FILOSOFIA PREPA
Enviado por pelons • 19 de Noviembre de 2012 • 719 Palabras (3 Páginas) • 445 Visitas
El pachuco es un excelente modelo para entender la soledad del mexicano que ha perdido o no reconoce su identidad. Brutal y agresivo, contracultural y exagerado, con un idioma mixto y al margen de la sociedad, su vida misma es muestra de esa incapacidad para comunicarse efectivamente con los demás. El pachuco sabe de donde proviene, pero no lo acepta. Se sabe posesor de rasgos y características que rechaza y le repugnan, pero al mismo tiempo no quiere integrarse a la sociedad bajo la cual nació. De ahí su transcurrir entre el exceso y la morbosa fascinación autodestructiva.
Un fenómeno similar se dio en México desde la época de los setentas. Grupos de adolescentes, generalmente de clases bajas empezaron a formar las famosas “bandas” émulas de la tristemente célebre “Los Panchitos”. Mostraban características similares a las de los pachuchos, pero su indumentaria era más agresiva y la edad de reclutamiento menor. En las bandas mexicanas, puede verse el fenómeno de rechazo a la sociedad, aunque en este caso integraron elementos afines a su cultura, como el culto a la virgen de Guadalupe, un sentido morboso del honor y plagaron su lenguaje de mexicanismos sólo entendibles para ellos.
En ambos casos, se nota la angustiante búsqueda de identidad, el rechazo de la sociedad que los vio nacer y el sentimiento de autodestrucción y venganza que de ellos surge ante su situación. Sus cuadros y prototipos eran figuras de la música y las letras con rasgos neuróticos y psicóticos. Artistas suicidas, abusadores de sustancias tóxicas, figuras fantasmales que iban contra lo establecido, como si tuvieran prisa por desaparecer, para quienes la vida era una sombra que había que pasar embriagado y embrutecido por los placeres, con el fin de no escuchar esa angustiante voz interior que pide respuestas a las preguntas trascendentales; ¿Quién soy, de dónde vengo y a dónde voy?
La situación del mexicano en la actualidad ha cambiado en sus formas, pero no en sus estructuras atávicas. Aunque ahora se busca exageradamente la adaptación a las condiciones cambiantes de un mundo en transición como prioridad, así como imitar el estilo de vida occidental hasta en sus menores rasgos, el mexicano aun sigue esperando hacerlo desde su trinchera de angustia y soledad.
Pachucos, chavos banda y cholos podrán parecer casos extremos, pero lo cierto es que la soledad del mexicano se da en todos los niveles y estratos, aunque en diversos grados. Desafortunadamente, la medida de dichos grados no se debe al fortalecimiento de identidad yoica nacional, sino a la transculturación y bienestar económicos. Se dejó de pensar en Cortés y Moctezuma, en la chingada y la Malinche, en Tonantzin y Guadalupe, para pasar a oscilar entre Niké y Reebok, entre Hollywood y Mc donalds, entre José Smith y Elena G. de White.
En conclusión; la búsqueda de identidad sigue siendo competencia
...