Ensayos Libro II Michel de Montaigne Capítulo 1: “De la inconstancia de nuestras acciones.”

Ensayos Libro II

Michel de Montaigne

Capítulo 1: “De la inconstancia de nuestras acciones.”

El capítulo inicia hablando sobre lo irónico y arduo que resulta el análisis de la conducta humana, de cómo, cuando uno se adentra más en ese menester, mas contradictorio per se resulta, puesto que como bien señala el texto, existen cuantiosos ejemplos de personajes reseñables que demuestran esta dualidad o incoherencia en su actuar y/o sentir.

Sin embargo, el afán de escudriñar con base al estudio y la racionalización estas características compartidas como especie, parte de la misma naturaleza incoherente, pero a la vez natural del ser humano, siendo incluso de manera más acentuada cuando el investigador de estos temas es un personaje o autor con verdaderas bases. La falla fundamental en este tipo de trabajos es el hecho de que se toman patrones o reglas generales para describir fenómenos independientes, y cuando estos no cuadran, se tiende a omitirlos o disfrazarlos para hacerlos encajar en el modelo preestablecido.

“Creo que la cualidad dominante en los hombres es la inconstancia” dice Michel Montaigne, para después establecer que lo contrario es algo que es poco común de ver, que es necesario realizar juicios individuales, no totales. Acto seguido continúa estableciendo que somos seres instintivos, más allá de nuestra razón o filosofía, terminamos constantemente cediendo a lo animal, a lo que esta pre-programado innatamente dependiendo de la situación a la que nos enfrentemos.

Menciona que en realidad nadie tiene deseos absolutos, sino más bien están enfocados en el tiempo, el cuándo y no el que, situación que provoca que realmente no existan leyes o principios de vida absolutos, una “armonía cabal” (plena, total). Prosigue dándonos un buen número de ejemplos históricos que demuestran este comportamiento y metaforiza con que hay quienes dicen que tenemos dos almas, o dos fuerzas que guían nuestro proceder y devenir, el bien y el mal, ya que una sola fuerza no podría explicar jamás nuestro actuar inconsistente.

Para continuar, nos dice que esto se explica debido a que no solo estamos expuestos a las cosas del entorno, cuestiones exteriores, sino, por naturaleza, uno mismo traza estos distintos cursos de acción y pensamiento, una inestabilidad permanente que es más notoria al momento de la introspección, cuando claramente se puede ver el hecho de que nos consideramos diversamente, teniendo todas las ideas, decisiones, prejuicios, en fin, posibilidades, al mismo tiempo y solo dependiendo del humor o la situación es que empleamos una u otra.

En conclusión, después de escudriñar de manera tan detallada y sesuda todo lo plasmado en el artículo, nos invita a, después de hacer el pertinente examen de conciencia e introspección profunda, no quedarnos con lo superficial, lo exterior, sino ir a lo más profundo de nuestro ser y ahí encontrar y aceptar que es lo que realmente nos motiva a ser lo que somos, aun con la dificultad que eso conlleva, la cual es muy elevada.

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