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El Pasaje De La Sociedad Fabrica


Enviado por   •  25 de Mayo de 2014  •  6.833 Palabras (28 Páginas)  •  257 Visitas

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El pasaje de la sociedad fábrica a la empresa total.

“La cultura de la emergencia es aquella que intenta regir desde el campo jurídico el mundo de la vida que en primer lugar constitucionaliza el trabajo como criterio exclusivo de valorización de la actividad humana, ubicándose la fábrica y la empresa como espacio de articulación modular de lo social reinstalando en la producción el conflicto y las pugnas sociales por producir mediante la inserción en las redes de producción el adentro y el afuera de lo social”.

Frank de Vovi & Vito Lombardo.

El siguiente texto surge del conocimiento situado sobre el movimiento insurreccional que aconteció en Italia entre la década de los años 60 y 70. Este ciclo de luchas ha quedado inscrito en obras como los invisibles de Nani Ballestrini. Una de las repercusiones más significativas del obrerismo es la producción teórica que articula uno de los arsenales congnitivos más relevantes a la hora de interpretar las transformaciones estructurales del capitalismo desde una perspectiva crítica que emerge de la inteligencia colectiva que se engendra en dicho proceso. En el ámbito del trabajo, este pasaje se manifiesta en lo que se ha denominado el fin del modelo fordista de producción y el inicio del postfordismo. Este acontecimiento en curso se despliega en múltiples superficies de la realidad y afecta tanto el plano de las relaciones materiales entre capital y trabajo, como la problematización teórica que se desprende de esta relación.

Con el fin del modelo fordista se inicia la época de la acumulación flexible del capital financiero, en donde el capital adopta en su proceso de valorización por acumulación desposesión, nuevas estrategias de extracción de valor. La modulación neoliberal en este sentido, no solo consiste en un ataque al Estado del “bienestar” con políticas fiscales a favor de los grandes capitales y las rentas altas, sino también, como el comienzo de un proceso de producción de plusvalía a partir de la vida. Coloniza de este modo, la esfera de la circulación, el intercambio de mercancías y la reproducción de la fuerza de trabajo. La financiarización del capitalismo, por lo tanto, se convierte en un proceso en el cual el capital no invierte en salarios y en mercancías directamente productivas, en beneficio de una producción de la riqueza por medio del dinero, sino en el desvío de las ganancias hacia los mercados financieros a costa de la no creación de empleo y de no solventar la demanda salarial. De este modo, la valorización bursátil se convierte en el principal indicador macroeconomico y apunta a una governance internacional con capacidad de proponer una política económica supranacional, en este sentido la financiarización deviene una forma del biopoder y una transformación de la economía política que radicaliza a la gubernamentalidad neoliberal.

“...el poder que se ejerce dentro de un régimen de acumulación dominado por las finanzas es algo diferente del poder ejercido sobre los propios ciudadanos de un Estado soberano. La búsqueda de libertad gubernamental que los mercados reivindican avanza en paralelo con la gestión de las poblaciones de las cuales los Estados se hacen cargo. A fin de que la población se convierta en productora de riqueza dentro del ciclo de valorización del dinero es necesaria una forma de control social que se materialice en relaciones diferentes tanto de la relación amo-esclavo como de la relación entre el Estado y los ciudadanos. Mi tesis es que la financiarización representa precisamente la forma de control social necesaria para dicho objetivo. Ésta es, en efecto, una forma de socialización (del riesgo, pero también de las perspectivas de enriquecimiento que le son complementarias) que conduce a una revalorización del concepto de soberanía. Lo que la financiarización pone en juego no es ya la aplicación inmediata del poder soberano sino la dirección del conjunto de los comportamientos humanos necesarios para que se dé una soberanía coherente con el proceso de financiarización”.

El abandono de la inversión en salarios y capital constante es uno de los ejes del proceso de desindustrialización y producción de una masa excedente que queda relegada de los circuitos de consumo, este déficit social se intenta suplir con la inversión en dispositivos de producción de riqueza que juegan un rol disciplinario y de control sobre la vida en tanto que fuerza de trabajo. Este es un nuevo modo de acumulación del capital que explica el aumento de los beneficios sin tener que pasar por la producción directa de mercancías, lo cual implica la depreciación del trabajo vivo que se traduce concretamente en la pauperización salarial. El proceso de extracción del valor en el régimen de acumulación flexible es especulativo, en esta forma de acumulación de capital, la deuda privada y los resultados financieros juegan un papel central en la creación de demanda de consumo. Al generarse el beneficio fuera del ámbito de la producción, el beneficio se convierte en rédito, y esta relación entre beneficio y rédito refleja la autonomización de la sociedad respecto al conflicto entre capital y trabajo. La vida, la sociedad, se transforman en la materia prima a conquistar. En el capitalismo financiero los réditos son la expresión de la producción de valor a partir de la vida misma, esto quiere decir que las finanzas son productoras de las nuevas relaciones de explotación capitalista. En esta nueva fase de acumulación, el capitalismo financiero opera como biocapital y como capitalismo cognitivo , esto significa que extrae plusvalía de la sociedad más allá de los confines de la fábrica y el ámbito de la producción, extendiendo sus redes a todo el plano de la circulación, esto incluye el ámbito del consumo como productor de valor, es decir, del capitalismo como producción de subjetividad.

La crisis de la clase obrera y la posterior disolución de la relación bélica entre capital y trabajo es la principal consecuencia de la metamorfosis que acontece a la relación salarial en el marco del postfordismo. Esta marca el declive de la clase obrera, tanto en términos de organización capitalista del trabajo, como en términos de hegemonía política y cultural. La desproletarización de la clase obrera y la flexibilización del espacio laboral, abren el umbral para la inserción de una nueva figura histórica: el “obrero masa” que emerge como un sujeto flexible que actúa productiva y subjetivamente más allá de la fábrica en el conjunto de la sociedad. Una vida puesta a trabajar constantemente, adaptada a la flexibilidad del mercado laboral y expuesta a la precariedad de la inseguridad social que se expresa históricamente en el ataque de la condición salarial como eje del proceso de destrucción de la clase obrera.

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