El lenguaje prefilosófico griego
Enviado por davidelchikis • 26 de Mayo de 2015 • Informe • 1.077 Palabras (5 Páginas) • 118 Visitas
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transformó y, como producto de dicha trasformación, generó un lenguaje filosófico cuyos objetos fueron constituidos por el lenguaje. Los conceptos y principios filosóficos, entonces, según este enfoque, han sido constituidos primeramente por la evolución de la lengua griega, y no por el hallazgo de una forma de buscar y acceder a la verdad de la realidad.
Al respecto, dice Snell: “La estructura del espíritu humano se halla en germen en
la lengua, no se despliega por completo sino al mismo tiempo que se desarrolla el discurso humano y finalmente e
n el pensamiento filosófico” (2007,
396). Según tales te
sis, no habría, pues, un “momento originario” a partir del cual se pueda
identificar y localizar el surgimiento y la aparición, sin preconceptos que la antecedan, de la primera experiencia filosófica, la de la conciencia frente a los
“hechos puros”
. El lenguaje prefilosófico griego fue evolucionando hasta formar conceptos con los que podían sustantivarse o hipostasiarse objetos filosóficos. Snell recurre al ejemplo de cómo el artículo determinado ayuda a constituir los que
serán “objetos” propios de la filosofía, producidos por la evolución del lenguaje: “El
artículo permite sustantivar un adjetivo o un verbo; estas<sustantivaciones> proporcionan al pensamiento <objetos> definidos en la lengua científica y
filosófica”
, es decir, elaboran los conceptos abstractos con los que trabajará la
filosofía; y más adelante dice sobre ellos: “pero el nombre abstracto, aunque exista
al lado del nombre propio y del común como forma independiente de sustantivo, no es una forma originaria, pues no aparece sino en un estadio más evolucionado
del pensamiento” (
377). Tales conceptos filosóficos no son producto del encuentro de una mente filosófica,
reflexiva, con “las cosas mismas”, con la inmediatez de lo real.
Más bien, los primeros filósofos formaron las categorías filosóficas derivándolas de anteriores categorías míticas, que tenían el sentido de fondo que va a ser recogido inconscientemente por los conceptos filosóficos, aunque aquél lo expresaba en nombres concretos de dioses, acontecimientos mágico-religiosos y en actos cosmogónicos: el axioma filosófico de un primer principio es heredero directo tanto de la creencia mítica en una unidad originaria a partir del caos como de una fuerza
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divina que está al principio de todo lo real. Estos conceptos míticos entraron en un proceso de racionalización que desembocó, a través de Hesíodo, por ejemplo, en los conceptos abstractos de los primeros filósofos: el dios océano que se une a Gea para crear el mundo se transforma en Tales en el agua como primer principio de todo lo real y en Parménides en el ser necesario; al respecto, dice Jaeger:
“…en la concepción hesiódica encontramos ya el germen de la busca de un
principio natural único con que nos tropezamos en los filósofos posteriores (1997, 22), estando todo el poema mítico de
La
Teogonía de Hesíodo montado y sostenido por una organización racional con la que ha puesto orden y síntesis a
los mitos anteriores, para permitir la aparición de “una nueva y más radical forma
de pensar racional, que ya no saca su contenido de la tradición mítica, ni en rigor de ninguna tradición, sino que toma por punto de partida las realidades dadas en
la experiencia humana”
(24); sin embargo, este cambio no debe hacer perder de vista que, aunque el nuevo racionalismo filosófico ya no saque sus contenidos (conceptos, nombres, hechos) de la tradición, sí sigue guardando en su interior
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