FILOSOFIA GULA

Pecados capitales:

La Gula

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Materia: Filosofía.

Integrantes: Micaela Sandroni, Franco Vidosa, Franco Rossi, Máximo De Lellis, Lemuel Cotado.

Curso: 6°A.

Pecados capitales: La gula.

Según la teología de la iglesia católica, los “siete pecados capitales” son aquellas tentaciones por las cuales la naturaleza humana se siente constantemente atraída. El término “capital” (que proviene de “cápita” y quiere decir “cabeza”), hace referencia a que estos pecados son el origen de muchos otros, es decir, que nos llevan a cometer diversos actos graves. Cada uno de estos pecados tiene como contracara una virtud, la cual representa buenos valores. El propósito de este informe es explicar y dar nuestro punto de vista sobre el pecado de la gula.

Proverbios 23:20-21: “No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos.”

-El propósito de Dios es que todas las personas disfruten de buen alimento. Sin embargo, si, en despliegue de avidez, un individuo tratara de consumir todas las cosas vorazmente, no estaría mostrando consideración ni amor a los demás. Y puesto que “Dios es amor,” tal modo de actuar sería contrario a las cualidades del Creador.

La gula (Del latín: gula; relacionado con gluttiere, que significa tragar) se define como el apetito excesivo y desordenado por la comida y la bebida. Al igual que otros pecados capitales, la gula fomenta los deseos carnales, relacionados puramente al goce físico y que nos alejan de la espiritualidad. El glotón, quien padece este vicio, come y bebe más de lo que necesita para subsistir, debido a que se deja llevar por el placer. Por supuesto que comer es placentero y no está mal disfrutar la comida, pero debemos ser moderados y no olvidar que el objetivo de la alimentación es mantenernos sanos, no poner en riesgo la salud.

¿Qué puede llevarnos a cometer este pecado? En ocasiones, la comida es vista por muchas personas como un medio para aliviar emociones negativas. De esta forma, un estado profundo de tristeza, ansiedad, estrés, insatisfacción, o miedo puede desencadenar un desorden en el cual, sin éxito, se intenten utilizar los alimentos como remedio.

Las consecuencias que acarrea la gula son diversas. En primer lugar, el propio cuerpo de quienes poseen este vicio se ve afectado de forma negativa. El frecuente exceso en la comida y en la bebida deriva en sobrepeso, problemas óseos y musculares, colesterol alto, problemas gastrointestinales, hipertensión y más enfermedades relacionadas. Las personas que padecen esto también se ven afectadas psicológicamente, pudiendo sufrir ansiedad, frustración, baja autoestima y falta de motivación, aislamiento, y más.  A su vez, en muchas ocasiones los “glotones” reciben cierto “castigo” por parte de la sociedad, en forma de burla, desprecio y rechazo, en general, debido a su aspecto físico. Desde un punto de vista religioso, podríamos pensar la glotonería no muestra aprecio por la provisión de alimento que Dios le ha hecho a la humanidad para que coma hasta quedar satisfecha. Tampoco muestra amor a Dios ni al prójimo, ya que el glotón, en un acto egoísta, le quita a otros lo que Dios les ha dado para satisfacerse a sí mismo.  A modo de curiosidad, en la obra de Dante Alighieri “La divina comedia”, los condenados por el pecado de glotonería ocupan el tercer círculo del infierno, siendo castigados por una intensa lluvia acompañada de granizo, mientras son ensordecidos por los terribles ladridos del demonio Cerbero, que además los desgarra con uñas y dientes.

La virtud contraria al pecado de la gula es la templanza. Dicha virtud le permite a un individuo controlar sus pasiones, vicios e impulsos frente a las seducciones de los deseos, placeres o instintos. La templanza requiere buen juicio, prudencia, discernimiento, precaución y sabiduría. Es un valor que permite al individuo tener dominio y control sobre sus actos, logrando mantener el equilibrio a través del disfrute de las cosas buenas, sin caer en el exceso, ya que se puede transformar en un daño.

En relación a la ética y a la moral, podemos pensar lo siguiente acerca de la gula. En la antigüedad las personas con sobrepeso eran quizás muy discriminadas, ya que según la moral de la sociedad en la que vivían, padecer de eso podía ser mal visto. Tal vez se deba a que en esas épocas se valoraba el tener un buen físico, apto para poder luchar y servir en las guerras. Hoy en día prácticamente no es así, sabemos que no tiene sentido tratar mal a alguien por su aspecto físico. Con el correr del tiempo, la moral de las distintas sociedades fue cambiando. Según la religión católica, la gula constituye algo negativo, el glotón destruye el cuerpo que Dios le ha dado. Por el contrario, en nuestra opinión, el comer de más es una decisión de cada uno, y no puede juzgarse como algo inmoral o antiético porque, a diferencia de otros pecados, la gula afecta mayormente a quien la padece. Cada quien puede hacer con su cuerpo lo que le plazca, porque son decisiones que no repercuten negativamente en otras personas.

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