El Hombre Como Ser Social Y Político

Título:

El hombre como ser social y político

Introducción:

El hombre tiene como necesidad o instinto además de relacionarse, tener autoridad o ser gobernado; esto es indispensable para su desarrollo y la relación de este con su entorno. Y es un ser político, porque es necesario estructurarse, organizarse, para dar vida a lo que conocemos como "sociedad". El establecimiento del principio de autoridad, en este contexto, es de suma relevancia para dar a la sociedad un lugar relativamente ordenado para nacer, desarrollarse y lo más importante: permanecer.

Desarrollo:

La honestidad es la primera cualidad que el nuevo gobernante debe demostrar fehacientemente. Para ser absolutamente confiable, correcto, sin tacha para todos sus gobernados. Eso le dará la fuerza necesaria para llevar a cabo sus planes de corto y largo plazo. La concedería una gran autoridad. Una mente lúcida e ilustrada, puesta al servicio de su gestión. No al servicio de los aduladores que le llevan y traen grandes negocios de un lado para el otro, disfrazados de una blancura que daría envidia a los ángeles, cuando sabemos de sobra que en los círculos del poder político se fraguan negros y turbios negocios que hacen aparecer de un día para otro grandes fortunas. Una mente limpia es sabia, es inteligente, entendida, afectuosa, amable, pura y buena. Sin necesidad de haber pasado por los claustros universitarios. Es indispensable que tenga eso que llamamos alma, la cual expresa en el hombre su pureza, intuición, cordura. Le da la visión necesaria para mirar más allá de su nariz; y le saca de los ojos la "venda del poder" que lo aleja de su pueblo, para convertirlo en un egocéntrico. Poner el alma en la gestión, es dejar un sello imborrable, es dejar marcada la identidad con mayor fuerza de un monumento, o un bronce recordatorio. Es la obra realizada la que perdura. Espíritu, que es la sustancia que le da fuerza al gobernante, es el combustible que pone en marcha la máquina de hacer. Quien gobierna con amor, que sería la siguiente cualidad, consigue el calor de su pueblo, alienta la obra en sus manos, y abre los caminos infinitos del trabajo. Sus gestiones serán fructíferas, porque esgrime sus pedidos con amor.

Se les atribuye a los elementos propios del Estado de Derecho un mayor peso en la Ley Fundamental y un peso menor a los elementos democráticos, lo que conduce a desequilibrios y tensiones en el Estado democrático de Derecho que se pueden entender como conflictos constitucionales intrínsecos y que tendencialmente se solucionan en favor de los principios característicos del Estado de Derecho a costa de los principios democráticos. Tales debilidades democráticas se abordan con frecuencia (sólo) desde la perspectiva de la falta de posibilidades de participación del pueblo a nivel federal por medio de mecanismos de democracia directa, pero se reflejan también en muchos otros contextos, de los cuales seleccionamos sólo algunos.

El principal es la continua conspiración de los más ricos contra la democracia. Para ellos es más fácil "gobernar" sus riquezas con un Dictador arriba. Sin Congreso las leyes las dictan ellos para defender sus intereses y robarse otros que pertenecían al pueblo.

Conservar un cierto equilibrio entre la participación de los ciudadanos y la capacidad de decisión del gobierno es, quizás, el dilema más importante para la consolidación de la democracia.

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