El arte de la vida y la educación natural

El arte de la vida y la educación natural

“Mira la plantita del maíz que empieza a crecer porque ha llovido y porque ahora el sol la alumbra. Debes saber que la lluvia, el sol, el aire y la tierra trabajan juntos para ayudar a la plantita en su crecimiento, todas las entidades del mundo trabajan en cooperación. Ahora bien, piensa que tú te alimentas de maíz, que en ti hay algo que te dieron la lluvia, el sol, el aire, y la tierra y que estas formado, pues, por una cooperación comunal que se halla en tu misma subsustancia”^[1]

Alguna vez en la actualidad nos hemos puesto a ver el cielo, a observarlo simplemente como una acción, alguna ves hemos admirado las raíces de los arboles que salen del suelo… alguna ves nos hemos puesto a pensar de que estamos hechos…porque no debemos olvidar que estamos hechos de maíz, que estamos hechos en esta tierra, la madre tierra, que somos seres naturales…pero, de verdad somos seres naturales? acaso admiramos lo que nos rodea, admiramos nuestro pasado…sí???

Comenzare presentando estas tres palabras como las protagonistas de este escrito                             ” ixtlamachiliztli, tlayolchiutia, in cuicatl in xochitl ”

Que significan dar sabiduría a los rostros ajenos, hacer fuertes los corazones humanos y flores y cantos; estos eran los principios de la educación mexica algo hermenéuticamente interpretado como: rostro sabio-corazón fuerte y la formación de la sensibilidad a través de las flores y los cantos

para los aztecas la naturaleza y el hombre trabajaban en una constante comunión, en una interrelación, ellos le llaman exquisitamente desde mi parecer “dualismo armónico” poniendo ejemplos como el día –la noche, la luz - la obscuridad, el sol- la luna, la vida- la muerte, la mente-el cuerpo, de ahí denota, que toda educación tuviera la clave finalidad de estimular y desarrollar la potencialidad humana y armónica con el principio “rostro sabio- corazón fuerte”; respecto a los fines educativos mexicas aparece  ixtlamachiliztli cuyo significado dar sabiduría a los rostros ajenos, finalidad básicamente intelectual y su cultivo para así poseer un “rostro sabio”

El segundo de los fines que aparecía en la escolarización mexica fue tlayolchiutia (hacer fuertes los corazones humanos) esto nos propone una buena formación y un buen desarrollo físico, y es que el corazón era visto como una fuente de fuerza y vigor dentro del individuo, he aquí la interpretación de “corazón fuerte” y la otra mitad de este dualismo armónico del que hablamos.

La escolarización de los aztecas también presentaba una tercera finalidad, que venía a integrar y armonizar la realización educativa “mente- cuerpo, rostro –corazón”, el tercer y último principio in cuicatl in xochitl (flor y canto) y que escolarmente se expresaba a través de música, danza y poesía, para así comprender su naturaleza divina y creadora. Indudablemente los aztecas alcanzaron un conocimiento bastante complejo y profundo de la naturaleza, como prueba podemos admirar sus majestuosos templos ceremoniales, su arquitectura, su astronomía, su botánica, su matemática. Filosofía, etc, pero ello nunca implico una ruptura del hombre y su medio natural.

Los fenómenos naturales como el sol, los astros, el fuego, el aire, la tierra, el agua, la vida, la muerte , etc eran visualizados con mucho respeto, admiración y deleite a esta gran armonía del cosmos; era admirable la valoración y el conocimiento que se le rendía a esta gran armonía de la naturaleza.

La escritura y la interpretación de los glifos eran una parte muy importante también para ellos, ya que era todo un sistema de estudio y eso a final de cuentas los representaba; lo que ahora conocemos como los simples abuelos, ancianos, señores y señoras de la tercera edad para ellos era el árbol de la vida pues huehuetlatolli(el lenguaje de los ancianos) constituía una parte muy importante en la formación educativa ya que ellos eran los encargados de reforzar y precisar la comunicación escrita en los códices y transmitir y preservar su cultura a través de la tradición oral de generación en generación,  que se apoyaba en un maravilloso simbolismo metafórico^[2], que impregnaba la totalidad de su arte, su ciencia y su filosofía como un gran pueblo que eran.

La muisca, la danza y el canto que para mí es uno de mis puntos favoritos era ese tiempo y espacio en donde hacían una rueda todos disfrazados y adornados listos para bailar, rezar, adorar y cantarle a las grandes divinidades, no podemos olvidar que también había una escuela en donde se les enseñaba todo este tipo de cosas a todos, era parte de la educación escolar mexica, con la gran afirmación de relacionar al ser humano a su entorno ambiental.

“Un azteca es un artista del amor, un artista del espíritu, alguien que en cada momento, en cada segundo, crea el más bello arte , el arte de soñar… la vida no es más que un sueño y si somos artistas crearemos nuestra vida con amor y nuestro sueño se convertirá en una obra maestra de arte“ ^[3]

...