En concepto de algunos etimologistas, la palabra Abelardo era una especie de apodo con que le designaba su profesor de matemáticas, Tirric, que familiarmente le llamaba lèche-lard (lame-lardo, lame-tocino). ¡Extraña etimología!
Enviado por Xio Figueroa Recabarren • 21 de Junio de 2017 • Apuntes • 1.309 Palabras (6 Páginas) • 261 Visitas
A
Abelardo: m. monje, filosófico, teólogo y poeta. Los franceses le nombran indistintamente Abélard, Abeilard o Abailard; este último es el nombre más ordinariamente usado.
En concepto de algunos etimologistas, la palabra Abelardo era una especie de apodo con que le designaba su profesor de matemáticas, Tirric, que familiarmente le llamaba lèche-lard (lame-lardo, lame-tocino). ¡Extraña etimología!
Absurdo: Del latín absurdus, el término absurdo hace referencia a aquello que carece de sentido o que es opuesto o inverso a la razón. El concepto también se refiere a lo extraño, raro, descabellado, ilógico o insensato.
Abstracción: Del latín abstractio, el concepto abstracción está vinculado al verbo abstraer (separar las propiedades de un objeto a través de una operación mental, dejar de prestar atención al mundo sensible para centrarse en un pensamiento). Para la filosofía, la abstracción es una actividad cerebral que permite aislar, a nivel conceptual, una cierta cualidad de algo con la intención de entregarse a una reflexión sobre la misma sin considerar el resto de las propiedades del objeto en cuestión.
Adagio: m. del latín adagĭum o del italiano adagio. En el primer caso, el concepto pertenece al terreno de la lingüística y se emplea para nombrar a una expresión concisa que suele tener una enseñanza moral y que resulta fácil de memorizar o aprender.
Agnóstico: del Agnóstico es un adjetivo que califica a lo que está vinculado al agnosticismo: una posición filosófica que sostiene que las cuestiones divinas y aquello que va más allá de la experiencia escapan de la comprensión de los seres humanos. Los individuos agnósticos, por lo tanto, afirman que lo divino no es accesible al entendimiento de las personas.
Agustín: m. Obispo y doctor de la Iglesia. Nació en Tagaste (África), a mediados del siglo cuarto; murió en Hipona en el año 430.
Alma: n. f. del latín animam La tradición filosófica entiende el alma en dos sentidos: como aquello que permite a los seres vivos realizar actividades vitales y que, en esa medida, es común a los hombres, los animales y las plantas, y como el principio inmaterial, simple, espiritual, divino, inmortal, fundamento metafísico último de nuestra vida psíquica y gracias al cual podemos alcanzar el conocimiento y la vida buena.
Amor: n. m. (lat. Amorem) inclinación o afecto a persona o cosa.
Ángeles: n. m. (lat. Angelum) espíritus celestes criados por dios.
Animismo: n. m. creencia que atribuye alma a los fenómenos naturales y que trata de hacerlos favorables por medio de practicas mágicas.
Anselmo: Obispo y filósofo. Nació en Aosta, (Piamonte) en el año 1033; murió en el día 21 de abril de 1109. Como eminente filósofo y profundo teólogo adquirió gran celebridad en el siglo undécimo... En el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de literatura.
Antisemita: adj. Y n. m. y f. Hostil a los judíos.
Apodíctico: adj.(griego apodeiktikós pasó al latín como apodictĭcus) Dícese de una sentencia o proposición necesarias.
Apolíneo: adj. lat. Apollineum. Nietzsche utiliza este título para referirse a la comprensión del mundo como una totalidad ordenada, luminosa y racional. Los griegos expresaron esta dimensión de la realidad con la figura del dios Apolo. Se opone a lo dionisíaco.
Apología: f. (Del gr. άπό, lejos, y λόγος, discurso): f. Discurso de palabra, o por escrito, en defensa o alabanza de personas o de cosas.
Aporía: n. f. (Del gr. Aporía, carencia de camino) incertidumbre o contradicción insoluble.
A posteriori: Kant utiliza este para referirse a todo aquello que tiene como fundamento la experiencia o que se obtiene e ella.
A priori: Para Kant, los elementos, principios, estructuras o conocimientos que no tienen un origen empírico pues descansan en la naturaleza de la propia Razón.
Aquino: m. Santo Tomás (c. 1225-1274) creó uno de los sistemas filosóficos más completos en la historia del pensamiento occidental; al modo de una catedral gótica, con su arquitectura elegante y racional, espigada hacia el cielo, cada concepto está en el lugar que le corresponde, encaja perfectamente con los demás, los soporta, y en su interrelación da lugar a un modelo del mundo pocas veces igualado por otra filosofía
Averroes: Averroes (latinización del nombre árabe أبو الوليد محمد بن أحمد بن محمد بن رشد ʾAbū l-Walīd Muḥammad ibn ʾAḥmad ibn Muḥammad ibn Rušd; Córdoba, Al-Ándalus, 14 de abril de 1126–Marrakech, 10 de diciembre de 1198) fue un filósofo y médico andalusí, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina.
Avicena: Ibn Sina o Avicena (por su nombre latinizado) es el nombre por el que se conoce en la tradición occidental a Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sĩnã (en persa: ابو علی الحسین ابن عبدالله ابن سینا; en árabe: أبو علي الحسین بن عبدالله بن سینا; Bujará, Gran Jorasán, c. 980 – Hamadán, 1037). Fue médico, filósofo, científico, polímata, musulmán, de nacionalidad persa por nacimiento.1 Escribió cerca de trescientos libros sobre diferentes temas, predominantemente de filosofía y medicina.
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