El Principe De Maquiavelo
Enviado por Lizetazcorra91 • 28 de Agosto de 2013 • 1.868 Palabras (8 Páginas) • 364 Visitas
“El Príncipe”[1] de Nicolás Maquiavelo (1469 – 1527) es considerado por muchos expertos en Ciencia Política como el primer tratado en dicha materia. Muchos reducen este escrito en que “el fin justifica los medios”.
Pero si observamos con más detenimiento la profundidad de la exposición de Maquiavelo, podemos sustraer ápices de gran valor aplicables en nuestros días. Muchos de nosotros nos encerramos en miles de lecturas modernas para aportarnos valor en nuestro día a día profesional. Tal vez, muchas de las respuestas que necesitamos pueden surgir de una lectura en profundidad de un manual tan sencillo para nuestros días como tan revolucionario para su época. He aquí un pequeño inciso en algunos aspectos de la gestión de equipos.
No quiero inducir en ningún momento a tomar al pie de la letra las palabras de Maquiavelo sino darles un sentido de aplicación inteligente a las necesidades de gestión de hoy en día.
Cuando Maquiavelo se refiere al “príncipe”, para el caso de esta exposición se tomará como traducción a un/a director/a de departamento, a un/a gestor/a de personas, en definitiva, a aquel/la responsable de conducir y guiar equipos.
Según Hector Colonques[2], Consejero Delegado de Porcelanosa, “lo importante no es el poder sino la autoridad que ganas día a día”. “Vale la pena quemar esfuerzos por algo en lo que uno cree”.
Se procede a continuación a indicar párrafos de dicho escrito, en algunos casos comentados, sobre distintos aspectos referentes a la gestión empresarial.
En referencia a la responsabilidad de gestionar un nuevo equipo
“El nuevo príncipe se crea enemigos en todos aquellos a quienes ofendió ocupando el principado”, es decir, que cuando se nos encomienda el reto de gestionar un nuevo equipo o departamento siempre habrá personas que nos verán como una amenaza y otras como una alternativa positiva por la que se puede intentar apostar.
“Quienes por los caminos de la virtud llegan a príncipes (...), adquieren el principado con dificultad, pero lo mantienen fácilmente. (...) Debe tenerse en cuenta que no hay cosa más difícil de intentar, ni menos segura de conseguir, ni más peligrosa de manejar, que llegar a jefe o príncipe e imponer nuevas leyes. Porque serán enemigos suyos cuantos aman las viejas instituciones, y tibios amigos y defensores quienes amen las nuevas.” El hecho de que un equipo cambie de gestor/a siempre supone un “trauma” para dichos colaboradores ya que estamos posiblemente ante nuevas formas de llevar a cabo los objetivos y manejar los recursos existentes.
En cualquier caso, comienza aquí una dura temporada en la que ganarse al equipo será uno de los principales retos. Deberá estar preparado y “hacer como los buenos arqueros que, conociendo la distancia del blanco y la envergadura del arco, levantan la mira por encima del punto destinado, no para llegar con su flecha a tanta altura, sino para dar en el blanco con la ayuda de mira tan alta. (...) En los principados del todo nuevos, con un nuevo príncipe, éste hallará mayor o menor dificultad según sea más o menos grande su valor” del gestor.
También es necesario tener en cuenta que “(...) los estados creados repentinamente no pueden tener raíces profundas ni ramas sólidas, como ocurre en la naturaleza con todo lo que crece de la noche a la mañana”. Es decir, a su llegada, el líder de un equipo totalmente nuevo no puede pretender llegar a resultados elocuentes el primer año. Posiblemente sea un año de resultados mediocres debido a la falta de consolidación ya que una gran parte del tiempo deberá dedicarse a encauzar cada uno de los componentes en su nuevo cometido.
Referente al apoyo psicológico y motivación al equipo
Muchos son los gestores que se refugian en grandes despachos alejados de sus más inmediatos colaboradores, creyendo que su posición debe implicar un alejamiento físico. Maquiavelo indica que “habitando en el territorio (...) puede observarse como nacen los desórdenes y ponerles temprano remedio. (...). Los (...) súbditos viven satisfechos por la proximidad del príncipe y es más fácil amarlo”. Cualquier gestor/a de equipos podrá seguramente darme la razón. El hecho de trabajar codo con codo con los colaboradores más inmediatos implica que nos preocupemos no sólo por los resultados, sino también por el bienestar y el apoyo a nuestro equipo.
“El príncipe debe animar a sus conciudadanos a ejercer tranquilamente su profesión. (...) Debe premiar a quienes hacen tales cosas y a quien pretende (...) engrandecer su ciudad. (...) En los períodos adecuados del año, debe divertir a su pueblo con fiestas y espectáculos. Y como toda ciudad está dividida en corporaciones y en barrios, el príncipe debe tener en cuenta esa universalidad.”
Sobre la gestión de proyectos específicos
“Los principados (...) se gobiernan de dos modos:
o Por un príncipe que tiene a los demás a su servicio y entre ellos escoge unos ministros que le ayuden en el gobierno
o Por un príncipe acompañado por barones que no lo son por gracia del soberano sino por propio derecho hereditario (...). Suelen tener territorios y súbditos propios”.
Con respecto al segundo, uno debe “contar con encontrarse a los súbditos de aquél (...) unidos. (...) Pero si se le derrotara en la batalla de manera que no pudiese rehacer su ejército, ya no habría más que temer”. (...) También se puede “entrar en ellos (...) con sólo unirse a algún noble descontento o amigo de innovaciones. (...) Puede abrir el camino y facilitar la victoria, pero cuando se trata de mantenerla (...) habrá dificultades”.
Sobre la formación
“Todos los (...) que contaban con las armas vencieron; los desarmados fueron siempre vencidos”
“Nunca ha
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