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El Ser Y La Nada. Sartre


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2014  •  2.071 Palabras (9 Páginas)  •  258 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD CATÓLICA “CECILIO ACOSTA”

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA

PROGRAMA DE FILOSOFÍA

CÁTEDRA: ONTOLOGÍA

EL SER EN SÍ Y EL SER PARA SÍ EN EL PENSAMIENTO DE SARTRE. REFLEXIONES ONTOLÓGICAS.

AUTOR:

MAICCOL COLINA

C.I 20.085.178

MARACAIBO, JULIO DE 2014

Jean Paul Sartre gran filósofo francés, se dio la tarea de dar respuesta al problema del hombre que para su época había perdido el sentido humano, el hombre era un simple elemento más del mundo y es precisamente debido a esa conciencia intencional de Sartre que, claro, la toma de la fenomenología de Husserl lo lleva a provocar muchas críticas en los sectores marxistas franceses quienes se oponían al surgimiento del existencialismo. Los marxistas creían que la conciencia es pasiva y que recibe pasivamente los condicionamientos del exterior. Para los marxistas la conciencia refleja los condicionamientos de la materialidad exterior, por eso al marxismo se le conoce como materialismo histórico.

La teoría marxista para Sartre, hace de la conciencia una pasividad que solo recibe, que solo está para reflejar el mundo de la materialidad exterior. Por el contrario, Sartre responde con la intencionalidad de la fenomenología que arroja la conciencia hacia afuera, hacia el mundo , ya que no refleja ninguna materialidad, sino que es libre de intencionalidad sobre ese mundo, donde cabe mencionar la llamada conciencia de mundo y conciencia de sí.

Ahondando en su obra El Ser y la Nada encontramos la ontología de Sartre base de su filosofía existencialista, en ella resaltan dos modalidades del Ser: El Ser en-sí y El Ser para-sí. Es precisamente en estas dos modalidades del ser donde desarrollaremos el presente ensayo, pero hablando de estos modos del ser, entra a jugar un papel muy importante lo que es el tema de la Nada, que se encuentra en el medio de las dos modalidades del Ser, y el cual también explicaremos tomando como base la obra antes mencionada. Comenzando así por extraer un fragmento que nos habla del Ser en-sí para Sartre:

El ser en-sí es lo que es, a la que designa al ser de la conciencia: ésta, en efecto, como veremos, ha-de-ser lo que es. Esto nos indica la acepción especial que ha de darse al «es» de la frase «el ser es lo que es». Desde el momento que existen seres que han de ser lo que son, el hecho de ser lo que se es no es en modo alguno una característica puramente axiomática: es un principio contingente del ser en sí.

El Ser del mundo fenoménico es simplemente lo que es, y por eso Sartre dice: el Ser en-si es lo que es: sin razón, sin causa y sin necesidad, de tal modo es absolutamente contingente, y por tanto, perfectamente gratuito imprevisible y absurdo. El Ser en-sí es la total inmediatez de las cosas consigo mismas y si la conciencia es conciencia del Ser, ha de ser distinta del Ser. El Ser en-sí es denso, pleno, macizo, idéntico a sí mismo, la conciencia es distanciamiento o separación respecto del ser, de suyo es no-ser. Con ello, Sartre rechaza toda sustancialización de la conciencia.

La base que necesita Sartre para su ontología y su estudio de la conducta humana aparece tras el análisis de la interrogación, la actitud más humana posible. La posibilidad de obtener respuesta afirmativa o negativa de una interrogación nos muestra la existencia del no-ser. El no-ser surge como tercera categoría dentro de la ontología sartreana, y en ella desempeña un papel fundamental. El ser se definirá con relación al no-ser, pues al interrogar sobre el ser la respuesta de Sartre no será otra que: El ser es eso, y, fuera de eso, nada . El ser, y el hombre mismo, se halla rodeado de nada, de la permanente presencia de no-ser.

Al mismo tiempo, el no-ser será la base sobre la que se articule la relación del ser en-sí y del ser para-sí. El Ser en sí siempre es lo mismo “es aquello que es” un ejemplo muy claro puede ser: un árbol, una montaña, una roca, etc. Nunca va a ser distinto de lo que es. Lo vemos un poco más profundo en una cita extraída de la obra:

Pero, si el ser es en sí, ello significa que no remite a sí, como lo hace la conciencia (de) sí, el ser mismo es ese sí. Lo es hasta tal punto, que la reflexión perpetua que constituye al sí se funde en una identidad. Por eso el ser está, en el fondo, más allá del sí, y nuestra primera fórmula no puede ser sino una aproximación debida a las necesidades del lenguaje. De hecho, el ser es opaco a sí mismo precisamente porque está lleno de sí mismo.

Por otro lado tenemos que el ser para-sí es el ser que no es y no es el ser que es. El Ser Para-Sí, según el pensamiento sartriano es el ser proyectante, cuyo Ser consiste en proyectarse hacia la dimensión del futuro (salir de sí). En su obra El Existencialismo es un Humanismo hace referencia a esto diciendo: Porque queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir . A diferencia del Ser en Sí, una roca no es proyecto siempre será roca. Así mismo, nos dice que:

“El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será ante todo lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá ser”.

Pero también el Ser Para-Sí, “Es” (tiene su poseidad), y esto lo dice precisamente porque somos también

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