El Orígen De La Filosofía
Enviado por vanevisu78 • 10 de Abril de 2013 • 4.431 Palabras (18 Páginas) • 469 Visitas
EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Casi todos los historiadores de la filosofía coinciden en situar el origen de la misma (al menos en lo que atañe a la filosofía occidental) en el siglo VIII a. de C. en torno a las ciudades (“polis”)) helénicas de la Jonia, o Asia Menor (lo que hoy es la costa oriental de Turquía).
¿Qué condiciones históricas y culturales dieron lugar a este hecho cultural, a esta nueva forma de “pensar el mundo”?
Breve reseña histórica
Después de la aparición de las primeras ciudades y la formación de los grandes imperios orientales, apareció en el mar Egeo una de las civilizaciones que mayor importancia ha tenido a lo largo de la Historia: la civilización griega. Se llamaban a sí mismos "helenos" y se consideraban parte de una misma comunidad, la Hélade. El apogeo de su civilización transcurrió desde el siglo VIII a.C. hasta el I a.C.
Desde el s XII a. C., a raíz de las invasiones dóricas, en torno a las fortalezas micénicas del mar Egeo, se fueron desarrollando pequeñas ciudades o polis, que unidas por el idioma y una cultura semejantes serán las protagonistas más destacadas de la historia de la Hélade.
La hélade no formó nunca una unidad política, pero los helenos compartían una cultura común. Hablaban dialectos de una misma lengua, creían en los mismos dioses, conocían las tradiciones y leyendas expresadas en los poemas de Homero , y participaban en cultos religiosos y deportivos comunes para todos ellos.
La historia de la Grecia antigua suele dividirse en tres períodos (cuyos límites temporales siempre son un poco forzados por razones pedagógicas):
1. Grecia Arcaica (ss. VIII – VI a. C.):
Grecia aristocrática; origen de la filosofía occidental, primeros filósofos o filósofos “presocráticos”.
2. Grecia Clásica (ss. V – IV a. C.)
Período de florecimiento de Atenas, origen de la Democracia, época de los grandes filósofos griegos: Sócrates, Platón, Aristóteles.
3. Grecia Helenística (ss. IV – II a. C.)
Imperio de Alejandro Magno, disolución de las Polis, filosofía helenística: estoicismo y epicureísmo (fundamentalmente)
Política, mito y moral en la grecia aristocrática
Las continuas guerras reclaman la existencia de líderes, aumentando el prestigio y número de nobles. La institución monárquica decae (los reyes de los que habla homero: los “basileis”), los nobles reclaman el poder. Así, en las primeras ciudades helénicas, una clase aristocrática de terratenientes (los upátridas) se apoderan del poder político y económico de la ciudad. Agrupados en gens o familias, se consideraban descendientes de los dioses, lo que les servía para justificar sus privilegios. Eran dueños de los terrenos cultivables y arrendaban los campos a otros ciudadanos más pobres, que pagaban por ello.
Solamente los aristócratas podrían costearse el armamento necesario para estar presentes en las continuas guerras, por lo cual sólo ellos luchaban en defensa de su ciudad, ganándose de paso un gran prestigio.
La Grecia arcaica (VIII-VI a.C.) es pues una sociedad ARISTOCRÁTICA. Las leyes defienden este statu quo (“estado de cosas”), y las formas de conciencia, las formas de pensar, justifican la organización social imperante.
La moral en el seno de una tal organización social es una “moral de señores” La “areté” (virtud) se refiere a las cualidades guerreras de la aristocracia. .. es bueno o virtuoso el valiente, el orgulloso; la hombría, la piedad, la templanza, el sentido del deber, el sentido de la justicia; son las virtudes por excelencia. Los nobles son eminentemente ACTIVOS, son luchadores, competitivos. Estas virtudes sólo adquieren valor si se realizan públicamente: entonces se alcanza la gloria, prestigio, privilegios. El vulgo, por el contrario es PASIVO, su felicidad —a juicio de los nobles— consiste en una especie de "narcolepsia", son feos, malos y cobardes, soberbios, rebeldes... La virtud, la areté (entendida como las cualidades propias de un guerrero) no es algo que pueda enseñarse o aprenderse, como señala PÍNDARO, la areté es algo exclusivo de la aristocracia: es don de la divinidad, tiene carácter innato...
La religión o mitología de esta época es igualmente expresión y justificación de la estructura social y su particular reparto de privilegios. Los dioses son reflejo del poder imperante: no son mejores que los hombres, sólo más poderosos e inmortales, se reparten con sus luchas un mundo ya creado...
La relación despótica y caprichosa de los dioses respecto a los seres humanos justifica la relación de los aristócratas con el vulgo. Fiel reflejo de la estructura mítico religiosa, podemos decir que las leyes son impartidas por la aristocracia sobre el pueblo con la misma arbitrariedad con que los dioses imponen sus deseos sobre los hombres en general: el poder es en última instancia el sustento de las leyes. El concepto de dike (justicia) está poco desarrollado, y se aplica con desigual rasero a nobles y vulgo.
El origen de la filosofía.
Los primeros filósofos.
La ausencia de una clase sacerdotal y de libros sagrados —que permiten la crítica a la tradición homérica—, el desarrollo económico —que da lugar a una nueva clase social ociosa, con tiempo para pensar— paralelo al desarrollo del comercio —que propicia el contacto con otras culturas—, van a permitir el surgimiento de la filosofía.
En el s. VI a.C. en Mileto, una próspera ciudad dedicada al comercio, Tales, Anaximandro y Anaxímenes —considerados los primeros filósofos— formulan una sencilla pregunta que supone el comienzo de la filosofía y de la ciencia: ¿Cuál es el ‘arjé’ de la ‘physis’?
Lo esencial no es la respuesta, que nos puede, en la distancia de los siglos, parecer inocente y trivial (para Tales el principio es el agua, para Anaximandro el apeiron —lo indeterminado—, para Anaxímenes el aire), lo esencial es la pregunta, porque supone un giro radical en el intento de explicar el mundo.
La explicación racional (“logos”) surge en oposición a la tradición mítica. Si el mito se acepta por tradición, la filosofía es siempre crítica. Si el mito ofrece explicaciones sobrenaturales de los fenómenos, la filosofía busca explicar dichos fenómenos recurriendo a elementos y proceso de la naturaleza (agua, aire, rarefacción y condensación, etc.). Si el mito recurre relatos simbólicos, la filosofía utiliza razonamientos conceptuales. Si el mito, y esto será fundamental, nos presenta
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