Ensayo sobre “La Apología de Sócrates”

Espacio Curricular: Introducción a la Filosofía, ciclo 2015

Profesora: Adaliz López

Docente en formación: Pablo Perdomo

Ensayo sobre “La Apología de Sócrates”

Escrita por Platón, quien fuera su discípulo, cuenta la forma en que Sócrates se defendió de las acusaciones que sobre él caían. Lo hizo con fundamentos y pruebas, sin faltar a la verdad ni a sus creencias.

Los acusadores consideraban a Sócrates peligroso por sus ideas y la critica que realizaba de todos y de todo.

Acepto su condena a muerte, defendiendo hasta el último momento de su vida, los principios e ideas que promovía.

Muchas de las acusaciones eran falsas y el jurado fue manipulado de antemano, así que desde el principio del juicio ya había sido declarado culpable. Pese a esto, su defensa fue tan inteligente, justa y verdadera que logró  convencer a varios de los jueces de su inocencia.

Se lo acuso entre otras cosa, de corromper a la juventud y de no creer en los Dioses de Estado a los que sustituía con extravagancias demoniacas.

Melito, que representaba a los poetas, fue el principal acusador; también estaban Licón, en representación de los oradores y Anito, por parte de los políticos y artistas. Sócrates se dirigió principalmente a Melitos, al que consideraba el más peligroso de los tres.

Ante la acusación de corromper a los jóvenes, argumento que él no podía evitar que estos lo siguiesen y lo escuchasen, y que luego, por propia voluntad, se aventurasen a indagar. Sostuvo que nunca recibió beneficios económicos y lo único que les enseño fue a filosofar. Por otra parte, de la discusión con Melito se desprende que, si él es culpable de corromper a los jóvenes, también lo serían todos los demás, ya que cualquier ateniense, incluyendo a sus acusadores, que hablase o enseñase a los jóvenes estaría ejerciendo una influencia sobre estos y no podía ser posible que solo él lo hiciese de mala manera.

Sobre la otra acusación, que no creía en los Dioses del Estado y los sustituyó por demonios, su argumentación fue impecable. A través de su método, las preguntas, llevó a Melito a entrar en una incoherencia al afirmar la acusación. Como es posible que lo acusen de no creer en los dioses y si en demonios, que son hijos de estos. No sería posible creer en los hijos y no en los padres.

La forma en que lleva a los acusadores, los jueces y los demás atenienses presentes a llagar a esa conclusión es muestra de la inteligencia de Sócrates.

Por último afirma que él solo pretende actuar de forma justa y verdadera, y que nunca dejara de ser filósofo.

Sócrates fue injustamente condenado a muerte, sentencia que acepto con entereza, rechazando la cárcel y el exilio. El encierro hubiera significado no poder seguir haciendo lo que amaba, dialogar con las personas y filosofar, y no acepto el destierro, considerado en la época como la mayor deshonra, ya que si su propia gente lo rechazaba como podrían otros aceptarlo.

Era un hombre de avanzada edad y sabía que su muerte no estaba lejana, y creía que después de ella le esperaba un encuentro con grandes griegos con los que podría filosofar, por lo que “él moriría gustoso mil veces”. Como última voluntad, pidió que si sus hijos en algún momento se creyesen algo que no eran, los corrigiesen como el hizo con los ciudadanos.

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