El Amor En Alcestes
Enviado por Breen.Poli • 24 de Marzo de 2015 • 1.665 Palabras (7 Páginas) • 285 Visitas
Literatura Grecolatina.
Contexto histórico, social y cultural de la obra: Alcestes, Eurípides.
Conocidos por los relatos de Homero y el esplendor de sus Dioses Olímpicos, los griegos en realidad se adecuaban tan bien a la guerra como a la filosofía. Tras sobrevivir al enfrentamiento con los persas y a luchas internas, cayeron bajo el dominio de Filipo II.
La civilización egea que floreció en Creta y más tarde en Micenas y Troya, se basaba en el comercio marítimo. Hacia el año 1200 a.C. esta civilización fue invadida por los dorios; con lo que se produjeron relaciones entre los invasores y los habitantes autóctonos; de esta mezcla vinieron los griegos.
Entre el tercer y el segundo milenio antes de Cristo se desarrolló en las islas del mar Egeo la primera cultura europea. La isla de Creta fue el centro de un avanzado imperio marítimo. La sociedad se distinguió por su forma de vida, muy avanzada para la época: los palacios tenían agua corriente, calefacción, desagüe para lluvias y cloacas. Las mismas cosas que cuatro mil años después todavía faltan en buena parte de Buenos Aires.
Las mujeres cretenses tuvieron mucha más libertad que en otros estados. Su religión era el culto a un Dios de la Fertilidad, representado por un toro. La cultura cretense desapareció hacia 1500 a.C. a causa de una explosión volcánica en la isla de Tera y a la posterior invasión de los pueblos de Grecia continental: los aqueos.
Los aqueos eran un pueblo guerrero procedente del sur de la actual Rusia que (hacia el 1500 a.C.) invadieron Grecia, donde fundaron numerosas ciudades-estado. La llegada de los aqueos inició la civilización micénica.
Grecia quedó conformada así por ciudades-estado independientes, gobernadas por oligarquías aristocráticas. Las dos polis (ciudades-estado) griegas más importantes fueron Esparta y Atenas.
EL AMOR RELACIONADO CON LA OBRA: ALCESTES DE EURIPIDES.
Como se puede apreciar, la obra está basada en el amor de pareja, el amor de madre y del cariño hacia quien ha sabido ser justa, honesta, buena con los demás.
Cuando Alcestes acepta morir para salvar la vida de su esposo, es la mayor muestra de amor, pues ella acepta lo que venga con tal de conservar la integridad de su esposo, a pesar de que estaba consiente de todo lo que dejaba en la tierra, aunque no sabía lo que le esperaba despues de ello.
También se refleja cuando ella solloza por dejar a sus hijos porque es tanto el amor de madre que a pesar de dar todo por su amante, le cuesta mucho dejarlos. Aunque era muy creyente de su dios, Zeus, sabía que por un largo tiempo no vería a sus hijos, no volvería a sentirlos cerca, a escucharlos o sentir su calor. El amor de madre le comía el interior. No le era fácil desprenderse de ellos.
Ella da la vida por su esposo con el temor de que él, la pudiera remplazar, de que quizá sus hijos no soportarían tal perdida, sin embargo por amor a él, toma todo con mucha tranquilidad. No sabe lo que va a pasar despues de su muerte pero está segura de lo que pasaba en ese momento. La consorte de Admeto se despide de su lecho, parcial responsable de su destino, y la madre se lamenta por dejar huérfanos a sus hijos. Alcestis se compadece de sí misma al tener que cumplir con su deber, por ello le encomienda el cuidado y la educación de sus hijos. Da la vida por la persona que más amaba y con la que había decido pasar el resto (o lo que quedaba) de su días.
Admeto es una muestra más de amor, ya que toda la obra no es posible detener el pesar de la muerte de su esposa. No se deja de lamentar el perder a su esposa, su amor es tanto que en un momento no se imagina una vida sin ella. No encuentra consuelo. Admeto en el momento de la partida de su esposa, se da cuenta del gran dolor que va a causarle la desaparición de Alcestis. La tristeza por la inminente partida de su consorte, lo hace reafirmar el valor de semejante sacrificio.
“ADMETO.---- ¡Pobre de mí! Escucho estas palabras dolorosas, más terribles para mí que todas las muertes. ¡Por los Dioses!, no tengas el valor de abandonarme, no por los niños, a los que dejas sin madre. ¡Ánimo, levántate!, muerta tú, ya no podría vivir. En tus manos está vivir o no. Tu cariño me colma de adoración por ti.” (Eurípides, Alcestes, pp.20-21)
Le promete serle fiel a pesar de que ella muera, que nadie ocuparía su lugar. Para Admeto no va a existir alguna otra mujer que pudiera, si quiera, comparársele un poco a Alcestes, para él, ella es la mujer perfecta, completa, a la que no le faltaba nada, una mujer capaz de renunciar a sí misma con tal de ser
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