Emmanuel Kant- JR
Enviado por Jonathan Cerrón • 9 de Septiembre de 2015 • Informe • 922 Palabras (4 Páginas) • 132 Visitas
Emmanuel Kant
Nació en Konigsberg (1724), en el seno de una familia pietista, y estudio en el Collegium Fridericianum. A partir de 1740 curso estudios en la universidad de su ciudad natal y desde 1770 impartió clases de lógica y metafísica en la misma universidad. Se le había prohibido publicar hasta la muerte del rey prusiano (1797), restaurándose la libertas de imprenta escribió “El conflicto de las facultades (1798)” donde defendió la libertad de pensamiento y palabra contra las arbitrariedades del despotismo. A partir de los 64 años comenzó a padecer de “carecer de fuerzas” lo que lo alejo de su alma mater, pero no le impidió seguir escribiendo, aunque estas últimas obras no tuvieron el vigor de las anteriores. Murió en 1804 cerca de los 80 años.
Al hablar de Kant, nunca pasa desapercibido su aporte a los conceptos de moral y ética, pero también se refiere a varias ideas que propone (sobre conocimiento, el uso de la razón, etc.), que en sí no podremos profundizar en este texto, por eso tomaremos las ideas que están más relacionadas a la ética, y se hablara un poco de otras ideas que de alguna manera se relacionan.
Comenzamos por el problema que Kant se pregunta acerca de nuestros límites (puesto que la capacidad de nuestra razón no es ilimitada ¿o no?) y por las posibilidades (puesto que algunas tenemos: contra en escepticismo) del hombre.
Para Kant lo más importante es la existencia real del hombre en el mundo.
Kant, no acepta ni el dogmatismo, ni el escepticismo, y busca una vía intermedia, lo cual no significa “tomar un poco de un camino y otro poco del otro” el método que Kant seguirá es el del “método crítico”.
Kant distinguió entre deberes imperfectos y perfectos, que se diferencian por el uso de la razón para el acto, lo cual algunos críticos creen que él se va por el lado de ser normativo, de los cuales se sacan los dos imperativos que postula: Imperativo Categórico (sin interés) e Imperativo Hipotético (con un interés).
La moralidad y la racionalidad van de la mano en virtud del imperativo categórico. Un acto inmoral viola el imperativo categórico y es, por tanto, irracional. No se actúa moralmente porque deseemos ser racionales, pues una voluntad racional es una voluntad autónoma o libre en el sentido de ser ella la autora de la ley que la rige. Y el imperativo categórico es la ley de la voluntad autónoma/no tomar ley como imposición, sino que uno la acepta/ (tercera formulación).
La presencia en cada persona de esta razón que se autogobierna es lo que hace pensar a Kant que todas las personas poseen igual valor y merecen igual respeto, cada acto que efectuamos lo hacemos por valorar a la humanidad como fin en sí mismo (segunda formulación).
La felicidad no siempre es buena, ya que es enteramente subjetiva y está condicionada por varios factores, por lo que lo único absolutamente bueno es la “buena voluntad”, que es actuar con respecto al deber y no conforme al deber, así que las críticas de que Kant imponía esto como modelo, no es tanto una imposición que debe aceptarse sino que a uno le nace. Ya que actuar por respeto al deber es tener como único motivo al propio deber y actuar conforme al deber puede tener intereses extrínsecos al deber mismo.
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