Filosofia

El Renacimiento se había convertido en la ética, más puritana, de la virtud de la clase media.

El humanismo alemán encuentra su apropiada expresión en la inextinguible profusión de Alberto Durero. En donde se encuentran muy poca belleza sensual, pero los rudos y rígidos perfiles de la vida misma, la intensa seriedad de la preocupación por los elementos de la vida práctica, ya fuera en la arrugada energía de las caras de sus amigos los mercaderes - decía Durero: “Creo que mientras más exacto y parecido al hombre es el cuadro, mejor es el trabajo”- o en la aguda y angular multiplicación de alegorías apocalípticas.

Durero es democrático; se deleitaba desparramándose en grabados en madera, y el grabado alemán, unido a la prensa alemana, llevaron a todos los hogares la versión protestante de la Biblia.

inmaculada limpieza de una sirvienta en su patio, o un ama de casa ocupada en sus quehaceres, en Vermeer y en de Hooch, aparece el sentido de la dignidad de lo frugal y laborioso.

Flandes y Holanda, amaban la vida que veían a su alrededor (gusto rabelesiano, festivales, cantantes, actores, galanteos, etc.), aún cuando el orgullo familiar ostentase gran número de sombríos dignatarios engolillados.

Son propias de un Gargantúa, las dilatadas superficies de Rubens, donde se agolpan bellezas de Flandes, desnudas y corpulentas, esforzándose desesperadamente para que su vigor de campesinas parezca voluptuosidad. Comparadas con los más burdos ensayos de Tintoretto, o del Veronés, revelan al nuevo rico que trata de imitar la gracia del opulento y bien nacido, educado en antiguas tradiciones de lujo.

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