Ensayo Elogio A La Locura

INTRODUCCION

Erasmo de Rotterdam (1466-1536) fue un humanista, filósofo, filólogo y teólogo holandés, autor de importantes obras escritas en latín. Una de ellas la de “Elogia de la locura”, en la cual nos habla de la locura misma y de la estulticia. Comienza a relatar la locura desde su origen, su crianza y su comitiva a demás de sus habilidades y virtudes. Y nos hace ver de cómo todo gira en torno a ella.

En cada uno de nosotros existe una dosis de locura, desde que tenemos uso de razón hemos vivido con ella y tal vez no la reconocemos, esta interviene en cada uno de los aspectos de nuestra vida y sabiéndola aprovechar nos puede dar un poco de alegría, y puede aliviar un poco los problemas existenciales.

Comenta también de cómo es que los demás la juzgan, sin saber si quiera que les haya otorgado grandes favores a los dioses y a los mismos hombres, la locura misma deja ver desde el principio que no es como los demás y da entender que a ella acuden los mismos sabios. En el transcurso de la lectura nos hace varios ejemplos de cómo está presente por todas partes, en todas sus formas posibles de existir.

Erasmo de Rotterdam pone en tela de juicio prácticamente a todos, tanto a mujeres, hombres, jóvenes, ancianos, abogados, sacerdotes, príncipes, ciudadanos, monjes, príncipes y más que vivían en su tiempo, lo hace de manera crítica, sarcástica, irónica y con un tono de humor.

DESARROLLO

Erasmo de Rotterdam expone a la locura como una diosa, la locura proviene de Pluto su padre además expone que su vida no inicia como la de todos los demás, pues ríe y no llora, ella es feliz. La locura también tiene fieles servidores como el amor propio, la adulación, el olvido, la pereza, la voluptuosidad, la demencia, la molicie, el genio de los banquetes y el profundo sueño, con ellas tiene poder sobre todas las cosas, incluso aquellos que gobiernan otros. Hace una presentación de las fuerzas que mueven a la sociedad en su tiempo. Pone a la locura como un ingrediente indispensable en la vida.

“Y en suma, a mí, solo a mí, repito, tendrá que acudir ese sabio si alguna vez quiere ser padre…”. La locura dice que la vida se da gracias a ella pues todos deben a acudir a ella para poder tener hijos, casarse y vivir con la pareja. No solo pone a la locura como fuente de vida sino también como una autentica aberración, al hacer de los placeres sensibles los únicos y verdaderos a la felicidad.

Los primeros personajes que se mencionan son la niñez y la vejez, en ambos extremos se encuentra la locura como la dueña y señora. Ya que los viejos deliran y carecen de sensatez y los niños disfrutan la etapa más alegre y grata de todas, es por esto que gozan más de la locura. La locura está presente en las diversas etapas de la vida del ser humano, es la causante del encanto de los niños, de esa gracia juvenil y como se va marchitando al madurar e ir obteniendo conocimientos y lo feliz que hace a los ancianos. Nos hace ver que la locura es superior a la razón, porque la sabiduría no es otra cosa que el gobierno de la razón, y que la estulticia consiste en dejarse llevar por las pasiones, las cuales hasta los mismos dioses han sentido.

Expone que si las relaciones sociales existen, entonces simplemente son por auxilio, porque recíprocamente no se fingieran, ni se adularan o se omitieran algunos detalles, entonces no serian placenteras. Está presente en el amor propio, nos dice constantemente que la sabiduría y los que dedican su vida a ello son completamente inútiles para la vida. La sabiduría no sirve para regir los pueblos, ya que estos la rechazan. Los menos sabios son los más felices, porque su insensatez y su ignorancia les ocultan las crueles verdades de la vida.

Erasmo somete todo a una visión satírica, amargada, demoledora, sin esperanza, sin transcendencia. Nos plantea también que la verdadera prudencia está en la estulticia y existen dos obstáculos que dificultan el conocimiento: la vergüenza y el miedo. A veces, los problemas humanos son resueltos de la locura, ya que se ocupa a esta como medio de escape, como los ancianos a los que por miedo a envejecer, arreglan su imagen para parecer adolescentes. La mayor bendición es la ignorancia, la cual no es deplorable

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