Empirismo

La importancia de este movimiento reside en el saber práctico, en el llegar al conocimiento por medio de métodos más rigurosos y concretos que nos han permitido avanzar no solo en pensamiento, sino en términos generales de ciencia y matemáticas. Si no hubiesen opuesto con el empirismo a las antiguas filosofías, como el racionalismo (que no son menos ni más importantes), no se hubieran hecho tantos cambios y avances en la vida del hombre. Recordemos que la edad moderna fue una época provista de avances en donde reside nuestro pasado y para entender lo que somos ahora es preciso echar un vistazo hacia éstos siglos, en pensamiento y avances técnicos.

Este cambio del racionalismo a un pensamiento más práctico, ayudo al hombre a liberarse de conceptos con los que se había relacionado durante siglos. Antes de estos nuevos tipos de pensamientos modernos la vida de hombre estaba en un cuadrado hermetizado donde nadie se atrevía por mucho a cuestionar ideas ya establecidas, por lo tanto el mundo estaba en un tipo de estancamiento, en cuanto a avances científicos se refiere. Al llegar nuevos pensadores con formas de pensamiento que residen más en lo palpable que en simples y vanas ideas, el hombre comienza a usar este nuevo tipo de pensamiento que le funciona un tanto mejor para llegar a objetivos, es ahí donde nace la ciencia como ahora la conocemos. Cabe mencionar que no solo el empirismo, sino todas las formas de pensamiento que nacieron durante la edad moderna fueron los que dieron paso a una revolución de nuevos conocimientos. Oponía en su totalidad, por dar un ejemplo: el hombre pasó de estar seguro de vivir en el centro del universo con la llamada “teoría geocéntrica” a saber que la realidad era que la Tierra no estaba en el centro, sino el Sol, como se mostró en la nueva “teoría heliocéntrica”. Éste debió ser un impacto en el hombre al pasar de un conocimiento a otro que se le fue “la pérdida del centro” como dice Luis Villoro en su libro El Pensamiento Moderno: Filosofía Del Renacimiento lo que impulso a nuevas, y con ello la necesidad de un pensamiento más concreto, basado no en ideas y especulaciones, como el pensamiento racionalista, sino en un pensamiento basado en la experiencia guiado hacia la ciencia, como el pensamiento empirista.

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