En los últimos años me ha sorprendido hasta dónde los derechos humanos se han convertido en el lenguaje de las políticas progresistas
Enviado por linamariariosr • 4 de Diciembre de 2013 • 448 Palabras (2 Páginas) • 392 Visitas
En los últimos años me ha sorprendido hasta dónde los derechos
humanos se han convertido en el lenguaje de las políticas progresistas. En
verdad por muchos años, tras la Segunda Guerra Mundial, los derechos
humanos fueron en gran medida parte y paquete de las políticas de la guerra
fría, y así fueron considerados por la izquierda. Estándares dobles, complacencia
hacia dictadores amigables, defensa de los intercambios entre los
derechos humanos y el desarrollo, todo esto hizo sospechar de los derechos
humanos como guión emancipador. En los países centrales o a lo largo del
mundo en desarrollo, las fuerzas progresistas prefirieron el lenguaje de la
revolución y el socialismo para formular una política emancipadora. No obstante,
con la crisis aparentemente irreversible de estos anteproyectos de
emancipación, estas mismas fuerzas progresistas se encuentran hoy acudiendo
a los derechos humanos para reconstituir el lenguaje de la emancipación.
Es como si los derechos humanos fueran llamados para llenar el
vacío dejado por las políticas socialistas. ¿Puede de hecho el concepto de
derechos humanos llenar tal vacío? La respuesta es un sí cualificado. De
acuerdo con esto, mi objetivo analítico aquí es especificar las condiciones
bajo las cuales los derechos humanos pueden ser puestos al servicio de
políticas emancipadoras, progresistas.
La especificación de tales condiciones nos conduce a desentrañar
algunas de las tensiones dialécticas que yacen en el núcleo de la modernidad
occidental1. La crisis que ahora afecta estas tensiones señala mejor que
cualquier otra cosa los problemas que hoy en día afronta dicha modernidad.
La política de derechos humanos al final del siglo es un factor clave
para entender tal crisis.
Se pueden identificar tres tensiones. La primera ocurre entre la
regulación social y la emancipación social. He sostenido que el paradigma
de la modernidad está basado en la idea de una tensión dialéctica creativa
entre la regulación social y la emancipación social, que todavía puede ser
escuchada, aunque por lo menos débilmente, en el lema positivista de “or-
1 En otra parte, trato con detenimiento las tensiones dialécticas de la modernidad occidental (Santos,
1995).
EL OTRO DERECHO, número 28. Julio de 2002. ILSA, Bogotá D.C., Colombia
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den y progreso”. A finales de este siglo esta tensión ha dejado de ser una
tensión creativa. La emancipación ha dejado de ser el otro de la regulación
para convertirse en el doble de la regulación. Mientras que hasta finales de
los 70 la crisis de la regulación social fue afrontada por el fortalecimiento de
las políticas
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