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El Individuo En La Sociedad Moderna


Enviado por   •  23 de Octubre de 2013  •  8.202 Palabras (33 Páginas)  •  635 Visitas

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EL INDIVIDUO EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA DOSSIER

ARGUMENTOS • UAM-X • MÉXICO 59

De la tragedi a al males tar en la cultura:

Geor g Simmel y Sigmund Fre ud

Jorge E. Brenna B.

El propósito de este artículo es hacer una reflexión cruzada acerca de los diagnósticos sobre el

malestar en la cultura moderna elaborados por Georg Simmel y Sigmund Freud a finales del siglo

xix. La idea es analizar el papel que ambos pensadores le asignan a los efectos sobre el interior

del individuo causados por los llamados males de la modernidad (la racionalidad, el cálculo, la

indolencia, la represión de los instintos, la moral, entre otros). Por otra parte, se pretende destacar

la originalidad de ambos pensadores y, al mismo tiempo, el paralelismo de sus reflexiones en un

tiempo y en un espacio contiguo (Viena y Berlín). Ambas reflexiones sustentadas en un estilo

original y una voluntad de ruptura con los cánones científicos y culturales de la época. Finalmente,

lo anterior es llevado a una conclusión en la que se postula la necesidad de reconstruir los

principios y los métodos con que las ciencias sociales y en especial la sociología se acercan a una

realidad social en la que existe un sujeto-objeto que habla de sí.

Palabras clave: modernidad, malestar en la cultura, inconsciente, alma humana, sociedad, transdisciplina,

individuo, sociología.

abstract

The purpose of this article is to make a reflection about the diagnostics on the discomfort in

the modern culture, elaborated by Georg Simmel and Sigmund Freud at the end of xixth

century. The idea is to analyze the role that both thinkers assign to the effects on the interior of

the individual, caused by the so called illnesses of modernity (rationality, calculation, indifference,

repression of the instincts, moral, etcetera). On the other hand, we try to emphasize the

originality of both thinkers and, at the same time, the parallelism of his reflections in a time and

a contiguous space (Vienna and Berlin). Both reflections sustained in an original style and a will

of rupture with the scientific and cultural canons of their time. Finally, what we have indicated

before is taken to a conclusion in which we have postulated the necessity to reconstruct the

principles and the social methods whereupon sciences—especially sociology—approach a social

reality in which a subject/object exists and speaks for himself.

Key words: Modernity, discomfort in the culture, unconscious, human soul, society, trans discipline,

individual, Sociology.

J.E. BRENNA DE LA TRAGEDIA AL MALESTAR EN LA CULTURA: G. SIMMEL Y S. FREUD

60 NUEVA ÉPOCA • AÑO 22 • NÚM. 60 • MAYO-AGOSTO 2009

Introducci ón

En la segunda mitad del siglo xix, Europa encarnaba las aspiraciones y la cultura de Occidente.

París, Berlín, Viena, Praga, entre otras, se habían convertido en los escaparates de

la modernidad floreciente: la urbanización superaba los límites de la añeja hegemonía

de los centros históricos, abriendo la ciudad al tráfico de gente, mercancías y transportes

de todo tipo. La vida moderna pasó a ser algo normal y, para muchos, inevitable. El

brillo y el glamour de las metrópolis ocultaban lo que empezó a suceder de manera lenta,

pero constante. Para muchos, algo no estaba del todo bien y en la cultura moderna, un

gran malestar comenzaba a sentirse. Las grandes ciudades se habían convertido en las

realidades cosmopolitas en las que se daban todo tipo de experiencias de cambio e incertidumbre

que dejaban atónitos y desconcertados a los indefensos urbanitas —como

los denominó Simmel.

En Berlín el profesor Georg Simmel, filósofo y sociólogo sui generis, se percató de

ese malestar y reflexionó intensa y apasionadamente acerca de las profundas paradojas

que la cultura y la vida moderna mostraban en las grandes metrópolis, y que impactaron

la vida interior de los individuos. En Viena, el doctor Sigmund Freud encarnaría una

experiencia similar, aunque desde una plataforma teórico-práctica distinta. La labor

clínica del doctor Freud con pacientes histéricos (especialmente mujeres) lo llevarían,

paulatinamente, a una reflexión profunda acerca de los efectos de la cultura moderna

sobre la psique de los individuos, produciendo en ellos trastornos físicos y conductuales

inexplicables e incurables hasta entonces. El descubrimiento del inconsciente como

núcleo psíquico en donde se efectúan procesos irracionales que marcan a los pacientes,

vino a ser la base de la revolución que desataría la construcción del psicoanálisis.

Berlín y Viena son, entonces, los ejes de una revolución científica, humanística y, sobre

todo, cultural. Nunca antes nadie, excepto Nietzsche, había cuestionado tan intensa y

sistemáticamente acerca del sentido de la cultura moderna, mostrando sus efectos nocivos

para el ser humano. A fin de cuentas, sería el precio que la modernidad empezaría a

cobrar a los hombres por la avalancha de cambios y por las asombrosas tecnologías. Tanto

desarrollo y tanto mundo sintetizados en un espacio tan —relativamente— estrecho: el

ámbito urbano europeo.

BERLÍN Y SIMMEL

La ciudad de Berlín, donde nació Georg Simmel, entró en la historia en 1415, cuando

fue elegida capital del estado de Brandeburgo, entonces uno de los muchos estados del

mosaico que componía el Sacro Imperio Romano Germánico. En 1759, Prusia Oriental

EL INDIVIDUO EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA DOSSIER

ARGUMENTOS • UAM-X • MÉXICO 61

estaba en poder de los rusos que habían tomado Berlín, en el marco de la Guerra de los

Siete Años. Rusia se retiró en 1762, debido a que, a la muerte de la emperatriz su sucesor,

Pedro III, que admiraba a Federico el Grande de Prusia, firmó un tratado de paz.

En 1871, se crea el Imperio alemán y, por ser Brandeburgo parte del reino de Prusia,

Berlín se convirtió en capital del Imperio, cuando Prusia logró la unificación de Alemania,

tras derrotar primero a Austria en la Guerra de las Siete Semanas (1866) y luego acabar

con el Segundo Imperio francés al vencer a su ejército en la Guerra Franco-prusiana.

A partir de ese momento, la capital experimentó un considerable aumento demográfico,

pasando de 824 484 habitantes en 1871, a 1 888 313 en 1900, y a 4 024 165 en 1925.

Desde entonces, la ciudad se convirtió en un referente cultural, arquitectónico y centro

financiero

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