El conocimiento tolteca

Introducción:

¿Existirá una serie lineal de pasos/ instrucciones o máximas y axiomas que permitan al hombre rendir de una manera más eficiente y productiva, tanto física como mentalmente en su día a día?
Si lo hay, me temo que el leer y dar una introspección profunda, crítica y contundente al libro seleccionado para esta tarea, es lo más cercano ante tal utopía como lo es tener una eficiencia completa cada día.

Desarrollo:

Los toltecas.

“El  conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial de la verdad de la que parten todas las tradiciones esotéricas sagradas del mundo. Aunque no es una religión, respeta a todos los maestros espirituales que han enseñado en la tierra, y si bien abarca el espíritu, resulta más preciso describirlo como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor”

La tribu tolteca, a diferencia de las demás tribus y/o sectas de antaño, es que ésta dista de ser catalogada como esotérica, pues su conocimiento no era ininteligible ni propio de entes iniciados,  por lo que resulta de fácil entendimiento y accesibilidad si se  quiere dar un seguimiento a estas disciplinas (o conocimientos) toltecas.  Tal vez este sea uno de los motivos de por qué Miguel Ruíz quiso hacer un libro dedicado a los aprendizajes toltecas, por ser una manera viable de entrar en un estado de paz, amor y comprensión del yo hacía lo que nos rodea, tanto en lo social como en la natura.

Espejo humeante.

“Él los comprendía muy bien a todos, pero a él nadie lo comprendía. Creyeron que era una encarnación de Dios; al oírlo, él sonrió y dijo: Es cierto. Soy Dios. Pero ustedes también lo son. Todos somos iguales. Somos imágenes de luz. Somos Dios. Pero la gente seguía sin entenderlo”.

Lo tratado en este párrafo no es más que una verdad absoluta. Para lograr una conexión universal (o con la glándula pineal) es esencial comprender el qué somos  y qué hacemos en este mundo y/o universo. Todos somos el fluido y a la vez parte del fluido, somos creadores de la realidad (y de lo que no es real), cuando entendamos de qué somos capaces (que es de todo) comenzaremos a tener una conexión profunda con el “yo” (que es todo), comprendiendo que una relación sana contigo y lo que te rodea es cuestión de unir un mismo pensamiento en una misma sociedad o civilización (o simplemente de la gente que te rodea)
Por ello los toltecas no sólo comprendían, practicaban el amor. Tanto en ellos como en las personas que los rodeaban, ya que en esas tribus había un chamán (lo más parecido a Buda o a Cristo para ellos) y lo que dictara el chamán hacía la tribu, y el chamán daba esos “acuerdos”, y como todos seguían un mismo ideal en un mismo lugar, no sólo potenciaba la creación de ese ambiente de paz y unidad, también potenciaba a la vez la unión con la natura (que no deja de ser parte del yo). En estos tiempos que corren, lograr algo de tal magnitud resulta un chiste por diversos factores que influyen en el desarrollo de este conocimiento tolteca, que van desde el poco criterio de la gente, hasta la cantidad de personas que a día de hoy componen una sociedad (por lo que resulta más difícil el que todos potencien la creación a base de un mismo pensamiento-obra).

La domesticación y el sueño del planeta.

“Toda nuestra mente es una bruma que los toltecas llamaron mitote. Nuestra mente es un sueño en el que miles de personas hablan a la vez y nadie comprende a nadie. Esta es la condición de la mente humana: Un gran mitote, y así es imposible ver lo que realmente somos. En la india lo llaman maya, que significa ilusión. Es nuestro concepto de yo soy. Todo lo que creemos sobre nosotros mismos y el mundo, todos los conceptos y programas que tenemos en la mente, todo eso es el mitote. Nos resulta imposible ver quiénes somos verdaderamente; Nos resulta imposible ver que no somos libres”

Es semejante a lo que mencionaba en el capítulo anterior. Universalmente hablando, la mente de todos es una misma mente, no hay muchos Dioses, sólo hay uno, y ese uno lo hacemos todos nosotros. El núcleo de esta problemática está en que no todos comprendemos ese axioma universal. La cita señalada toma a la mente como sueño, que guardan semejanza, pues los sueños no dejan de ser producto de la mente. No seremos capaces de entender quiénes somos si no tomamos como nuestra la responsabilidad (y realidad) que todos tenemos; que es la de ser creadores. Todo pensamiento influye a la hora de crear, para cambios a grandes escalas se necesitan muchas mentes fijas en un solo objetivo. La domesticación (llámese creación) y el sueño (llámese realidad) del planeta (llámese universo) no ocurrirá hasta que no tomemos como nuestro el compromiso tan grande que tenemos como Dios.

El preludio de un nuevo sueño.

“Necesitas una gran voluntad para adoptar los cuatro acuerdos, pero si eres capaz de empezar a vivir con ellos, tu vida se transformará de una manera asombrosa”

Para que toda creación sea una realidad absoluta, se necesita cumplir con la perfecta trinidad (pensamiento-palabra-acción) Por ello, Miguel Ruiz enfatiza en que debes vivir con los cuatro acuerdos, pues al momento en que vives con ellos ya los piensas, los dices, sólo falta la parte más difícil de seguir que es la accionar lo que quieres logra (o crear).

Primer acuerdo; sé impecable con tus palabras.

“Ser impecable con tus palabras significa utilizar tu energía correctamente, en la dirección de la verdad y del amor por ti mismo. Si llegas a un acuerdo contigo para ser impecable con tus palabras, eso bastará para que la verdad se manifieste a través de ti y limpie todo veneno emocional que hay en tu interior”

El primer acuerdo trata del poder que tiene la palabra, la palabra es parte de un proceso de creación. Tanto para crear emociones positivas, como negativas. Tanto para lograr una meta, como para fallarla. Todo en el universo tiene su contraparte, nosotros como creadores debemos saber dirigir correctamente el curso de los pensamientos, palabras y acciones.

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