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El problema de la falta de la juventud el deseo de leer


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2014  •  Ensayo  •  520 Palabras (3 Páginas)  •  323 Visitas

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En México vivimos uno de los más grandes atrasos en la sociedad mundial debido al bajísimo nivel de lectura en nuestra sociedad. Más allá de las cifras que desconozco en su justa medida, soy un testigo apesadumbrado de este enorme problema. Hace algunos días tuve la fortuna de compartir, en la Feria Internacional del Libro de Saltillo, con más de 500 jóvenes estudiantes de secundaria y bachillerato una serie de charlas acerca de los libros y la lectura, especialmente alrededor de la obra de Octavio Paz. La calidez de los muchachos, su interés y las múltiples inquietudes que manifestaron en esas reuniones me impresionaron. Me dejaron la impresión de tener muchas ganas de leer, pero hasta ahí llegaba su interés, deseos incumplidos. Entonces ¿por qué nuestros niños y jóvenes no leen, en su gran mayoría? Hay, por supuesto, casos excepcionales que lo único que hacen es confirmar la regla: se lee poco o nada y lo poco que se lee se lee, en muchos de los casos, mal.

Al final de los encuentros, algunos de los jóvenes asistentes a la charla se acercaba a la mesa donde me encontraba, con lápiz y cuaderno en mano, para preguntarme el nombre de algunos libros que yo les recomendara leer. Les sugerí algunas lecturas que a mí me fascinaron cuando tenía su edad y otros libros que a mí me gusta considerarlos “contaminantes” en el mejor de los sentidos, su lectura suele llevarte de la mano a otros libros que, a su vez te llevaran a otros y así indefinidamente, en una interminable cadena de maravillas y descubrimientos.

Algunos días después de aquellas reuniones, algunos alumnos y los propios maestros que asistieron se han comunicado conmigo para solicitarme una especie de guía de lectura (me resisto a la idea de una lista), la idea al principio me pareció alentadora, pero instantes después me pareció peligrosa. ¿Hasta dónde un extraño puede “sugerir” tal o cual libro para su lectura? Especialmente si hablamos de niños o de la juventud, es complejo y hasta cierto punto escabroso, intentar guiar una aventura ya tan inaudita como la lectura. ¿Qué hacer? ¿Qué decirles a quienes solicitaban aquellas sugerencias? Opté por sentarme e imaginar que me hubiera gustado que me dijeran a mí, en su caso. Entonces elegí enviarles una lista de sugerencias basadas en la prudencia y la delicadeza. Nada de ponerlos a leer a Séneca o a Góngora, medité en aquella bellísima imagen acerca de la educación lectora que sugiere que enseñar a leer es como entrenar a un niño para que aprenda a nadar: uno se remite a mostrarle las claves, los símbolos, la mecánica básica de los movimientos que le permitan nadar pero; luego de ese aprendizaje primario, debemos permitir que aquel aprendiz lo haga solo, que practique sin nadie más a su alrededor y desarrollé su propio sistema. En el futuro, ese niño en algún momento nadará más hondo, se alejará de la orilla y, en un instante mágico, puede

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