Fahrenheit 451

Guy Montag es un bombero. En la sociedad imaginada por la novela, los bomberos tienen la misión de quemar libros ya que, según el gobierno, leer impide ser felices porque llena de angustia; al leer, los hombres empiezan a ser diferentes cuando deben ser iguales, lo que es el objetivo del gobierno, que los ciudadanos sean felices para que así no cuestionen sus acciones y los ciudadanos rindan en sus labores.

Al principio de la novela el país de Montag está al borde de la guerra.

Montag conoce a una señora llamada Clarisse, que es señalada como loca por pensar. Clarisse cuenta que a ella y a su familia los tachan de "antisociales" porque formulan preguntas, en lugar de que su entorno las pregunte y las respondan ellos mismos. Ella dice que en el fondo es muy social. Es esa joven la que empieza a generar en Montag la duda sobre si verdaderamente es feliz, además de empezar a pensar acerca de los libros. El jefe de Montag, Beatty, le dice que los libros sólo sirven para hacer sentir mal a las personas. Es un hombre inteligente que sigue los ideales del gobierno, confiando en el sistema que rige a toda la sociedad.

Montag va a un incendio en el que había que quemar una casa de una mujer anciana que tenía una biblioteca. Antes de echar el petróleo, Montag toma un libro y se lo lleva escondido. La anciana no sólo no quiere salir de su casa, sino que es ella misma quien le prende fuego con una cerilla. Esto impacta más a Montag y le hace pensar en cuanto han de valer los libros, cosa que aumenta su curiosidad.

La esposa de Montag, Mildred, ha sido manipulada desde siempre por los ideales que el gobierno ha puesto en los ciudadanos, así como Montag, hasta que conoció a Clarisse.

Montag se acuerda de un viejo que conoció en el parque, un profesor de literatura llamado Faber. Como Montag tenía una colección de libros escondida, por la curiosidad que había incrementado desde que se lleva un libro de la Biblia, para Faber. Le plantea al viejo profesor la necesidad de luchar para que los libros permanezcan.

Diseñan un plan entre los dos para cumplir este objetivo. Faber dice contactar con un impresor desempleado y con varios académicos exiliados amigos de él. Le da a Montag un dispositivo para que se puedan mantener comunicados y sigan diseñando el plan, además de las ganas de Faber de oír los argumentos que ofrece Beatty.

Al llegar a su casa, Montag encuentra a Mildred y a unas amigas hablando con la “familia". enojado por lo que dicen y por ver que son incapaces de dar cariño a sus esposos e hijos, saca un libro de poemas y lee uno. Mrs. Phelps se pone a llorar y Mrs. Bowles se enoja con él. Faber arrojó el libro a las llamas que guardaba. Él se enoja por haber hecho esto, ya que lo considera un error y una gran tonteria. Tras esto se va a trabajar al cuartel de bomberos.

Suena un aviso de alarma y corren a atenderla Montag y Beatty. Cuando llegan

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