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El Mito De Sísifo


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2012  •  1.923 Palabras (8 Páginas)  •  1.772 Visitas

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Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra

(Recinto en Santiago)

Facultad de ciencias y Humanidades.

Departamento de Educación

Reporte sobre la obra:

“El mito de Sísifo”

(Albert Camus )

Antropología Filosófica

Sustentado por:

Wagner Sebastián Hernández Chávez

2008-0500

Prof. P. Willian Arias

Santiago

08/04/2011

El mito de Sísifo 1942 - (Albert Camus )

Es un ensayo filosófico, originalmente publicado en francés en 1942 como Le Mythe de Sisyphe. Me es muy interesante la cita con la que inicia este ensayo: “Oh, alma mía, no aspires a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible” (Píndaro III.Pítica).

Sísifo era un atribulado personaje de la mitología griega, el cual, como Prometeo, hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinidamente.

En esta obra Camus describe "El sentimiento del Absurdo", el reconocimiento profundo de la inanidad, y la intrascendencia del hombre enfrentado al cosmos, a su destino y a la historia, sólo rescatado cuando actúa "como si" pudiera cambiar el universo. Se discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre.

La filosofía del absurdo, establece que los esfuerzos realizados por el ser humano para encontrar el significado absoluto y predeterminado dentro del universo fracasarán finalmente debido a que no existe tal significado (al menos en relación al hombre), caracterizándose así por su escepticismo en torno a los principios universales de la existencia. Por ende propugna que el significado de la existencia es la creación de un sentido particular puesto que la vida es insignificante por sí misma, y que la inexistencia de un significado supremo de la vida humana es una situación de regocijo y no de desolación, pues significa que cada individuo del género humano es libre para moldear su vida, edificándose su propio porvenir.

Siendo el mundo tan fútil, Camus pregunta, ¿qué alternativa hay al suicidio? El ensayo se inicia: No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Camus desarrolla la idea del "hombre absurdo", o con una "sensibilidad absurda". Es aquél que se muestra perpetuamente consciente de la completa inutilidad de su vida. También es aquél que, incapaz de entender el mundo, se confronta en todo momento a esta incomprensión.

El hombre rebelde será, por lo tanto, aquel que se encuentre en todo momento frente al mundo. Para ello es necesaria una ética de la cantidad, no de la calidad, que acumule el mayor número de experiencias. Esta "eterna vivacidad", este eterno confortamiento con el absurdo mediante el mayor número de experiencias es justamente lo que daría sentido a no renegar del absurdo. En este punto Camus muestra como su existencialismo no promueve el quietismo y la pasividad ante el absurdo. Aceptar el absurdo, afirma, es la única alternativa aceptable al injustificable salto de fe que constituye la base de todas las religiones (e incluso del existencialismo, que por tanto Camus no aceptaba completamente). Valiéndose de muchas fuentes filosóficas y literarias, y particularmente de Dostoievski, Camus describe el progreso histórico de la conciencia del absurdo y concluye que Sísifo es el héroe absurdo definitivo.

Como ya se dijo al inicio “Los dioses habían condenado a Sísifo a subir una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso”. De esta forma, el autor intuye que la absurda tarea de Sísifo por subir la roca sin tener un propósito razonable y sabiendo que tendrá que comenzar el trabajo de nuevo, así por la eternidad, es metáfora de la vida del hombre, de la existencia angosta de éste.

El hombre nace y luego muere, y en el transcurso su mente juega con una pregunta de gran sentido filosófico, creadora y sublime. ¿Cuál es el propósito de la vida?, es la pregunta acerca del significado de la existencia, aquella que lucha por conocer para qué se nace y se vive. La pregunta generadora de filosofía, la cual ha tenido miles de respuestas a través de la historia, encuentra en Camus una contestación por demás rica y reveladora: se nace para morir.

En un estilo que recuerda a Heiddeger, se insinúa que el fin de la existencia es el fin mismo. El Sujeto nace y es proyectado hacia la muerte, esa es la única opción viable que se le presenta, todas sus esperanzas y sueños y planes a futuro no son validos, porque no son seguros, lo único constante es la muerte, eso es lo que mueve, la clave de estar y de ser. No hay más verdad, no hay más propósito.

¿Pero qué pasa mientras se vive?, ¿Qué pasa en ese interludio entre el nacimiento y la partida? El hombre pretende trabajar, amar, ser, y se pregunta siempre por la lógica del universo, por el orden del mismo y por los sucesos que le acongojan. Crea símbolos a fin de poder controlar, un poco, ese miedo natural a lo desconocido, les atribuye formas y estructuras familiares a fin de pretender un control sobre el entorno desconocido, sobre aquello en lo que no puede tener control. Hay en la naturaleza de la especie humana, una necesidad innata por clasificar todo lo que existe, a fin de apropiarse de ello, a fin de ser dueños de cualquier cosa (conocimiento, materia, seres), porque de lo que se es dueño no se puede tener temor.

Para ese propósito el hombre se reconoce en

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