El Escenario Escéptico Del Sueño

El escenario escéptico del sueño

En Meditaciones Metafísicas, Descartes comienza a dudar de todo en el sentido de poner a prueba la verdad de algo. Su filosofía aspira a estar basada en la certeza: el conocimiento firme y seguro de algo que se presente como evidente (de algo de lo cual no puede dudarse).

De esta manera, argumenta contra los sentidos porque, como fuente posible de conocimiento, la información que ellos aportan resulta engañosa (y no hay que fiarse de quienes nos han engañado una vez). Ahora bien, hay cuestiones que parecen ser razonablemente indudables aunque las conozcamos por su medio; como por ejemplo: “que usted, profesor, en este momento esté aquí, sentado en vuestro escritorio del aula número 2003 de la Facultad de Psicología, leyendo este escrito que sostiene con sus propias manos llenas de tiza tal vez… Con lo cual, estos conocimientos surgidos de la captación sensible de los objetos cercanos o muy próximos a nosotros, quedan fuera del argumento anterior.

Sin embargo, como somos hombres y consiguientemente solemos dormir, soñar y representar en sueños las mismas cosas que nos suceden estando despiertos… No hay indicio claro ni evidente que nos permita la distinción concluyente entre el estado de sueño del estado de vigilia. Este argumento está basado en la imposibilidad de distinguir desde los sentidos mismos el sueño de la vigilia, con lo cual la realidad objetiva de los conocimientos se desvanece en tanto pueden ser simplemente el contenido de una experiencia onírica.

A partir de esta exposición, debemos admitir la posibilidad de que el conocimiento sensible que poseemos de las cosas que se me presentan muy cercanas y muy presentes, en la medida en que esas cosas pueden ser el contenido de un sueño y, en tanto no tenemos criterios suficientes para distinguir el sueño de la vigilia, son dudosas. En consecuencia, las cualidades primarias –la existencia misma de las cosas- entran dentro del campo de la duda.

Mediante este paso, Descartes se permite dudar de disciplinas tales como la Física, la Astronomía, la Medicina, y demás ciencias teóricas que tratan de objetos sensibles y que necesitan las cosas para poder describir.

No obstante, bien puede suceder que haya determinados conocimientos a los cuales no les afecte ser producto de la vigilia o del sueño, es decir, hay determinadas cosas simples (ideas simples alcanzadas por el puro razonamiento ejemplificadas por Descartes mediante las matemáticas) de las cuales da lo mismo que las soñemos o no. Así pues, dos más tres da como resultado cinco tanto en el sueño como en la vigilia.

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