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Filosofía escolástica


Enviado por   •  13 de Marzo de 2019  •  Síntesis  •  2.238 Palabras (9 Páginas)  •  113 Visitas

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  1. Filosofía escolástica

Juan Escoto de Eriúgena[1](no se sabe exactamente cuándo nació, más o menos hacia el 810 y muere en 847 Francia) Para Juan Escoto de Eriúgena, Dios es un ser eterno, trascendente, infinito y perfectísimo, es Dios increado y creador de todas las cosas. El como primera naturaleza no tiene principio y es causa originante  de todo aquello que desde él y por él ha sido creado, fuente emanativa de todo aquello que de él desciende. Dios es el principio, en cuanto que de Él derivan todos los seres; es el medio, en cuanto que todo lo creado tiende hacia Él. En cuanto ser increado y superior a todo lo demás no puede comprenderse ni definirse adecuadamente. Es un  Ser  Real Uno y Único, Transcendente, distinto y contrapuesto a la pluralidad de los seres del mundo está bastante claro en su intención.

San Anselmo[2] (1033-1109). Todo el pensamiento anselmiano, está dominado por la idea de Dios, al que trata de comprender en su existencia y en su consistencia o esencia. Sus dos obras  más representativas para mostrar sobre la existencia de Dios son el monologio y proslogio, donde presenta dos caminos distintos, pero complementarios, en el primer se dedica a las pruebas a posteriori, en el segundo a las pruebas a priori.

En el primer libro Monologion (pruebas a posteriori) San Anselmo expone lo siguiente: Existe una naturaleza única, que es superior a todo cuanto existe y que ésta se basta así misma y si alguien lo llega a negar “con tal que sea un poco inteligente, podrá convencerse por la sola razón, de estas cosas”[3]; Todas las cosas que se dicen de ser justas, buenas, etc., no pueden ser comparadas con otras de las cuales también se diga que son justas o buenas, sino que solamente pueden ser consideradas justas y buenas, por la Justicia y la Bondad; Todas las cosas existen gracias a un principio único, más que por razones de varios, los cuales por ningún concepto podrían existir sin él, “todo lo que existe por otro es menor que la causa que ha producido todos los seres y que existe por sí misma.”[4] Cuando se llega a decir que nada ha existido antes de la esencia suprema, no se debe entender que antes de que existiese la esencia suprema hubo un tiempo en que no existía nada, sino que, antes de la esencia suprema, la cual es Dios, no había cosa alguna “Si se comprende esta explicación… se concluirá con razón que, si no hay nada que haya precedido ni deba seguir la esencia suprema, nada ha existido antes ni nada existirá después de ella.”[5]

En el segundo libro Proslogio (pruebas a priori) en el desarrolla un argumento ontológico, mediante el cual parte del poder de pensar en a Dios desde el contenido del mismo pensamiento. El razonamiento anselmiano es el siguiente: el pensamiento en él mismo la idea  de un ser supremo o sumo que se puede pensar (id quo maius cogitari non potest). Si este ser sólo existiera en la mente, no sería el mayor ser pensable, sino también en la realidad. Por tanto la misma idea del ser sumo y supremo implica que exista, no sólo en el pensamiento, sino en la realidad.

Pedro Abelardo[6] (1079 – 1142). Enseña que las Escrituras son el resultado de la cooperación del Espíritu de Dios con los escritores humanos, reconociendo niveles de inspiración y admitiendo que los profetas y apóstoles pudieron cometer errores. No duda en mostrar las contradicciones en la tradición, distinguiendo entre la autoridad de las Escrituras y la de los Padres. La fe significa para él una creencia en cosas no susceptibles a los sentidos que puede fundamentarse en la demostración racional o en una autoridad satisfactoria. Se opone a la compulsión de la autoridad, discute las cuestiones religiosas y sigue en todo su propia convicción, si bien establece estrechos límites a lo que puede ser conocido. Un conocimiento adecuado de la unidad y trinidad en Dios es imposible, al igual que una prueba científica que induzca a la creencia en la existencia de Dios y en la inmortalidad, estableciendo en este terreno únicamente la posibilidad de la creencia. Condena la aceptación de fórmulas de fe sin conocer lo que significan, rechazando creer algo que sea contrario a la razón. Al no encontrar nada de esa clase en las Escrituras o en la enseñanza de la Iglesia, no excluye lo sobrenatural.

Gilberto Porreta[7] (1076-1154). Gilberto pasa de la noción metafísica de que el puro o abstracto es anterior en la naturaleza a los que es. Este ser puro es Dios, y debe ser distinguido del Dios trino que conocemos. Dios es incomprensible, y las categorías no pueden ser aplicadas para determinar su existencia. En Dios no hay distinción ni diferencia, mientras en todas las sustancias o cosas hay una dualidad, procedente del elemento de la materia. Entre el ser puro y las sustancias están las ideas o formas, que subsisten, aunque no son substancias.

Juan de Salisbury[8] (1115-1120). Este formuló la célebre "prueba ontológica" de la existencia de Dios: El ser más general tiene también que ser el más real y el más perfecto, y como tal no puede menos que existir, porque su existencia es su esencia.

Pedro Lombardo[9] (ca.1100-1160). Para Pedro Lombardo, parece que es de por si evidente que Dios existe, en efecto se dice que son evidentes de por si aquellas cosas cuyo conocimiento está naturalmente incorporado en nosotros, como el todo es mayor que su parte. Es así que el conocimiento de la existencia de Dios está insertado naturalmente en nosotros, luego es de por si evidente la existencia de Dios.  

  1. Filosofía árabe-judía

Avicena[10] (980 -1037). Para probar la existencia de Dios.  Avicena dirige sus pensamientos de la siguiente manera: todo lo que comienza dice necesita tener una causa de tal ser; de esta manera damos con una serie de causas o con una cadena de causalidades. Pero la serie no puede ser infinita por lo que tiene que haber una causa primera que sea origen de las demás, esta primera causa no se puede corresponder con un ser posible sino con un ser necesario que no reciba su existencia de otra causa superior que ella misma, por lo tanto esta primera causa incausada es Dios, además no sólo es el primero en ser la escala de la jerarquía, es además acto puro, inefable, indefinible, perfectísimo y simplicísimo. Es pensamiento puro que se piensa a sí mismo y conoce en sí todo lo existente.   

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