Ensayo Filosófico: Ética Kantiana sobre la Comercialización de Trasplantes
Enviado por Paula Lisboa • 24 de Marzo de 2019 • Ensayo • 1.278 Palabras (6 Páginas) • 125 Visitas
Ensayo Filosófico: Ética Kantiana sobre la Comercialización de Trasplantes
INTRODUCCIÓN
El trasplante de órganos, uno de los milagros médicos del siglo XX, ha prolongado y mejorado la calidad de vida de miles de pacientes a nivel mundial. Los actos de generosidad de los donantes han hecho de los trasplantes una terapia símbolo de solidaridad humana. Sin embargo, la creciente demanda de tejidos humanos en contraposición a la escasez mundial de órganos disponibles ha tenido como consecuencia la ascendente cifra de prácticas ilícitas para comercializar aquellos miembros humanos que más falta hacen en los pacientes dispuestos a pagar por la rápida mejora de su salud.
Se ha llegado a consenso acerca de la definición de algunos términos para la adecuada aproximación a estas temáticas desde una perspectiva legal o bioética. La comercialización de trasplantes es una práctica en la que un órgano se trata como una mercancía, incluida la compra, venta o utilización para conseguir beneficios materiales[1]. El tráfico de órganos es la obtención, transporte, transferencia, encubrimiento o recepción de personas vivas o fallecidas o sus órganos mediante una amenaza, uso de la fuerza u otras formas de coacción, secuestro, fraude, engaño o abuso de poder o de posición vulnerable, o la entrega o recepción de pagos o beneficios por parte de un tercero para obtener el traspaso de control sobre el donante potencial, dirigido a la explotación mediante la extracción de órganos para trasplante[2].
No cabe duda que estamos en presencia de un conflicto altamente enigmático. Después de
todo, la comercialización de trasplantes puede abrirse como una posibilidad para salir de situaciones de extrema pobreza, a la vez que dar una segunda oportunidad a pacientes deseosos de vivir. Parecería tarea difícil hallar desventajas que contrarresten los beneficios de estas prácticas. ¿Será correcto, entonces, que se legalice a favor de la venta de órganos como solución para sobrellevar la insuficiencia de donantes?
Por muy contradictorio que parezca -en relación al párrafo anterior-, sería absolutamente incorrecto, además de inhumano, permitir legalmente la compraventa de órganos para trasplantes. No sólo por su carácter inmoral, tema que se abordará en base al filósofo alemán Immanuel Kant; sino también por las irreparables consecuencias sociales, gestadas en el mercado negro, que traería la eventual aprobación.
CONFIRMACIÓN
En primer lugar, abordaremos el tema puramente ético, confiando en la norma de Kant para analizar el valor moral de un acto. Si bien la venta de órganos puede prolongar la vida de seres humanos, el motivo que gatilla estos trasplantes no es otro que el de conseguir ganancias económicas. Precisamente, el buscar retribución monetaria a partir de la comercialización del cuerpo humano vuelve a esta práctica completamente inmoral según Kant, quien plantea, por un lado, que como seres racionales tenemos noción del “deber”, el cual se cumple no por las consecuencias, sino que por el saber qué es lo correcto y qué no; y por otro, que el valor de los humanos por sobre cualquier otro animal nos posiciona como fines, y jamás medios para satisfacer necesidades ni obtener remuneraciones. No cumplir con el deber, siguiendo las inclinaciones de origen instintivo, es lo que Kant llama el “imperativo hipotético”, del cual debemos alejarnos para realizar actos con valor moral.
Una prueba de las tristemente turbias intenciones y la amplia cosificación humana que esta comercialización implica, es el caso de Estados Unidos: en esta nación se trasplantan más de 15,000 riñones por año, sin embargo solo el 60% de estos trasplantes son donados, dejando restante unos 6000 órganos provenientes de fuentes ilícitas[3] donde el deseo de recursos monetarios nubló el razonamiento, comprobando la fuerza del imperativo hipotético en situaciones quizás desesperadas.
La supremacía valórica del hombre como ser racional, lo que vuelve inadmisible estas cifras, queda plasmada en la siguiente cita del filósofo aludido:
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