El keynesianismo aplicado en el kirchnerismo

En el trabajo práctico que voy a desarrollar a continuación voy a hablar de la relación que tiene el Estado de bienestar (Keynesianismo) con los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner. En la última hoja voy a adjuntar los links de las notas que utilice para desarrollar este trabajo.

Las políticas keynesianas predican que el Estado debe fomentar la inversión y si en la economía no existe suficiente inversión es el mismo Estado el que debe invertir, a través de obras públicas de infraestructura, de las reformas impositivas, del empleo público y de los subsidios (transferencias directas). Keynes afirma que el empleo es determinado por el nivel de producción, que se determina por la expectativa de los empresarios sobre la demanda de sus productos. De acuerdo a estas expectativas, los empresarios deciden si invertir y cuánto invertir en la producción y dado este nivel de producción se establece el nivel de empleo. Para Keynes existe un actor que tiene una importante influencia en la determinación y modificación de estas expectativas: el Estado. La intervención del Estado debe ser en dos frentes. Por un lado, como empresario que contrata trabajadores, aumentando la demanda global y el nivel de empleo. Por otro, como consumidor, aumentando la demanda (propensión a consumir) y por ende alentando las expectativas de venta.

Básicamente podemos ver que la visión de Keynes esta totalmente centrada en el empleo. Su teoría consta en medidas que tiene que tomar el Estado para mejorarlo. En primer lugar, voy a hablar del gasto público. “En el período 1970-2001, el gasto público consolidado giraba en torno al 32% del PBI, y los recursos totales llegaban al 28 % del PIB. Al comienzo de la gestión de Néstor Kirchner, el gasto era de aproximadamente 29%. Con Cristina Fernández de Kirchner, este porcentaje llegó a 47%, en el año 2015”. Como decía Keynes, Si las expectativas de los empresarios son adversas y los animal spirits están deprimidos, se producirá poco, con lo que se contratará poca mano de obra, y el nivel de empleo se alejará de su nivel óptimo. Cuando no hay inversión por parte del sector privado de la economía, quien tiene que asumir ese rol es el Estado, y es lo que sucedió durante los gobiernos de Cristina Kirchner.

En segundo lugar, voy a hablar de las trabas a la importaciones. “Cristina anunció que, a partir del 1° de julio, la importación de bienes de capital que provengan de fuera del Mercosur y se produzcan en la Argentina estará gravada con un arancel del 14 por ciento (antes tenía arancel cero). La medida apunta a favorecer a los fabricantes de maquinaria agrícola, equipos de elevación y manipulación, motores, generadores, transformadores eléctricos, estructuras metálicas, maquinaria de uso especial y general, acoplados y remolques con plantas en 15 provincias argentinas”. Si el objetivo es elevar el índice de empleo, es sumamente importante fogonear la industria nacional para que aumente su nivel de producción, y que ese aumento lleve a la necesidad de contratar mano de obra. Ese fue el objetivo de este gobierno al poner trabas a las importaciones de bienes de capital.

En tercer lugar, voy a hacer referencia al empelo público. “Al asumir la presidencia Néstor Kirchner en el año 2003 había un total de 266.165 empleados permanentes y temporarios (administración central, organismos descentralizados e instituciones de seguridad social), pasando a un total de 377.225 en el 2014.  En el año 2012 las cifras del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) nos indicarían que el 21,6% de los empleados está en el sector público. En comparación con los países miembros del G-8, los empleados del sector público de Argentina sólo son superados en porcentaje por Francia, un país de fuerte impronta estatista e intervencionista”. Keynes sostenía la importancia del empelo público, ya que no solo incrementa el nivel de desocupación, sino que todos estos empleados públicos al recibir un salario mensual comienzan a consumir más, lo que lleva a que las empresas privadas se vean incentivadas a aumentar sus niveles de producción, que va a desencadenar en la contratación de mano de obra. Es por esto que, durante el mandato de Cristina, hubo un gran incremento del empelo público.

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