El Renacimiento
Enviado por aleja05vb • 23 de Octubre de 2014 • 727 Palabras (3 Páginas) • 180 Visitas
renacimiento.
Con la decadencia de la Filosofía escolástica, iniciada, promovida y desarrollada por las diferentes causas que dejamos apuntadas, durante los siglos XIV y XV, coinciden y vence germinar ya desde el primer tercio del último los primeros síntomas del Renacimiento, el cual a su vez puede ser considerado como el punto de partida y como la forma general del movimiento filosófico que representa la transición de la Filosofía escolástica a la Filosofía moderna. Pero no se olvide que este movimiento filosófico, que abraza gran parte del siglo XV y todo el siglo XVI, no debe exclusivamente su existencia y su naturaleza al solo Renacimiento.
Aunque iniciado por éste e informado generalmente de su espíritu renaciente o neo pagano, debido en gran parte su desarrollo, sus manifestaciones y sus caracteres a otros grandes sucesos contemporáneos, cuales fueron, entre otros, la invención de la imprenta, el descubrimiento del Nuevo-Mundo, los viajes a la India, las luchas doctrinales provocadas por el protestantismo, las invasiones crecientes de los legistas y del poder civil contra la Iglesia, la formación y preponderancia de la clase media, las tendencias secularizadoras y absolutistas de los gobiernos, y hasta las guerras político-religiosas de la época.
La fermentación producida en los espíritus por todas estas causas, unida a la fascinación causada en los mismos por el Renacimiento, o digamos por la súbita aparición de las artes, de las letras y de la Filosofía greco-romanas, produjo ese movimiento filosófico, confuso, desordenado y complejo, que llena los siglos XV y XVI, y que representa la transición de la Filosofía escolástica a la moderna, o, si se quiere, el predominio y victoria de ésta sobre aquélla. El espíritu humano, atraído por la belleza plástica de la forma griega, desdeñó la belleza ideal y moral de las artes cristianas; lisonjeado en su orgullo y en su afán de independencia por los predicadores del libre examen, fascinado y lleno de entusiasmo en presencia de los nombres, de los escritos y de los sistemas de los antiguos filósofos de la Grecia, marchó desatentado y como ebrio en todas direcciones, abandonando el terreno firme de la subordinación de la idea filosófico-racional a la idea cristiana, echando en olvido y hasta menospreciando aquella sobriedad científica de que tan brillantes ejemplos diera la Filosofía escolástica en sus grandes y nobles representantes. Y la Filosofía del Renacimiento o de esta época de transición, salvas algunas excepciones, se levantó airada contra la Filosofía
escolástica, en vez de levantarla de su decadencia, en vez de corregir sus abusos y defectos, en vez de restituirla al buen camino de que se había separado, en vez de perfeccionarla y desarrollarla en sus ideas y soluciones, y, sobre todo, en vez de completarla y agrandar sus horizontes y sus aplicaciones por medio del cultivo de las ciencias físicas, exactas
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