El arte, la etica y la estetica

EL ARTE, LA ETICA Y LA ESTETICA

La relación establecida por Ludwig Wittgenstein entre la ética y la estética, la ética tiene objetos de estudio moral como enfoque de arte. Ética y estética en muchos asuntos relacionados con el trabajo diario, pero surgen problemas cuando en la última definición de lo que es ético y estético, surge la hipocresía, múltiples mediciones de medición y, sobre todo, la manipulación de los medios. Si este cóctel está sazonado con ideológico, surge una evaluación popular que distingue a las personas y lo clasifica, de modo que las buenas acciones de algunas personas se ven mal en otros lugares, y todo esto es de la supuesta superioridad moral ideológica. Por ejemplo, lo que para algunas personas es alertar a otras es enriquecer el trabajo anterior, que para algunas personas se acerca a ciertas ideologías políticas para otras es la capacitación en el pragmatismo social y la cercanía con la realidad social, que para algunas personas es un error de Garrafal para otros es Un fracaso de una pequeña razón, que para algunas personas es una broma para otros, chistes machos, etc.

Hay otra forma de estética y moralidad conectadas en la reflexión teórica moderna. Arthur S. Danto, uno de los filósofos más importantes de hoy. Todo esto depende, en última instancia, la teoría del arte, sobre la intención del trabajo, etc. en cualquier caso, sobre algo que no es "estético" (en el sentido etimológico del término, a saber, sensible) (Castro, 2007). Afirma Danto, hegeliano-ml de que "el fin del arte es el acceso a la conciencia de la verdadera naturaleza del arte" (Danto, A., 2010, 61) y en este arte posthistórico, una vez que el fin de la historia, el arte se logró, ya no se puede causar una diferencia tangible entre las artes y la cercanía, ya que entre los sueños y la vigilia (descartes) no se despierta (descartes), entre moral o inmoralmente válido (vacas) o de manera confiable o incondicional (gigante de alto nivel) . Para Danto habría un paralelo entre el arte y la moralidad, no tanto en relación con la materialidad de ambos, sino también con una cierta formalidad, por así decirlo, al menos en el sentido de que algo que compensa el arte o en la acción moral (en el significado kantiano) no es algo notable. Muchos autores han estudiado sus relaciones y diferencias. Algunos filósofos (Castro, S., 2004) (los platonistas) creen que el arte siempre es inmoral porque producen ética y política políticamente consecuencias peligrosas. Por ejemplo, Tolstoi era profundamente ambivalente con la música, porque pensaba que tenía poder para causar sentimientos ficticios: emociones e imágenes que no eran su control. El esposo, que se considera indignado, mata a una mujer, aunque cree que un verdadero enemigo que no puede matar es música. Este enfoque, basado en Platón, tiene una consecuencia del hecho de que el arte, en última instancia, va más allá de la moralidad habitual, es decir, los criterios con los que se evalúan otras esferas de las acciones humanas, porque les da condiciones especiales que lo hacen perjudicial. Por su naturaleza, por lo tanto, el exilio platónico de los poetas de su estado ideal, decidió en el texto clásico de la República de X, tan pronto como acumuló suficientes razones epistemológicas, ontológicas, políticas y éticas contra ellos. Utópicos (con decoración, markez, pulgas, etc. en el capítulo), mientras tanto, creen que una obra de arte y un artista, por lo tanto, siempre son vehículos de salvación, por lo que nuevamente volvemos a la consideración del artista como Persona que aplica el suyo el tipo de estado de excepción moral y a quién (y cuyas obras) no pueden ser evaluadas de acuerdo con los criterios morales "ordinarios" (Carroll, N. 2001, 270-293), 3, desde entonces, en adelante, en adelante El camino, por así decirlo, nueva moralidad.

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