzer por las discusiones sobre el tema y a Gustavo Constantino y a

Elbia Difabio por la lectura minuciosa de la primera versión del manuscrito. Deseo asimismo agradecer al referencista anónimo de Onomázein por sus sugerencias y comentarios.

Fecha de recepción: septiembre de 2007

Fecha de aceptación: noviembre de 2007

1. INTRODUCCIÓN

La teoría de los actos de habla, inicialmente formulada por Austin (1971) y más tarde reelaborada por Searle (1977a, 1977b), ha contribuido a reconocer la dimensión accional del lenguaje. Sin embargo, como propone Sbisà (2001, 2002), ni la primera formulación de la teoría ni sus sucesivos desarrollos han explotado todos los aspectos en que el lenguaje y las acciones se conectan. En este sentido, han prestado especial atención a las intenciones del hablante para determinar las acciones (Linell, 1998; Rosaldo, 1982) pero no se han ocupado de la producción de efectos que deriva del mismo concepto de acción (Sbisà, 2002). Mientras Sbisà (2001, 2002) señala la escasa preocupación por los efectos ilocucionarios (EI), otros autores explican que los efectos perlocucionarios (EP) han sido estudiados de manera secundaria o, directamente, no han sido tenidos en cuenta

(Gu, 1993; Mey, 2001).

En este artículo de revisión se analiza el tratamiento de los EI y los EP tanto en las propuestas clásicas (Austin, 1971; Searle, 1977a, 1977b) como en sus posteriores reformulaciones (Bach & Harnish, 1979; Davis, 1980; Fetzer, 2002; Gu, 1992; Habermas, 1987; Reiss, 1985; Sbisà, 2001, 2002; Tsui, 1985; van Eemeren & Grootendorst, 1983). De acuerdo a los aportes y las limitaciones de las propuestas analizadas, se establece un posible objetivo para futuras investigaciones que analicen interacciones comunicativas reales.

2. SOBRE LA TEORÍA TRADICIONAL DE LOS ACTOS DE

HABLA

2.1. Los aportes de Austin

El trabajo de Austin se compone, en términos generales, de dos partes: 1) propone la distinción constatativo - performativo, que más tarde desacredita, y 2) reemplaza esa propuesta por otra alternativa, la teoría de los actos de habla.

En la primera etapa de su trabajo, Austin cuestiona la filosofía tradicional por haber trabajado sólo con enunciados que describen un estado de cosas y se someten a condiciones de verdad y falsedad, como El sol sale todos los días. Según este filósofo inglés, además de esos enunciados a los que llama constatativos, existen otro tipo de enunciados, los performativos, que al ser expresados realizan una acción o parte de ella. Por ejemplo, Bautizo este barco Libertad o Te aconsejo que lo hagas. A diferencia de los constatativos, estos enunciados no son verdaderos o falsos sino afortunados o desafortunados.

Para analizar el éxito de los performativos en las situaciones reales en las que son empleados, Austin propone las condiciones de fortuna (Austin, 1971): A.1) Debe existir un procedimiento convencional que tenga un efecto convencional; dicho procedimiento debe incluir la emisión de ciertas palabras por parte de ciertas personas en ciertas circunstancias. Además, A.2) las circunstancias y las personas deben ser adecuadas, tal como se especifica en el procedimiento.

B.1) El procedimiento debe ejecutarse por todos los participantes de manera correcta y B.2) completa. C.1) Las personas deben tener los pensamientos, sentimientos e intenciones necesarios, tal como se especifica en el procedimiento y, C.2) si se especifica una conducta consecuente, entonces las partes pertinentes deben seguir tal conducta. (Austin, 1971:56) Pretendiendo dar cuenta del éxito de los performativos, Austin inicia un estudio de la relación entre las formas lingüísticas y las acciones que combina aspectos lingüísticos (léxico, gramática) con factores de diversa naturaleza, como los situacionales. En esta propuesta introduce la idea de efectos: por un lado, el efecto convencional asociado al procedimiento y, por otro, diversas consecuencias (conducta consecuente) de las que no da detalles.

En la segunda etapa de su investigación, propone que hablar es hacer cosas y define el acto de habla como la realización de tres tipos de actos (Austin, 1971, pp. 143-145): a) acto locucionario, que comprende los actos fonético (emisión de ciertos ruidos), fático (emisión de ciertas palabras y términos) y rético (uso de esos términos con un cierto sentido y referencia); b) acto ilocucionario, que asocia lo dicho con cierta fuerza convencional o fuerza ilocucionaria (e.g., preguntar o responder a una pregunta, dar información o seguridad, advertir, anunciar un veredicto o un propósito), y c) acto perlocucionario, acto conseguido por decir algo.

De acuerdo con las definiciones de Austin, los EP son ciertas consecuencias o efectos sobre los sentimientos, pensamientos o acciones del auditorio o de quien emite la expresión o de otras personas, mientras que los EI comprenden: a) la comprensión del significado y de la fuerza de la locución que pretende realizar el hablante, b) el “tener efecto” (como efecto diferente al provocar cambios en el curso natural y normal de los acontecimientos), y c) la respuesta o secuela que ciertos actos, como las apuestas, reclaman en virtud de una convención

(Austin, 1971, pp. 162-163).

Desde el punto de vista teórico, queda

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