Ensayo Ética para Amador

Ética para Amador

Fernando Savater es escritor y profesor de filosofía. Entre sus obras destacan La tarea del héroe (Premio Nacional de Ensayo, 1982) y las novelas El jardín de las dudas (finalista del Premio Planeta, 1993) y La hermandad de la buena suerte (Premio Planeta, 2008). Entre sus publicaciones más recientes destacan la novela El gran laberinto y el ensayo La vida eterna, una reflexión filosófica sobre la religión en la actualidad. Con sus obras Ética para Amador, Política para Amador y Las preguntas de la vida, ha tratado de acercar la filosofía a los jóvenes.

La obra

El Aviso Antipedagógico es un paratexto comúnmente llamado “advertencia” en el que el autor trata de darnos una pequeña explicación acerca de su libro, con el fin de evitar malas interpretaciones o ambigüedad en las ideas. En este caso, Savater aclara que a pesar del título de la obra, no se trata de un manual de respuestas moralizantes a los problemas del día a día, sino un libro y nada más que eso, donde los adolescentes puedan aprender algo.

En el Prólogo Savater habla a su hijo Amador, justifica su presente libro a través de experiencias vividas con él. De este modo, sabemos que el libro va dirigido para el público juvenil (“un gamberro de más de quince como tú” es la forma en que Savater llama a su hijo). Y es que los padres son un poco cargantes, pero tienen que serlo, esa es su función. El autor deja muy claro que sabe de lo que habla, pues se sabe molesto, y para evitar que su hijo lo vea “poniendo cara de cierto interés” ha dejado de lado el sermón y ha optado (inteligentemente) por regalarle algo de conocimiento a través de un libro. ¿De qué hablaremos? De la ética, una repetición al consejo que el autor dio oníricamente a su hijo: Ten confianza.

De qué va la ética en ideas generales dice que se puede vivir de muchos modos, pero hay modos que no dejan vivir. Lo que nos conviene es bueno, lo que nos hace mal es malo. Saber distinguir entre lo bueno y lo malo es un conocimiento que todos tratamos de adquirir. Sin embargo, lo bueno a veces parece malo y lo malo a veces parece bueno. Los animales no tienen opción, los hombres sí, de ahí el valor de reflexionar sus acciones, ya que en ellas hay libertad. No somos libres de lo que nos pasa, sino de responder a lo que nos pasa de diferentes maneras. Hay que aclarar que libertad es lo que depende de mi voluntad, por lo tanto, entre mayor posibilidad de acción, mejores resultados se obtienen de esa libertad que TODOS tenemos. Los animales no se equivocan, los hombres sí. Conviene fijarnos bien en lo que hacemos para tratar de no equivocarnos y saber vivir. Ese saber vivir se llama ética.

Ordenes, Costumbres y Caprichos de entrada nos plantea que se es libre de elegir en las situaciones que nos ha tocado. Lo que más nos conviene a veces no está dentro de las opciones, pero hay que saber elegir la más correcta de entre las que tenemos enfrente. También hay situaciones en las que no suele reflexionarse tanto, situaciones cotidianas, De cualquier modo, a veces puede resultar provechoso preguntarse las razones de las cosas que hacemos en automático. Un tipo de motivación es cuando se te manda a hacer algo, y se llama Orden y en sentido estricto, hay que plantearse cuándo conviene obedecer. La repetición propia o de varias personas puede llamarse Costumbre, que sólo sirve en situaciones cotidianas. Lo que se hace por pura gana se llama Capricho y no suele tener cabida en situaciones de verdad importantes. Las órdenes sacan su fuerza del miedo y de la confianza. Las costumbres vienen de la comodidad. Ambas parecen venir de fuera. En cambio, los caprichos son internos.

En Haz lo que quieras nos preguntamos qué pasaría si nos diéramos el tiempo para pensar realmente nuestras acciones. Las cosas cambian y las tendencias se ven obligadas a ajustarse a la nueva realidad. La libertad requiere un autoanálisis que implica un par de preguntas: ¿Por qué lo hago? Y ¿Es una orden que debo tomar? Haz lo que quieras, ya que nuestras ideas que parecen contrarias no son siempre una expresión de rebeldía, sino una propuesta para inventar y crear.

Date la buena vida. Ahora que hemos dejado atrás lo que se nos impone por órdenes y costumbres, es hora de tomar consciencia plena de nuestros caprichos. Es una cuestión muy seria no sólo pasar el tiempo, sino vivirlo de buena manera siendo responsables del camino que vamos a  seguir. Hay que tener cuidado con la espontaneidad, pues a veces nos nubla de la reflexión. Darse la buena vida es la invitación, y esto no refiere llenarse de lujos y cosas materiales, sino humanizarme a mí mismo como colaborar a la humanización de mi entorno.

¡Despierta, Baby! Dice que la vida “No es un plato de lentejas”. A veces la vida se vive con el temor a la muerte, un elemento que resulta tan simple que nos lleva a buscar siempre cosas simples, al contrario que la vida con sus complicaciones. Sin embargo, tener todo lo material y poco lo humano tampoco sirve, pues lo material carecerá de significado en algún momento y no habré podido relacionarme con los demás. Factor humano. Hay que aprender a tratar a la humanidad como humanos, hacer la diferencia. Si trato como objeto, seré tratado como objeto y es necesaria la continua relación entre personas iguales. Necesitamos de otras personas.

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