El Principe

Los hombres tienen sueños, aun así, tendremos retos en nuestra vida para llegar al poder. La felicidad es utópica hasta tal punto en que nos derrotamos y nos dejamos llevar por la corriente de la vida sin poderla manejar. Es como un ser que va teniendo cambios constantes en el caso de Heráclito filosofo de la época presocrática.

Pero para llegar a tal felicidad nos basta ver nuestras acciones como seres humanos, todo ser humano tendrá la libre opción de escoger el bien y de escoger el mal para obtener su poder. Desde una sociedad pre estatal hasta un estado social de derecho anhelado por varios gobernantes el deseo de poder se ha mantenido en constante línea volitiva y desenfrenada para llegar a un último término platónico refiriéndose al punto de un alma racional.

El hombre quiere poder, este es el verdadero sueño del hombre, pues su concupiscencia iría mas allá de las barreras y haría todo lo posible por alcanzar este mismo logrando al fin un objetivo antes de su promulgada muerte.

Existen los sueños, y cada sueño nos lleva a pensar mejoras, fuertes y detalles que corregir para cumplir tal concupiscencia que nos ha inspirado a través de los tiempos. Este ensayo es basado en el sueño o en la alcanzable ilusión que tenia Maquiavelo de mejorar Italia, como también, otros países prisioneros de un poder monárquico absolutista capaz de explotar a los hombres de muchas maneras.

En el siglo XVI inicia una forma de organización política que era la monarquía absolutista lo cual nos refiere a un tipo de sistema político y económico que estará en todas partes de Europa.

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