Etica E Ingenieria

Ética e Ingeniería

La Ética es una disciplina de la filosofía que estudia de manera sistemática lo que es bueno y lo que es malo para el individuo y la sociedad humana. Entre la infinidad de éticas posible, importan sobre todo aquellas que no sirven solo a los fines de un individuo o un grupo, si no que responden a los intereses generales y, por tanto pueden ser validadas dentro de la aceptación social. Pocas profesiones convierten tantas ideas en realidad como la Ingeniería, que por esto suele tener grandes consecuencias de todo tipo en la vida de las personas. De aquí que la responsabilidad de los ingenieros sea también comparativamente más grande, y que su formación ética sea una cuestión central en esta era tecnológica .

Suele decirse que en ingeniería la ética se reduce a la eficacia, y que basta con que sus obras y productos funcionen para que sean éticamente aceptables; es decir que cumplan su función especificada y no fallen.

Cuando en la sociedad existe una cultura ética general bien cimentada, los códigos de conductas profesionales cumplen una función complementaria de importancia, pues cada ocupación específica enfrenta dilemas éticos que no están incluidos sino tácitamente en el código moral de la sociedad en extenso, lo típico es que los códigos de ética profesional expresen los principios básicos que los integrantes del gremio se comprometen a cumplir en el ejercicio de sus actividades profesionales, incluyendo aquellos que implican compromisos con la sociedad en general, sus clientes, empleados, empleadores, colegas y competidores, y la propia profesión. El código profesional debe ser compatible con el código de conducta general socialmente aceptado; esto es, debe de estar basado en similar escala de valores y respetar las leyes y regulaciones pertinentes.

Algunos de los valores son el bienestar social, la protección del ambiente, la honestidad profesional, la lealtad (a la sociedad, el empleador y el cliente), y el prestigio de la profesión. Para esto el profesionalismo se hace presente ya que implica cumplir con la regla de oro; es decir, obliga a dar a otros el trato que, si se intervinieran los papeles, el propio profesional desearía para sí. El tiempo ha demostrado que quienes se adhieren resueltamente a estos estándares de comportamiento son capaces de servir mejor a sus clientes, ganarse la confianza duradera de ellos y hacer una reputación que a su vez les trae más clientes. Por tanto profesionalismo y ética tienden a coincidir, ambos buscan con visión de largo plazo, conciliar los intereses del cuerpo social en su totalidad con los de quien toma las decisiones, pero solo la ética constituye una doctrina completa para este fin.

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