El epicureísmo es un movimiento filosófico que cubre la búsqueda de una vida feliz mediante la búsqueda inteligente de placeres
Enviado por lorenzo.b • 9 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 647 Palabras (3 Páginas) • 149 Visitas
El epicureísmo es un movimiento filosófico que cubre la búsqueda de una vida feliz mediante la búsqueda inteligente de placeres, la ataraxia (ausencia de turbación) y las amistades entre sus correligionarios. Fue enseñada por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a. C. (341 a. C.) que fundó una escuela llamada Jardín y cuyas ideas fueron seguidas por otros filósofos, llamados epicúreos.[1]
Mediante el epicureísmo, Epicuro intenta construir una filosofía terapéutica capaz de ayudarnos a alcanzar la paz y la imperturbabilidad de espíritu mediante la liberación de las falsas opiniones y de las perturbaciones mentales.
Tal como el epicureísmo, el maquillaje busca que la persona muestre su verdadero ser, o su ser ideal, mediante cambios en su apariencia que en un principio pueden adaptarse a las reglas sociales preexistentes, para después lograr que la persona adquiera confianza suficiente, hasta llegar a su propia estética, permitiendo al individuo expresarse en su totalidad.
Su ética hedonista, que tantos malentendidos causaría por fundamentarse en el placer, proponía una guía para la acción y la vida feliz, dando un criterio de escogencia: lo que causa placer es virtuoso, y lo que nos aleja del placer es dañino.
Hay tres necesidades principales:
- Naturales y necesarias: son las necesidades básicas de los seres humanos (dormir, comer, tomar agua, por ejemplo).
- Las naturales y no necesarias: son las necesidades secundarias de un ser humano, las cuales no son básicas para la supervivencia (maquillaje, una casa grande, dormir/comer en exceso).
- No naturales y no necesarias: son los deseos que el ser humano no debe buscar, ya que en el momento causarán placer, pero eventualmente generarán sufrimiento (deseos de gloria y poder).
Epicuro proponía que la felicidad del espíritu se podía conseguir siguiendo un remedio, denominadas tetrafarmaco. Este lo describió en 4 versos:
“No temas a los dioses,
no te preocupes por la muerte.
Lo bueno es fácil de conseguir,
lo espantoso es fácil de soportar.”
Con la primera parte (no temas a los dioses), Epicuro aceptaba la existencia de los dioses por la universalidad y naturalidad de su creencia, que él sustentó en un hecho empírico: la generalización de la creencia proviene de efluvios atómicos que emanan de los dioses mismos y que penetran, no en nuestros órganos, sino directamente en nuestra mente por su mayor sutilidad. Mas esto no implica que los dioses puedan actuar sobre el mundo natural y humano. Al contrario, los dioses son absolutamente indiferentes y están libres de toda perturbación o pasión. Nada de este mundo les incumbe y por lo tanto, tampoco deben ser de incumbencia humana.[2] Este pilar, aplicado al maquillaje, destruye la estética impuesta por parte de las diferentes religiones. Si a los dioses no les importa nuestra existencia, como les va a importar la forma en que cada persona se vea o la experimentación que cada persona atraviesa para encontrar su ser.
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