El Hombre Conceptos
Enviado por kelly91294 • 12 de Enero de 2014 • 3.360 Palabras (14 Páginas) • 242 Visitas
CONCEPTOS
Alienación
Proviene del vocablo latino alienus, que significa ‘ajeno’, ‘lo que es o pertenece a otro’. Tradicionalmente se utilizó el término dentro del ámbito jurídico con el sentido de enajenar: pérdida de un bien a causa de una venta o una donación. Sería el filósofo alemán Hegel el primero en utilizarlo en sentido filosófico (con el significado de ‘dejar de ser uno mismo’). Desde entonces, y sobre todo a partir de la obra de K. Marx, el término se ha incorporado al léxico académico de disciplinas tales como la filosofía, la psicología o la sociología.
‘Estar alienado’ significa no ser uno mismo, es decir, haberse convertido en ‘otro’. Cuando una persona no sigue sus propias inclinaciones ni desarrolla su auténtica personalidad bien porque su conciencia ha sido manipulada por otros, bien porque deja de comportarse de una manera libre y responsable, abandonando sus decisiones en manos de otros decimos de ella que es una ‘persona alienada’. Un rasgo típico de la alienación es que el individuo que la sufre no suele ser consciente de ella o se niega a reconocerla explícitamente.
Fue Marx, creador de la doctrina comunista y socialista, el primero en estudiar detenidamente dos modalidades de la alienación:
- Económica: según él, el obrero se encuentra alienado dentro del sistema productivo, ya que su trabajo no repercute en sí mismo, sino que le es expropiado por su patrón. De esa manera, el proletario no se reconoce en su propia actividad (trabajo). Además, el sistema productivo tiende a considerar al obrero como una mercancía más, de tal manera que éste se convierte en una ‘cosa’ o en una ‘máquina’ más dentro de la cadena de producción (se deshumaniza), dejando con ello de ser persona. Según Marx, el obrero se prostituye cuando vende su fuerza de trabajo (su capacidad humana para transformar el mundo) como si fuera una mercancía.
- Ideológica: según la teoría marxista, las ideologías han sido construidas y defendidas por las clases dominantes. Por ello, están a su servicio; poseen una finalidad esencial: justificar teóricamente la situación social establecida (y, por tanto, su posición de dominio en ella) y convencer a los dominados de que su situación no es el fruto de unas condiciones económicas determinadas, sino que viene impuesta por la propia naturaleza o por unas determinaciones históricas invariables. De ahí que cumplan una función social alienadora: fabricar ‘falsas ilusiones’ o ‘mentiras consoladoras’ para el consumo de los oprimidos, de tal manera que éstos acepten su situación como algo natural y no se cuestionen un cambio del orden social.
Con la llegada del siglo XX, y la aparición de los medios de comunicación, surgieron dos nuevas técnicas favorecedoras de la alienación social (sobre todo, destinada a la llamada ‘sociedad de masas’): la propaganda y la publicidad. La primera es utilizada fundamentalmente por los partidos políticos y los movimientos sociales o religiosos. La segunda es el instrumento por el cual la sociedad de consumo procura crear hábitos y conductas consumistas en los ciudadanos, fomentando ‘falsas necesidades’ o promoviendo modas transitorias que potencien el consumo de productos.
En psicología y psiquiatría, se usaba antiguamente el término para designar a ciertas personas con trastornos mentales. De hecho, uno de los nombres que recibían antiguamente los psiquiatras era el de ‘alienistas’.
Alma
El término proviene de ‘anima’, palabra latina que significa aire, aliento, principio vital.
La Teología y en general las religiones consideran al alma como una sustancia espiritual que en unión del cuerpo constituye la esencia del ser humano. Las dos grandes características del alma son: inmortalidad y espiritualidad (el alma es inmaterial).
En el pensamiento cristiano, el alma posee una importancia mayor que la del cuerpo, puesto que es la depositaria de las verdades escritas por Dios dentro de ella para que los seres humanos sean capaces de distinguir el bien del mal (ley natural). En ese sentido, el cristianismo afirma que la vida moral de un individuo se debate entre la tendencia del alma hacia el bien y las tendencias del cuerpo hacia lo sensible y los placeres materiales. Por eso, hay que dominar las pasiones, renunciando a la satisfacción de aquellas que van contra la ley escrita por Dios en el corazón de los hombres. A través del ascetismo se purifica el alma del influjo de las pasiones materiales.
El cristianismo, y también otras religiones como el Islam, creen en la existencia de un Juicio final donde serán juzgadas las almas en razón de sus méritos morales contraídos durante su existencia en la vida terrena.
El concepto de alma está presente ya en las primeras manifestaciones religiosas de los pueblos. Los antropólogos afirman que surgió a través de una experiencia íntima común a todos los seres humanos: la distinción de dos realidades aparentes dentro de nosotros; una de carácter material (cuerpo orgánico) y otra no perceptible, de naturaleza espiritual, responsable de los procesos intelectuales y sentimentales (alma).
Esa distinción entre cuerpo y alma dio lugar, a lo largo de la historia del pensamiento y las religiones, a distintas formas de entender la relación entre las dos partes: dualismo (dos realidades completamente separadas), monismo o panteísmo (una sola realidad aunque con distinta apariencia), doctrinas maniqueas (dos realidades, una representante del bien y otra del mal, que luchan entre sí), materialismo (lo que llamamos alma no existe; sólo es el resultado de procesos orgánicos y de causas químico-biológicas), etc.
En los tiempos actuales, el concepto de alma ha quedado relegado exclusivamente a la teología y a la fe. La idea del alma como entidad donde residían los procesos intelectuales, emotivos y motivacionales ha sido sustituida por otra terminología científica más acorde con los nuevos métodos de investigación. En su lugar se utilizan ahora términos como mente, conciencia, yo, estructuras mentales, sujeto cognoscente, etc.
La ciencia y la filosofía de orientación materialista niegan la existencia del alma, pues según ellas todos los procesos humanos, incluido el conjunto de las facultades mentales, tienen una explicación material.
Animismo
Término creado por Tylor, antropólogo estudioso de las religiones, para designar las creencias religiosas de las sociedades primitivas, según las cuales todos los seres vivientes (árboles, flores, animales) e incluso los fenómenos de la naturaleza (ríos, nubes, etc.) eran portadores de espíritus individuales. Esos espíritus podían ayudar a los seres
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