El minotauro

El minotauro

Poseidón entrego al rey de Creta, Minos, un precioso toro blanco para sacrificarlo en su honor. Pero, Minos prendado del bello toro, el día del del sacrificio, lo ocultó en sus rebaños y sacrificó a otro, pensando engañar al Dios del Océano.

Sin embargo, Poseidón los descubrió, e hizo que la esposa de Minos, Pasifae, se enamoré de aquel toro. Por eso, Pasifae encargó al artesano y arquitecto, Dédalo, fabricar un disfraz de vaca.

Es así, que de Pasifae y el toro, nació el Minotauro, un monstruo con cuerpo humano, con cabeza y rabo taurino.

Minos, antes de encarcelar a Dédalo por traición, le hizo construir un gran e inexpugnable laberinto para ocultar al monstruo.

Un día, el hijo de Minos fue asesinado en Atenas. Minos enfurecido, conquistó a los atenienses, quienes aceptaron enviar anualmente, a Creta, siete hombres y siete mujeres, para arrojarlos al Minotauro. Por eso el valiente Teseo, hijo del rey, se ofreció como voluntario, pero esa es otra historia.

Minos, necesitaba esconder al Minotauro, para eso, encargó a Dédalo, con su hijo Ícaro, construir un intrincado laberinto. Pero cuando terminaron, no pudieron salir de él, sin embargo, Dédalo construyó dos pares de alas de plumas, que pegados al cuerpo con cera, para escapar volando. Advirtió a Ícaro no volar cerca del Sol, para no derretir la cera, y no acercarse al mar, para evitar mojarse. Pero Icaro desobedeció a su padre, y voló tan alto, que el sol derritió la cera y cayó al mar, donde murió. Sus plumas flotaron en el mar, y se formaron las Islas Ícaras, en su honor.

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