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El Pensamiento


Enviado por   •  26 de Agosto de 2014  •  8.608 Palabras (35 Páginas)  •  216 Visitas

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TÚ NO NECESITAS LA APROBACIÓN DE LOS DEMÁS

La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: "Lo que tú piensas de mi es más importante que la opinión que tengo de mi mismo".

Es posible que pierdas demasiados momentos presentes esforzándote por lograr la aprobación de los demás o preocupándote por alguna contrariedad que te haya acaecido. Si el deseo de aprobación externa se ha convertido en una verdadera necesidad en tu vida, quiere decir que tienes mucho que hacer en pro de ti mismo. Puedes empezar tratando de comprender que la búsqueda de la aprobación externa es un deseo más que una necesidad. A todos nos gusta que nos aplaudan, que nos hagan cumplidos y nos alaben. Nos sentimos bien cuando nos acarician mentalmente. ¿Quién iba a querer renunciar a todo esto? Bueno, no hay ninguna necesidad de hacerlo. La aprobación no es un mal en sí misma; en realidad, la adulación es deliciosamente agradable. La búsqueda de la aprobación se convierte en una zona errónea sólo cuando se convierte en una necesidad en vez de un deseo.

Si sólo deseas la aprobación simplemente es porque te sientes feliz con el apoyo y la aceptación de la demás personas. Pero si la necesitas, te puedes derrumbar en caso de no conseguirla. Es entonces, cuando empiezan a funcionar las fuerzas autodestructiva. Del mismo modo, cuando la búsqueda de aprobación se convierte en una necesidad, tú entregas un trozo de ti mismo a la "persona exterior" cuyo apoyo es imprescindible para ti. Si ese tercero te desaprueba, te inmoviliza (aunque sea levemente). En ese caso es como si hubieras elegido ponerte tu propia valía como un adorno en la manga para que la gente te la sobe o no te la sobe según le parezca. Te sientes bien en tu interior solamente si ellos deciden administrarte alguna dosis de alabanza.

La necesidad de la aprobación de otra persona está mal, pero se llega al verdadero problema cuando dicha necesidad se convierte en necesidad de apoyo de toda la gente para cada acción que emprendamos o hayamos cumplido. Si sufres ese tipo de necesidad, te expones a sobrellevar muchas miserias y frustraciones en la vida. Y lo que es peor aún, estarás incorporando una imagen de persona inexistente que acabará en el tipo de autorrechazo del que hablamos en el capítulo anterior.

Hay que deshacerse de la necesidad de aprobación. Nada de signos de interrogación aquí. Hay que erradicarla completamente de tu vida si quieres lograr tu realización personal. Esa necesidad es un psicológico callejón sin salida que no te aporta ningún tipo de beneficio.

Es imposible vivir en este mundo sin provocar la desaprobación de la gente, a veces en forma grave. Así es la humanidad; así son los impuestos que se pagan por estar "vivo", algo que simplemente no se puede evitar. Una vez traté a un hombre maduro que encajaba perfectamente en el tipo de mentalidad de necesidad de aprobación. Ozzie, que así se llamaba, tenía un conjunto de ideas y creencias respecto a temas tan polémicos como el aborto, el control de la natalidad, la guerra en el Oriente Medio, Watergate, la política y todo lo demás.

Cada vez que encontraba resistencia o rechazo ante sus ideas, se descomponía. Gastaba gran parte de su energía tratando de conseguir el apoyo de la demás gente a todo lo que él decía y hacía. Me relató un incidente en el que cuando él declaró ante su suegro que creía firmemente en la eutanasia, notó que éste arrugaba el ceño. Inmediatamente, actuando casi por reflejo, Ozzie modificó su postura... "Lo que quise decir es que si una persona está absolutamente consciente y en posesión de todas sus facultades y pide que lo maten, entonces la eutanasia está bien." Se dio cuenta entonces que su suegro estaba de acuerdo con él y respiró con más facilidad. Ante su jefe declaró también su aprobación de la eutanasia, pero esta vez la desaprobación fue vociferante... "¿Cómo puede decir una cosa semejante?, ¿no se da cuenta que está jugando a ser Dios?" Ozzie no pudo tolerar un repudio

semejante y rápidamente cambió de postura... "Lo que quise decir es que, sólo en casos extremos, cuando el enfermo ha sido declarado legalmente muerto, entonces me parece bien que se lo desenchufe." Finalmente su jefe estuvo de acuerdo con él y Ozzie pudo nuevamente bajar de la picota. Ante su hermano declaró nuevamente su postura ante la eutanasia y recibió inmediatamente su aprobación... Qué fácil le resultó eso a Ozzie, ni siquiera tuvo que cambiar de postura para conseguir que su hermano lo apoyara y aprobara. Ozzie mismo fue quien nos dio todos estos ejemplos al relatar cómo interactuaba normalmente con los demás. Ozzie deambulaba por sus círculos sociales sin tener opiniones propias, pues su necesidad de halago era tan fuerte que constantemente estaba mudando de posición a fin de agraciarse con los demás. Ozzie no existe, sólo existen las reacciones de los demás que no sólo determinan lo que siente Ozzie, sino también lo que piensa y dice. Ozzie es lo que los demás quieren que sea.

Cuando la búsqueda de apoyo es una necesidad, las posibilidades de encontrar la verdad desaparecen casi por completo. Si tienes que ser alabado y emites esa clase de señales, entonces quiere decir que nadie puede tratar contigo con franqueza. Y tampoco puedes declarar con confianza lo que piensas y sientes en cualquier momento presente de tu vida.

Sacrificas tu verdadera personalidad, tu yo por las opiniones y predilecciones de los demás.

Los políticos conforman una clase que por lo general no inspira confianza. La necesidad de aprobación que tienen es prodigiosa. Sin ella no tienen trabajo. En consecuencia, a menudo parecen hablar en dos direcciones simultáneas diciendo por un lado cosas que agradarán al Grupo A, y por otro, lo que será aprobado por el Grupo B. No puede haber una verdad cuando el orador es acomodaticio y se mueve en torno a los temas maniobrando de modo de complacer a todo el mundo. Este tipo de comportamiento es fácil de reconocer en un político, pero difícil cuando se trata de nosotros mismos. Quizás has dejado "enfriar, el tema para aplacar a alguien o te has descubierto dándole la razón a alguien cuya desaprobación temes. Sabías que te sentirías desgraciado si te censuraban y modificaste tu comportamiento para evitarlo.

Es difícil enfrentarse con un rechazo o una censura y más fácil adoptar un comportamiento que inspirará aprobación. Pero cuando optas por este comportamiento más fácil lo que estás haciendo es darle mayor importancia a la opinión de la demás gente que a tu propia valoración. Es una trampa peligrosa, y una trampa difícil de evitar

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