Ensayo Libertad, Moral Y Bien
Enviado por KLAUPERSEN • 7 de Octubre de 2013 • 1.538 Palabras (7 Páginas) • 618 Visitas
LA GRAN MORAL · libro primero, capítulo XI.
Teoría de la libertad en el hombre.
“ Después de haber demostrado que la virtud depende de nosotros, es preciso tratar del libre albedrío y explicar lo que es el acto libre y voluntario, porque tratándose de la virtud, el libre albedrío es el punto verdaderamente esencial. La palabra voluntario designa, absolutamente hablando, todo lo que hacemos sin vernos precisados por una necesidad cualquiera. Pero esta definición exige quizá que se la aclare por medio de algunas explicaciones. El móvil que nos hace obrar es en general el apetito. Pueden distinguirse tres especies de apetitos: el deseo, la cólera y la voluntad. Indaguemos en primer lugar si la acción a que nos obliga el deseo es voluntaria o involuntaria. No es posible que sea involuntaria. ¿Por qué? ¿Y de dónde nace esto? Todo lo que hacemos que no proceda de nuestra libre voluntad, sólo lo hacemos por una necesidad que nos domina; y en todo lo que se hace por necesidad, advertimos un cierto dolor como su resultado. El placer, por lo contrario, es una consecuencia de lo que hacemos movidos por el deseo. Así, pues, las cosas que se hacen por el deseo no pueden ser involuntarias, por lo menos en este sentido, y antes bien son ciertamente voluntarias. Es cierto que a esta teoría podría oponerse la que se ha ideado para explicar la intemperancia: «nadie, se dice, hace el mal por mero gusto sabiendo que es el mal, y por lo tanto, el intemperante incapaz de dominarse, sabiendo que lo que hace es malo, no por eso se abstiene de hacerlo, y es porque sigue el impulso de su deseo. No obra con una voluntad libre y se ve arrastrado por una necesidad fatal.» Refutaremos esta objeción con el mismo razonamiento sentado más arriba. [27] No, el acto que provoca el deseo no es un acto necesario, porque el placer es el resultado del deseo, y lo que se hace por placer jamás nace de una necesidad inevitable. también se puede probar de otra manera, que el hombre estragado obra con plena voluntad, porque al parecer no puede negarse que los hombres injustos son injustos voluntariamente; es así que los hombres estragados son injustos y cometen una injusticia; luego el hombre corrompido que no es dueño de sí mismo, comete voluntariamente los actos de intemperancia que ejecuta.”
LA GRAN MORAL · libro primero, capítulo XVIII .
El verdadero fin de la virtud es el bien.
“ El verdadero fin de la virtud es el bien{7}, y la virtud aspira más a este fin que a las cosas que lo deben producir, mediante a que estas cosas mismas forman parte de la virtud. Por verdadera que sea esta teoría, si se intentara generalizarla, podría llegar a ser absurda: por ejemplo, en pintura podría ser uno un excelente copista sin merecer por esto la menor alabanza, a no ser que se dedicara exclusivamente a hacer copias perfectas. Pero lo propio de la virtud, hablando absolutamente, es proponerse siempre el bien. «Mas, se dirá quizá, ¿no habéis sentado antes que el acto vale más que la virtud misma? ¿Por qué ahora concedéis a la virtud como su más preciosa condición, no lo que produce el acto, sino aquello en lo que no cabe acto posible?» Sin duda lo dijimos, y ahora repetimos lo mismo. Sí, el acto es mejor que la simple facultad. Al observar a un hombre virtuoso, sólo podemos juzgarle por sus acciones, porque es imposible ver directamente la intención que pueda tener. Si pudiéramos siempre conocer en los pensamientos de nuestros [35] semejantes su relación con el bien, el hombre virtuoso nos aparecería tal como es, sin tener necesidad de obrar.
Puesto que hemos enumerado, al hablar de las pasiones, algunos de los medios que constituyen la virtud, es preciso que digamos a cuáles de aquellas se aplican estos medios.”
La afirmación de Hegel, a cerca de que “La voluntad sin libertad es nada” y los escritos de Aristóteles, me hicieron reflexionar a cerca del significado tan relativo de la Libertad. De qué sirve tener los deseos y la voluntad de hacer algo si no se posee la libertad para realizarlo, llámese un reo que no puede salir de su celda por más que quiera y tenga la voluntad de hacerlo. O en otro sentido, tener la voluntad de estudiar pero tener que trabajar de tiempo completo para mantener a una familia.
Luego entonces, partiendo de que la libertad, en mis palabras, es la facultad y el poder que poseemos los hombres de decidir y actuar respondiendo a lo que nuestra voluntad quiera, me surge la pregunta de hasta qué punto somos libres o más bien somos esclavos de nuestros deseos, obsesiones y pasiones como indica Aristóteles.
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