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El Rey Y Sus Cuatro Esposas


Enviado por   •  25 de Marzo de 2014  •  560 Palabras (3 Páginas)  •  282 Visitas

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EL REY Y SUS CUATRO ESPOSAS

Había una vez un rey que tenía 4 esposas.

El amaba muchísimo a su cuarta esposa y vivía dándole lindos regalos, joyas y ropas caras. Le daba de todo y de lo mejor.

El también amaba mucho a su tercera esposa, y le gustaba exhibirla en los reinados vecinos. No obstante, tenía miedo de que un día ella lo dejase por otro rey.

El también amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y estaba siempre lista para él, con amabilidad y paciencia. Siempre que el rey tenía que enfrentar un problema, confiaba en ella para atravesar esos tiempos de dificultad.

La primera esposa era una compañera muy leal, y hacía todo lo que estaba a su alcance para mantener muy rico y poderoso al rey y al reino.

Pero él no amaba a la primera esposa, y a pesar de que ella lo amaba profundamente, él apenas se fijaba en ella.

Un día, el rey cayó enfermo y se dio cuenta de que su fin estaba cerca.

Pensó en toda la lujuria de su vida y reflexionó:

- Ahora yo tengo cuatro esposas conmigo, pero cuando muera, ¿con cuántas podré contar?

Entonces preguntó a la cuarta esposa:

- Yo te amé tanto, querida, te cubrí de las más finas ropas y joyas. Mostré cuánto te amaba cuidando bien de ti. Ahora que yo estoy muriendo, ¿eres tú capaz de morir conmigo, para no dejarme solo?

-¡De ninguna manera!- respondió la cuarta esposa, y salió del cuarto sin siquiera mirar para atrás.

La respuesta que ella le dio cortó su corazón como si fuera un cuchillo afilado.

Tristemente, el rey preguntó a la tercera esposa:

- Yo también te amé tanto la vida entera. Ahora que yo estoy muriendo, ¿eres tú capaz de morir conmigo para no dejarme solo?

-¡¡¡No!!!- respondió la tercera esposa- ¡La vida es muy buena! Cuando tú mueras voy a casarme de nuevo.

El corazón del rey sangró y se congeló de tanto dolor.

Le preguntó a la segunda esposa:

- Yo siempre recurrí a ti cuando necesité ayuda, y tú siempre estuviste a mi lado. Cuando yo muera, ¿serías tú capaz de morir conmigo para hacerme compañía?

- Lo siento mucho, pero esta vez no puedo hacer lo que me pides- respondió la segunda esposa. ¡Lo máximo que puedo hacer es enterrarte!

Esa respuesta cayó como un trueno en la cabeza del rey, y una vez más quedó afectado.

Entonces, una voz se hizo oír:

- Yo partiré contigo y te seguiré por donde quiera que vayas…

El rey levantó los ojos y allí estaba su primera esposa, tan flaquita, tan desnutrida, tan sufrida…

Con el corazón partido, el rey dijo:

- Debería haber cuidado mucho mejor de ti mientras aún podía…

La verdad es que todos nosotros tenemos cuatro esposas en nuestras vidas…

Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo.

A pesar de todos

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